FUNDAMENTOS DE LA

 

 

 

LEY 14209

 

 

 

HONORABLE LEGISLATURA:

 

 

Se somete a consideración de Vuestra Honorabilidad el proyecto de ley adjunto para su sanción, a través del cual se propicia declarar de interés provincial al turismo como proceso socioeconómico esencial y estratégico para el desarrollo de la Provincia.

Si bien se trata un sector joven que tiene raíces sociales, económicas y culturales, lo cierto es que su evolución cobró notoriedad en épocas recientes y actualmente presenta un nivel de crecimiento tan acelerado que resulta difícil la comparación con otras actividades.

Así, en nuestro país, la actividad turística empezó a consolidarse, a consecuencia de conquistas sociales y laborales a fines de la primera mitad del siglo pasado, tomando un sesgo importante que fue acompañado con distintas inversiones por parte del Estado con la construcción de la infraestructura necesaria para su goce, como grandes hoteles y la explosión inmobiliaria en la costa atlántica de nuestra Provincia y el acceso del pueblo al recurso. De esa época es la Ley 5.254 que nos rige, nacida en junio de 1948 y que aportó avances novedosos en temas que aún están en el tapete, ya que tiene aspectos que aún hoy pueden ser analizados como de avanzada (turismo social, protección al consumidor) y por tanto útiles para el ejercicio de la gestión.

Sin perjuicio de ello cabe mencionar que la concepción del turismo en el año 1948 era muy distinta a la de la actualidad. Aquel en el albor del reconocimiento del legítimo derecho al descanso como una cuestión social ligada a la salud del trabajador y la familia, pero más sedentario, más contemplativo. Hoy, en cambio, es más interactivo debido al perfil y a las preferencias adoptadas por los turistas, con una conducta más activa respecto al objeto, lo que ha llevado, por ende, a la transformación observada en la prestación de los servicios en los últimos años. Estas prácticas han quedado fuera del alcance de la norma, y por tanto sin tutela ni tratamiento alguno. Actividades hoy que requieren de su ordenamiento.

Por su parte, la actividad tiene ribetes tales que permiten afirmar sin hesitación que se convirtió en generadora de divisas y fuente de trabajo genuino. Este desarrollo se encuentra en pleno auge no solo a nivel nacional sino también en nuestra Provincia, y consideramos que existen aún grandes expectativas de crecimiento pues las reservas tanto de atractivos naturales como culturales son abundantes.

Esta actividad, en razón de su naturaleza polifacética genera impactos positivos y negativos. Así entre los beneficios que de la misma se derivan, se pueden citar la generación de empleo y de nuevos ingresos; la posible redistribución de ingresos internos; la ampliación de mercados para productos locales; los aportes de divisas para las economías local, regional y nacional; la protección de recursos y atractivos naturales y culturales por constituir éstos dispositivos primordiales para su crecimiento y sostenimiento; la recuperación y conservación del patrimonio natural y cultural por los mismos motivos; la mejora de la infraestructura y los servicios urbanos, zonales y regionales; la mejora de las instalaciones y actividades recreativas para las comunidades receptoras, o el acrecentamiento del nivel de calidad de vida de los residentes.

Todos estos aspectos a su vez pueden verse opacados por la generación de impacto negativo producto del desarrollo sin planificación (espontáneo), por los modos incorrectos de afectación del territorio, o por la masificación de la demanda. El resultado de esta situación de desorden puede verse reflejado en la saturación de los espacios urbanos que constituyen atractivos turísticos, la contaminación de diverso orden, el deterioro o destrucción del patrimonio natural y cultural, o de los valores vinculados con la tradición y las costumbres locales.

Algunos de estos efectos indeseados pueden palearse con el establecimiento de pautas claras en la legislación sobre la materia. Es decir, que a través del establecimiento de las prioridades que posteriormente serán objeto de las políticas a aplicarse, se podrá tender al desarrollo de un crecimiento cualitativo y sustentable.

Nuestro territorio permite el desarrollo de todo tipo de actividades turísticas, con infinitas clasificaciones que abarcan desde el turismo rural, de playas, de sierras, religioso, de salud, de aventura, etcétera. Todos los centros turísticos provinciales deberían contar con rasgos particulares que permitan su diferenciación de los centros urbanos, y a la vez coadyuven a la generación de una identidad local, que así definan su producto turístico, sin perjuicio de la generación de procesos de regionalización a través de la conformación de zonas, corredores o regiones.

