Fundamentos de la

Ley 10357

 

El presente proyecto de ley se basa en los siguientes fundamentos:

 

Técnicos Pedagógicos

 

Si bien es posible encontrar diversas definiciones de educación, nadie puede dudar y la mayoría de los pedagogos están de acuerdo, en que la educación es primordialmente un proceso por el cual "La comunidad humana conserva y transmite su peculiaridad física y espiritual". El hombre solo puede conservar, propagar, pero además transformar y cambiar sus formas socio-culturales y espirituales mediante las mismas fuerzas por las cuales la ha creado: la voluntad y la razón. Otras organizaciones físicas y animales se mantienen y propagan por la fuerza vital, creadora y plástica que impulsa espontáneamente a las opiniones vivas y que no faltan en el hombre, pero éste crea condiciones y formas peculiares mediante su inteligencia y voluntad, dirigido y compelido por los fines sociales y valores últimos que él mismo descubre y es en la educación donde estos principios actúan y se propagan, se conservan y reelaboran por el tiempo necesario que una comunidad los siente como propios, históricamente valederos, compartidos, consecuentes con el sentido de la sociedad.

Aparece así, que toda educación es el producto de la conciencia viva de una norma que rige una comunidad humana en un momento histórico. La educación participa de la vida y el crecimiento de la comunidad, así en su destino exterior como en la estructuración interna y en su desarrollo cultural. La educación participa de los valores de toda comunidad histórica y cuando estos se corrompen, la educación se debilita y oscilan entre la destrucción y la búsqueda de nuevos fundamentos, encontrándose el hombre desvalido y errante por falta de principios y fines compartidos a los que se debe y tiene derechos para su desarrollo individual, y socio-cultural.

La quiebra sistemática de valores que ha sufrido nuestra patria y nuestra Provincia, tornan urgente no sólo la vuelta a un pasado histórico-educativo (1882) sino que se vuelve urgente la compulsa para una concertada política educacional que asuma el presente histórico argentino que retomó el camino democrático como la más eficaz forma de gobierno y la mejor forma de convivencia participativa de vida.

Errados están aquellos que solo piensen en la reestructuración de las escuelas, de las currículas, de la formación docente, de la organización integral de la educación, si no se parte de principios y valores de normas y conductas fundadas en la comunidad de ideales y de formas sociales y espirituales coparticipadas en una comunidad de destino.

Todo esfuerzo educativo será válido, afianzador y transformador, todo cambio en las estructuras será fértil, toda organización escolar y curricular potable, si se funda en principios compartidos y participados, comunitariamente visualizados y fundados en una concepción antropológica, social y espiritual que surja de una conciencia reflejada de lo que se es y se quiera ser.

regionales, para fundar la necesidad de llevar a cabo en nuestra Provincia un congreso pedagógico que dé amplia participación, para que se expida en sus comunicaciones sobre qué se quiere, qué se puede, qué debe ser el ciudadano, la escuela y la educación de la provincia de Buenos Aires, y concurrir con las ponencias concertadas, al gran debate que se realizará en el Congreso Nacional de Educación y concretar el sistema educativo nacional que perdure por su realidad, cientificidad, sistematicidad, pero además por su unidad en lo nacional, por su visión latinoamericana, pluraválido en su articulación y respetuoso de las características de nuestra ancha y profunda patria en creencias y valores.

Este Congreso Educativo Nacional ha sido convocado por Ley 23.114 y se realizará según lo anunciado desde esferas responsables, en 1985.

Esta ley comporta una modificación a lo previsto en el mensaje y proyecto del Poder Ejecutivo nacional, pues amplía a la Provincia, a la municipalidad de Buenos Aires y el Territorio Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, la organización en sus respectivas jurisdicciones educativas", respetando el principio federalista, la regionalización educativa pero a su vez fundado en la comunidad de ideales como Nación, pues de ese Congreso Pedagógico Nacional con la participación de los congresales pedagógicos nacionales, surgirá la futura Ley de Educación.

El artículo 189 de nuestra Constitución Provincial mantiene su redacción y textura desde 1873 (artículo 295 de aquélla). "La Legislatura -dice- dictará las leyes necesarias para establecer y organizar un sistema de educación común y organizará asimismo la instrucción secundaria y superior y sostendrá las universidades, colegios e institutos destinados a dispensarles".

La provincia de Buenos Aires ha sido siempre señera en educación y ha sido respetada en sus decisiones, no puede estar hoy ausente a una convocatoria nacional y menos estar ausente nuestra Legislatura que por mandato constitucional y popular debe legislar sobre un sistema educativo a regir. La provincia de Buenos Aires deberá llevar su voz y concreciones compartidas, sancionadas en pluralidad de criterios pero en unidad de intereses mediante un gran diálogo provincial.

Con esta convocatoria cumpliremos con los grandes objetivos nacionales de la Ley 23.114 que ya no es de un gobierno sino de la aspiración de la docencia toda, del argentino de hoy para el futuro de la Nación toda como aspiración de grandeza delineando su ideal de hombre argentino que ha de ser meta y derrotero para el educador, la organización escolar, la política educacional, la pedagogía toda y las asociaciones escolares sistemáticas y parasistemáticas.

 

Históricos

 

Hablar de aquel pasado histórico que fundó un sistema educativo válido para varias épocas, es hablar del primer "Congreso Pedagógico Internacional en Buenos Aires", de 1882. Congreso que surgió por decreto del Poder Ejecutivo nacional y congregó a eminentes figuras del quehacer educativo; recordarlo no significa copiar sus propuestas, sino su espíritu, aunque la mayoría de ellas aún hoy son valederas.

Su espíritu nos permite descubrir la técnica de un tiempo histórico de consolidación de un sistema nacional de educación. Es de aquella compulsa histórica que surgió la Ley 1.420, aún hoy vigente.

Se puede rastrear de aquel congreso un "carácter" un "sistema de valores", porque aquella generación encontró su propio sentido, su razón de ser, en diálogo consigo mismo, desentrañando su realidad, analizando sus posibilidades y concluyendo lo que quería ser.

Ya Sarmiento había propuesto las bases de un fuerte sistema educativo fundado en la voluntad de todos. El 1858 primer número de "Anales de la Educación común en la provincia de Buenos Aires" había expresado: "Así como en 1810 quisimos ser un pueblo libre e independiente, debemos ser un país inteligente e industrioso".

 

Legales

 

Rastrear las leyes educativas pero más que ellas las ideas, fuerzas con que fueron concebidas, será largo de expresar. Basta una, la primera sistemática y orgánica de la provincia de Buenos Aires de 1875 para servir de ejemplo.

La ley se funda en los artículos 205 y 206 de la Constitución Provincial de 1873. Ya en ella se exige la descentralización administrativa (artículo 20) y la regionalización educativa y programática (artículo 2) y las concernientes a consejos escolares de distrito.

Su fuerte nervadura sistemática, sus sólidos fundamentos, su claro sentido interpretativo del sentir de su época, que pudieron hacer cambiar la Constitución Provincial (1851), con la Ley 5.650 que rige aún hoy con las quitas y agregados de los gobiernos de facto, como sucedió con el Estatuto del Docente bonaerense. Aquel grueso volumen "Código de la Enseñanza Primaria y Normal" de Francisco Berra en 1897, director general de Escuelas, tampoco prosperó pero inspiró a muchos copistas de resoluciones disposiciones nuevas de la educación.

Hemos tomado tres firmes pilares: la teoría pedagógica, la legal y la histórica para recoger los principios consagrados por aquellos educadores-maestros que soñaron con una patria grande, de ideales formativos comunes, pero respetando pluralismos