Fundamentos de la Ley 13461
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Con el nacimiento del siglo XX se inició en Dolores un movimiento de vecinos con el objetivo de lograr la instalación del Colegio Nacional, y la oportunidad se presentó al surgir una iniciativa del senador Manuel Láinez, sobre la posibilidad de crear colegios nacionales en la provincia de Buenos Aires. Este hecho motivó la formación de una comisión de apoyo a la citada gestión, que estuvo presidida por el Dr. Aurelio Bassi e integrada además, por los señores Adriano Rauschert, Higinio Aparicio, Manuel Pelayo, Benigno Hernández, Martín Llan de Rosos, Domingo Negri, Enrique Bellati y Juan B. Selva. La inquietud del Dr. Manuel Láinez se debió a que advirtió, ante el progreso material de nuestra Provincia de su representación, la necesidad de intensificar su cultura. En la 29 sesión ordinaria del Honorable Congreso de la Nación del día 17 de agosto de 1905, celebrada bajo la presidencia del Dr. José A. Figueroa Alcorta, el Dr. Láinez presentó el proyecto de ley sobre creación de colegios nacionales en las ciudades de Dolores, Mercedes, Bahía Blanca y San Nicolás, por entonces cabeceras de los departamentos judiciales en que estaba dividida la Provincia. Su ubicación en dichas ciudades se debe a la posibilidad de aprovechar los universitarios residentes en las mismas, que serían los encargados de la formación moral y cultural de los bachilleres. El 14 de octubre del mismo año se convirtió en ley el proyecto sancionado por el Honorable Congreso, siendo presidente de la República, el Dr. Manuel Quintana y ministro de Justicia e Instrucción Pública, el Dr. Joaquín V. González. El 27 de enero de 1906 se materializó la ley al instalarse el colegio local, abriendo sus puertas a la juventud dolorense y a la de su zona de influencia, que en esa época se extendía hasta Necochea, Tres Arroyos, Tandil y Chascomús. Se designó rector al profesor Ramón Melgar, destacado escritor y poeta, de profunda vocación docente, lo que lo hacía el hombre indicado para la difusión y organización de la nueva enseñanza y para la formación y orientación de un profesorado en su mayoría carente de experiencia docente. Como vicerrector fue nombrado el Dr. Juan F. Tejeiro y como secretario el Sr. Romeo F. Roveda. En esa época, fue primer tarea ilustrar a padres e hijos sobre los nuevos horizontes que se abrían a la juventud. Colaboraron, con su acción y prestigio, el personal de la casa, y asimismo lo hicieron muchos hogares dolorenses dispuestos al acogimiento familiar de estudiantes foráneos para cuya atención también se organizó un internado. Con la finalidad de poner en funcionamiento el Colegio fue arrendada la amplia casona ubicada en la intersección de las actuales calles Buenos Aires y Alberdi de la ciudad de Dolores. Debido al incremento del alumnado y, como consecuencia de ello, a la necesidad de contar con aulas, gabinetes, gimnasio y el complemento indispensable para educandos y educadores, la biblioteca, el Colegio se traslada posteriormente a la calle Aristóbulo del Valle entre Márquez y Rivadavia. Los afanes de Melgar para dotar al instituto de casa propia, arquitectónicamente adecuada a sus funciones, encontraron eco en Delfor del Valle y en caracterizados vecinos, quienes, con esa finalidad realizaron una suscripción popular que dio excelentes resultados, lográndose los fondos para adquirir la “manzana” formada por las calles Crámer, Álvarez, Lara y Richieri que hoy ocupa el establecimiento. Para la construcción del mismo se contó, tal como se señalara anteriormente, con la eficaz colaboración del Sr. Delfor Del valle, quien a requerimiento de Melgar y en su carácter de senador nacional, presentó un proyecto a tal efecto que fue aprobado y convertido en ley. El 25 de mayo del año 1923 bajo la Presidencia del Dr. Marcelo T. De Alvear, con la asistencia de sus ministros Dres. Celestino Mareó y Eufrasio Loza, siendo intendente municipal el escribano