Esta actividad a nivel nacional (y como consecuencia de ello, también en el orden provincial) presenta claras ventajas comparativas respecto del turismo internacional. Este fenómeno es observable en el número de turistas extranjeros que anualmente visitan la ciudad de Buenos Aires y el territorio de la Provincia.

Muchos de los puntos que aquí señalamos son contemplados en las políticas implementadas por países con un alto grado de desarrollo turístico, como el caso de España, donde su política es influida por una concepción estratégica, que plantea la necesidad de diseñar estrategias globales que hagan más competitivo el sector al amparo de teorías sobre gestión estratégica de las empresas. La competitividad se convierte en el eje de la estrategia empresarial turística y su objetivo en materia de política empieza a ser reinterpretado en base a crear y mantener un marco adecuado para la competitividad.

Estas concepciones, a diferencia de lo que ocurría en otros tiempos, consideran especialmente la relación del producto y el entorno en que se lleva a cabo, pues la oferta debe ser coherente con las posibilidades de la zona y deben tender a su sostenimiento en el tiempo.

En nuestro territorio resulta cuanto menos dificultosa la aplicación de concepciones de este tipo si se parte de la base de que nuestra legislación no está actualizada. Si bien la ley vigente estableció pautas innovadoras en la época de sanción, hoy no resultan suficientes para atender las necesidades de la actividad en la Provincia.

De allí que creemos conveniente realizar los mayores esfuerzos para colaborar con esa finalidad, y en lo que nos concierne, el logro de un acuerdo político podrá dotar a la Provincia de un marco normativo acorde a aquellas necesidades. De modo que el trabajo conjunto que con este proyecto iniciamos, o que en realidad continuamos, atento los ingentes esfuerzos de los pares que nos precedieron en la presentación de proyectos de esta naturaleza (que en la mayor parte de los casos fueron muy especialmente tenidos en cuenta) podrá coadyuvar para aquel logro.

El proyecto tuvo especialmente en cuenta una diversidad de normas antecedentes originarias de otras provincias, tales como los casos de Salta, Córdoba, Río Negro, Neuquén, Corrientes y Chubut, y por supuesto la ley nacional en la materia. También, como señalamos, se analizaron la mayor parte de los proyectos antecedentes elaborados tanto por nuestros pares como por las distintas administraciones a cargo del sector turístico provincial.

Como consecuencia de la tarea realizada se formularon dos declaraciones esenciales, la del turismo como proceso de interés socioeconómico y estratégico para el desarrollo de la Provincia, y la de los municipios y la actividad privada vinculada directa o indirectamente al turismo como aliados estratégicos del estado provincial en pos de la consecución de sus fines en esta materia.

Otro de los aspectos centrales de nuestra propuesta es la especial que se le brindó la relación entre turismo, medio ambiente y población local basada en la concepción del desarrollo sustentable. Así se previeron en cabeza de la autoridad de aplicación las obligaciones de ponderar los impactos ambientales y socioeconómicos que podrían generar los proyectos turísticos. Estos aspectos hacen al concepto de gestión responsable de la actividad a fin de permitir conservar el patrimonio ambiental y cultural.

El proyecto prevé la creación de un Consejo de Promoción Turística, como ente de carácter asesor, consultivo, de concertación y apoyo a la gestión de la autoridad de aplicación, para el que se previó una integración mixta (con representantes honorarios y transitorios de la misma autoridad de aplicación, de los municipios y cada una de las entidades representativas de los sectores de la actividad que tengan personería jurídica vigente y sean de carácter provincial), procurando la representatividad de toda modalidad y recurso natural y cultural de la Provincia. Con la sola previsión de dicho órgano se buscó limitar la creación de superestructuras orgánicas con la consiguiente erogación que su funcionamiento supone, y que en muchos casos pueden incluso obstar a la buena marcha de las previsiones de la norma, o más aún a su efectiva puesta en funcionamiento.

Por otro lado, se buscó trabajar exclusivamente en una norma marco a efectos de posibilitar dar agilidad a la necesidad de reglamentar actividades que hoy están sin resguardo y que puestas en funcionamiento encuentran respuestas negativas en municipios y turistas. El avance de distintas prestaciones en turismo aventura requiere rápidamente un ordenamiento, partir de la fijación de pautas concretas para su ejercicio como garantía respecto de los riesgos ciertos que su práctica conlleva.

