Fundamentos de la Ley 11965
Los pobladores de la localidad conocida hoy como Villa Flandria, enclavada en el partido de Luján, quieren recuperar el nombre original de su ciudad. Desde sus mismos orígenes fundacionales y hasta el año 1978, ese lugar se llamó José María Jáuregui. En ese momento, algunas personas que se dijeron representantes de las “organizaciones intermedias” de la ciudad, sin consulta y con mucho menos aprobación de la inmensa mayoría de la población, gestionaron y consiguieron que el gobierno de facto de la época cambiara por decreto el nombre de la misma, que pasó a llamarse Villa Flandria. Esto no sólo creó descontento entre los ciudadanos, sino también la pérdida de una identidad que los había acompañado orgullosos desde el siglo pasado. José María Jáuregui se había instalado en el lugar en 1862, edificando a la vera del río Luján el primer molino harinero de la región provisto de los últimos adelantos técnicos de la época, construyendo también un tajamar sobre este cauce de agua y un puente para paso de vehículos y personas. Realizó multitud de emprendimientos industriales y comerciales, creando fuentes de trabajo para los pobladores de la zona. Siempre preocupado por los asuntos de la comunidad, con
autorización del Gobierno de la provincia de Buenos Aires ocupó el cargo de
tesorero de En el año 1883 José María Jáuregui impulsa la instalación de una estación ferroviaria en el lugar, para lo cual dona los terrenos correspondientes y adelanta para su construcción la suma de $140.000. La estación se habilitó en 1884 para el servicio de pasajeros, encomienda y carga, y fue bautizada con su nombre. Alrededor de los edificios de la estación comenzaron a instalarse los pobladores de la zona. Allí edificaron sus viviendas, abrieron comercios, se radicaron nuevas industrias y comenzaron a producir gran cantidad de chacras, incentivadas por la nueva vía de comunicación y transporte. En 1897, se inaugura Con el retorno del Estado de Derecho, los habitantes de la localidad lograron que se restituyera a la estación su antiguo nombre; pero no obstante alcanzar este pequeño triunfo, siguieron -y siguen- padeciendo la dualidad de identidad. Hoy nuevamente hacen oír el reclamo que repiten desde hace casi dos décadas, y a través de sus representantes, sus firmas y sus voces peticionan que el pueblo vuelva a llamarse oficialmente -pues nunca dejó de hacerlo en los hechos y en su corazón- José maría Jáuregui. Finalmente, se establece expresamente que todo documento oficial o privado que hiciere mención a la antigua denominación de la localidad deberá entenderse referido a la que se adopta la presente, la que operará de pleno derecho sin necesidad de efectuar trámites de rectificación, actualización o de cualquier otra naturaleza por parte de los interesados; con el objeto de aventar toda posibilidad de que la modificación que se propugna ocasione cualquier clase de perjuicio a los pobladores al verse obligados a realizar innecesarias tramitaciones burocráticas. Estoy convencida que los legisladores debemos estar atentos al pensamiento y al sentir de los pueblos, y muy especialmente en este caso cuando una comunidad toda quiere recuperar su identidad, basada en hechos concretos y comprobables de su pasado, para vivir con plenitud su presente y proyectarse hacia su futuro, tomando como ejemplo al inmigrante pionero cuyo honroso nombre motiva este reclamo, y al cual quieren ofrecer un justo y merecido homenaje. Recordemos que los hombres que no respetan sus orígenes y sus tradiciones, no son capaces de respetarse a sí mismos. Por todo lo expuesto, es que solicito a los señores senadores que me acompañen con su voto favorable en el presente proyecto.
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