Augusto P. Bialade, se colocó la piedra fundamental del actual edificio en la manzana de tierra adquirida por los vecinos. El edificio fue inaugurado el 26 de mayo de 1929, siendo padrinos de la ceremonia el Sr. Delfor Del Valle y doña Aurelia Quadri de Quadri. Dicho edificio contó con mobiliario y material de enseñanza completo y actualizado, ocupando exactamente una manzana; estando delimitado por un paredón bajo, el cual contiene un enrejado de color verde muy trabajado. Para poder visualizar en su totalidad el frente del colegio, debemos ubicamos en la vereda de enfrente. De esta manera logramos la perspectiva adecuada que nos permite maravillarnos ante tal construcción arquitectónica. Una primera puerta de rejas, da acceso al lugar; traspasando ésta se levanta la imponente fachada del Colegio. La puerta de ingreso al edificio también es de rejas, de color verde y de vidrio; su parte superior es de forma semicircular. Al costado de dichas puertas se levantan dos columnas, las cuales han sido realizadas y decoradas al estilo jónico, ya que su capitel forma dos volutas que se enroscan hacia abajo. Por encima de ellas se encuentra un gran triángulo, con una recargada decoración, en cuya parte central está emplazado el Escudo Nacional Argentino. La parte superior de la puerta, debajo del frontón, lleva la inscripción "Colegio Nacional". Hacia los laterales hay una serie de ventanas, las que en su parte superior también tienen un frontón. El techo del edificio es de tejas color rojo. Entrando en el Colegio, debemos detenernos en un pequeño recinto donde observamos varias columnas con capiteles diferentes a los de la fachada; el techo es abovedado con detalles esculpidos, que tienen forma de una flor. Del mismo pende una araña. En el mismo lugar se encuentra la Rectoría y la Secretaría del establecimiento, frente a la cual está ubicada la Sala de Profesores. Ubicado entre la Rectoría y la Secretaría se encuentra el busto de Domingo Faustino Sarmiento. En el frente del mismo hay una placa y una piedra de mármol en homenaje a Don Manuel Láinez. Dejando este recinto, nos podemos dirigir a cualquiera de las dos galerías internas que nos dan acceso a las aulas. En el centro del colegio está ubicado el "Patio de las Américas", que se encuentra delimitado por las cuatro galerías, las que nos dan acceso a éste por medio de continuas aberturas. En el medio de cada una de ellas están ubicados los escudos de todos los países de América. Completan el hermoso lugar grandes canteros con flores. Dejando el patio, ingresamos en otra de las galerías, en la que se encuentra el salón de actos, cuyo acceso se realiza a través de una grandiosa puerta de madera color marrón vidriada. Dentro del salón observamos que la pared donde se encuentra el escenario está decorada, sobresaliendo un gran rectángulo de color dorado, en cuya parte superior tiene esculpido un rostro, en color blanco, y grabado en dorado la palabra "Perseverancia". Del techo del salón penden varias arañas. En sus paredes encontramos varios cuadros, conteniendo fotos de ex rectores, alumnado y diferentes personas que forman parte de la historia del Colegio. El Colegio también cuenta con una biblioteca, en la que se encuentra todo el material bibliográfico e histórico que posee a disposición de todo aquel que a ella se acerque. Finalmente, cabe señalar que el monumental edificio del Colegio Nacional enorgullece a todos los dolorenses y constituye una obra arquitectónica de realce en la ciudad. Debido a ello es que sugiero la incorporación del mismo al patrimonio cultural de la provincia de Buenos Aires, teniendo en cuenta además la proximidad del centenario de la creación de esta institución, que desde sus inicios ha participado en cuanto atañe a la formación de la juventud. En razón de los argumentos expuestos solicito a mis pares que me acompañen con su voto afirmativo en la aprobación del presente proyecto de ley.
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