Se ha decidido postergar para un tratamiento posterior aspectos que requieren de una discusión más profunda como la de dotar al sistema de una fuente de financiamiento, a partir de gestar el Fondo Provincial de Promoción Turística, que concurra en ayuda de la inversión, de la promoción, de los prestadores y en general que permita asistir el desarrollo de esta actividad.

También se contempla la creación de un registro específico, concebido como Registro Provincial de Servicios y Actividades Turísticas, al que se le otorgó carácter constitutivo, pues la falta de inscripción obstará la posibilidad de ejercer actividades turísticas en la Provincia.

El presente proyecto pretende crear un marco regulatorio que sirva de instrumento para el fomento, desarrollo, promoción y regulación de la actividad turística, mediante la determinación de los mecanismos necesarios para la creación, conservación, protección y aprovechamiento de los recursos y atractivos turísticos provinciales, resguardando el desarrollo sustentable y la optimización de la calidad, estableciendo los mecanismos de participación y concertación de los sectores público y privado en la actividad.

También contempla una participación esencial de los municipios en la gestión de la actividad, ya a través de su reconocimiento como actores esenciales del sistema turístico provincial como a través de la delegación de facultades de control y fiscalización. Es parte de la concepción de este proyecto la gestión descentralizada en los aspectos operativos que permitan el logro de los fines perseguidos, a fin de otorgar la mayor participación posible a todos los actores del sistema.

Esta posible descentralización operativa, sumada a la participación de la comunidad a través de distintas formas (en sus comunas, en zonas, corredores,  o consorcios) es parte también de la búsqueda de una mayor concientización de las comunidades receptivas. La idea es que los residentes comprendan el fenómeno del turismo en todos sus aspectos, y se sientan partícipes. A su vez, este sentimiento debe reforzarse y apoyarse con un proceso de educación continua basado en los principios de este proyecto.

Asimismo, la planificación no solo será prioridad de la autoridad de aplicación, sino también de las autoridades comunales en el marco de los fines locales antes señalados, siempre alineados con las metas centrales de la norma.

Se incorpora la necesidad de contar con un plan estratégico construido sobre la base de la participación activa de todos los sectores, en la inteligencia que ello dará previsibilidad y sustento a la actividad, conformando una verdadera política de Estado planificada, a la que podrán adherirse todos los actores y sobre la cual podrán ir pergeñando su propio quehacer. Paralelamente, el logro de un desarrollo turístico planificado a nivel local permitirá también el crecimiento de propuestas secundarias generadas a pequeña escala, dada la posibilidad de comprensión del fenómeno, la posibilidad de aprovechar la infraestructura existente, y los mayores beneficios que se reportarían a la comunidad.

Nuestra propuesta también se ocupa de la protección de los turistas y de la relación de éstos con los operadores o prestadores de servicios, dado que no solo se generó un capítulo específico sobre protección a aquel, sino que también se fijaron claramente los derechos y obligaciones de cada uno, a fin de transparentar los límites de esta relación, con el consecuente régimen sancionatorio, también previsto en un capítulo específico.

Estas cuestiones resultan también clarificadas en su alcance a través de la adopción del Código Ético Mundial sancionado por la Organización Mundial del Turismo, en el que se prevén principios vinculados con la contribución al entendimiento y al respeto mutuo, las obligaciones de los agentes del desarrollo turístico, o incluso, los derechos de los trabajadores y de los empresarios del sector.

Ya desde el inicio de la propuesta que acompañamos, destacamos la importancia de mantener una estrecha coordinación y cooperación entre el sector privado y público, representado en el caso por la autoridad de aplicación o incluso las autoridades locales que posean funciones propias o delegadas. Sobran ejemplos para vislumbrar con meridiana claridad la importancia del rol del sector privado por medio de la inversión que éste realiza, aunque también, a veces, este capital puede ser limitado o de difícil atracción, por lo cual el papel del Estado debe direccionarse hacia la realización de los primeros pasos, o incluso hacia la formulación de propuestas que hagan atractiva la participación de aquel sector.

También se estimula la generación de instrumentos y medios para que se otorguen facilidades a todos los sectores de la sociedad con la finalidad de que puedan acceder al ocio turístico en todas sus formas, en condiciones adecuadas de economía, seguridad y comodidad. Es decir, se plasmó la concepción social del turismo.

A mérito de las consideraciones vertidas, es que se solicita de ese Honorable Cuerpo la Dios guarde a Vuestra Honorabilidad.