Fundamentos de la

Ley 11918

 

Durante la presidencia del Dr. Nicolás Avellaneda se intensificó la conquista del desierto o guerra de fronteras, que así se llamaba a la lucha contra los indios pampas, cuyos atropellos llenaban de terror a las poblaciones incapaces de defenderse por si solas.

El entonces Ministro de la Guerra, Dr. Adolfo AIsina, resolvió terminar de modo definitivo con aquella constante amenaza, y preparó de acuerdo con el presidente, un vasto plan para ocupar en forma permanente una segunda línea de fronteras de la Provincia de Buenos Aires, con la que debían obtener grandes resultados.

A diferencia de Roca, Alsina pensaba que la guerra agresiva contra el aborigen no favorecía los planes de la civilización. Se inclinaba más por el sistema aplicado por los españoles, consistente en restablecer sistemas de fortalezas para fijar los límites de la población.

El 16 de marzo de 1876 desde el pueblo de Olavarria, donde estaba su cuartel general, el ministro AIsina dio las órdenes e instrucciones pertinentes a los jefes militares para que marcharan sin demora a ocupar los lugares por donde debía trazarse la nueva línea de frontera.

Entre los jefes militares que habían sido designados para tomar los mandos militares en la nueva línea se hallaba el teniente coronel Daniel Cerri, héroe de la lucha contra el indio durante la invasión a Bahía Blanca en 1859.

Las divisiones que tomaron parte en la campaña se denominaron Bahía Blanca, Costa Sur, Oeste, Norte y Sur de Santa Fe. Cerri se hallaba a cargo de la división Bahía Blanca. Esta abarcaba el espacio situado entre Paso de los Chilenos, Cortapie y llegaban a Puan.

Cerri hizo construir en total 13 fortines en una extensión de 90 kilómetros. El primero de ellos era precisamente el Fortín Cuatreros. No era la intención caer por sorpresa en las tolderías ni pelear con los indios, sino que se trataba de ocupar posiciones más avanzadas y establecerse en sitios de vital importancia estratégica, defendiendo en última instancia y definitivamente a la población de Bahía Blanca.

El Fortín Cuatrero cerraba el paso de las invasiones desde Patagones. Tenía forma circular con un diámetro de veinte varas, rodeado de un foso de cinco varas de ancho y tres y media de profundidad; a doce varas del foso existía un contrafoso de iguales dimensiones. Además contaba con un corral para la caballada a espaldas del fortín, de veinte varas de diámetro.

El origen del nombre del Fortín Cuatreros reseña un robo de hacienda cometido por los indios invasores, acto que dio nacimiento al nombre de "Paso de los Cuatreros", porque por un vado que existía en el arroyo Sauce Chico, los indios asaltantes escaparon con lo que pudieron reunir en los alrededores de Bahía Blanca. La costumbre y la simplificación hicieron que se fueran suprimiendo, poco a po co, las palabras “Paso de los”, para quedar convertido el lugar simplemente en Cuatreros. Cuando el teniente coronel Daniel Cerri construyó el fortín en este punto en el año 1876, éste tomó el nombre llamándose al principio "Fortín del paso Cuatreros" y después vulgarmente "Fortín Cuatreros”.

En el Archivo Histórico de la Provincia y en el Archivo de la Dirección de Geodesia de la Provincia se conservan documentos probatorios de que hasta 1879 pertenecieron al dominio fiscal las tierras en que se construyó el Fortín Cuatreros, y que en ese año fueron vendidas a José M. Arnold, quien a su vez en años inmediatos las vendió fraccionadas. Uno de los compradores fue Ernesto Tornquist en 1882. Por entonces Tornquist realizó en la zona una importante obra colonizadora, llegando a canalizar el Sauce Chico. En 1889, luego de sucesivas ventas, Tornquist era dueño de la mayor parte de los terrenos que comprara Arnold, comprendiendo su predio el abandonado fortín.

El 7 de junio de 1944 el Fortín Cuatreros fue declarado Monumento Histórico Nacional por decreto 14.119 dentro de los alcances de la Ley 12.665.

El predio donde se encuentra emplazado el Fortín fue donado a la municipalidad de Bahía Blanca el 3 de octubre de 1972 por su último propietario, Sr. Rubén Osvaldo Calvo con cargo de intervenir en la reconstrucción del nombrado Fortín, a través del Museo Histórico y de Ciencias Naturales de la ciudad de Bahía Blanca.

En 1981, la Municipalidad dispuso por decreto Nro. 2260 que las instalaciones del Fortín Cuatreros dependan del Organigrama Municipal, de la subsecretaría de Cultura del municipio, bajo la dirección del Museo Histórico y de Ciencias Naturales, que quedó encargado de la preservación, reacondicionamiento y mantenimiento, luego de lo cual se destinó al funcionamiento de un pequeño museo.

Hoy, el Fortín, reconstruido, rehabilitado en su primitiva forma constituye un monumento histórico, un homenaje a lo que fue él mismo y a lo que significaron los hombres que se brindaron con él en aquella gesta civilizadora.

El reconocimiento del valor que poseen las personas, los hechos y los lugares que configuran el acervo cultural, constituye un pilar fundamental para consolidar la identidad de los bonaerenses, identidad que debe construirse día a día enalteciendo la historia, lo que coloca a la comunidad en condiciones de unidad espiritual para analizar juntos los problemas del presente y proyectarse con esperanza hacia el futuro

Por todas las consideraciones expuestas es que se solicita a los Señores Legisladores la aprobación del presente proyecto de Ley.