FUNDAMENTOS DE LA LEY 14895

A cuarenta años del comienzo de la última dictadura cívico-militar en Argentina y a más de treinta años de la recuperación democrática hay mucho recorrido construido pero aún mucho por transitar. El terrorismo de Estado tiene profundas consecuencias en la reconfiguración de los lazos sociales. Muchos de los entramados discursivos y de las prácticas sociales siguen permeadas por dicha configuración.El ejercicio de la memoria social debe desandar ese camino. La democracia, además de ser sustantivo, implica un trabajo continuo de consolidación de derechos.

Más de 600 lugares utilizaron por la última dictadura cívico-militar (1976-1983) para el secuestro, la tortura, el asesinato y la desaparición forzada de personas perseguidas por su militancia política, social y sindical y para la instalación del terror en todo el país, según la nómina oficial producida por el Registro Unificado de Víctimas del Terrorismo de Estado (RUTVE), dependiente de la Unidad de Investigación de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.

La transformación del Ex Centro Clandestino de Detención “Pozo de Quilmes” en un sitio de memoria tiene como horizonte propiciar un espacio de reflexión sobre las formas de construcción de memoria, comprendiéndola como un proceso activo de elaboración de sentidos sobre el pasado, sujeto a consensos sociales.

Desde este modo, un abordaje de los derechos humanos hoy, obliga, ineludiblemente, a cuestionar que Argentina anhelan sus ciudadanas y ciudadanos. En otras palabras, esta tarea consiste en realizar un análisis crítico de los hechos no como algo acabado sino en constante devenir.

Por eso, al igual que en la mayoría de los sitios de memoria y museos del mundo, su funcionamiento debe ser garantizado por fondos del Estado y al mismo tiempo su gestión debe sostenerse con la participación plena de la comunidad dando cuenta de las múltiples expresiones y referencias construidas en la lucha por los hechos humanos y la memoria. Así, en la gestión debe prevalecer el principio de la autonomía en las decisiones cerca de qué hacer en el sitio y cómo hacerlo. La experiencia de la Comisión Provincial por la Memoria da cuenta de que la autonomía garantiza la permanencia en el tiempo y la elaboración de consensos plurales que permiten la construcción de una memoria democrática y dinámica así como el fortalecimiento de la lucha por la plena vigencia de los derechos humanos.

El territorio en pasado y presente.

La brigada de Investigaciones de Quilmes se ubicó en la esquina de las calles Allison Bell y Garibaldi, en el centro de la ciudad de Quilmes, Provincia de Buenos Aires.

En esa dependencia funcionó el Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio conocido como “Pozo de Quilmes” o “Chupadero Malvinas” entre 1975 y 1979.

De acuerdo a un informe oficial de la Jefatura de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, el 1 de enero de 1977 la Brigada fue suprimida y el edificio permaneció a disposición de la autoridad militar. El ex comisario Lucas Gumersindo Belich recibió la orden del entonces Director de Investigaciones de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, Miguel Osvaldo Etchecolatz, de trasladar a todos los detenidos comunes a otras dependencias y transformar a la Brigada en un lugar exclusivo de alojamiento de prisioneros ilegales.

El desmantelamiento del “Pozo de Quilmes” comenzó en julio de 1978, cuando fueron liberados o “traslados” los últimos prisioneros. Progresivamente, se fue retirando la maquinaria de tortura y se desmontó la estructura represiva. Sin embargo, por un enfrentamiento interno entre los mandos del Primer Cuerpo de Ejército que se sucedieron a fines de 1978, el lugar volvió a alojar prisioneros ilegales bajo la denominación “Omega”, durante los primeros tres meses de 1979.

En la actualidad, esa misma dependencia continúa en con funciones bajo la denominación de Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes. Por esta razón, su transformación en un Sitio de la Memoria se torna necesaria, para plasmar la historia de los hechos allí ocurridos durante la última dictadura-militar, promover una política de memoria, verdad y justicia, profundizar la democracia y consolidar los derechos humanos.

Descripción edilicia y funcionamiento:

De acuerdo al testimonio de sobrevivientes, incluidos en el Informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas “Nunca Más”, la Brigada constaba de dos edificios separados comunicados entre sí. Un chalet de dos plantas donde funcionaban los departamentos judiciales (cuyo acceso era por la esquina de Allison Bell y Garibaldi) y una segunda edificación de cuatro plantas, donde se encontraban los calabozos y las salas de tortura. El acceso desde la calle se daba a través de un portón de gran tamaño –sobre la calle Allison Bell-, que corría '73obre un riel. A ese garaje daban a su vez una pequeña oficina, una cocina (con un baño chico), el pañol y el pasillo angosto que llevaba a la escalera. Algunas de las habitaciones de esta planta eran utilizadas como salas de torturas.Según testimonios, las mujeres y los hombres estaban alojados por separado.En general, se destinó el segundo piso a las mujeres, y el tercer piso a los hombres.Aunque, en diversas oportunidades, se alojó a prisioneros ilegales en la planta baja y el primer piso.Las mujeres embarazas fueron sometidas a tormentos al igual que el resto de los prisioneros y prisioneras. El “Pozo de Quilmes” no era un centro clandestino que estuviese especialmente preparado para los nacimientos en cautiverio, siendo muchas veces trasladadas las mujeres al Centro Clandestino de Detención denominado “Pozo de Banfield”, donde solían ser “atendidas” por el médico policial Jorge Antonio Bergés.

Durante el período de funcionamiento del “Pozo de Quilmes”, hubo variaciones respecto de la cantidad de detenidos. De acuerdo a los relatos de sobrevivientes, en los lapsos en que había menos prisioneros. Se encontraban allí cerca de ocho personas en cada piso. En las circunstancias de mayor circulación de prisioneros, llegó a constatarse cerca de 30 personas en cada piso. De lo expuesto se desprende un total de 90 detenidos y detenidas en simultáneo, aproximadamente. Consideración que el juicio en el cuál se debe juzgar los crímenes cometidos en el “Pozo de Quilmes” no se ha sustanciado al momento de la elaboración del a presente ley, se estima a través de los mismos relatos, que alrededor de 250 personas estuvieron prisioneras en el edificio.

Circuito Camps.

Dentro del circuito de centros clandestinos de la Provincia de Buenos Aires conocido como Circuito Camps, el “Pozo de Quilmes” cumplió funciones específicas como “depósito de “prisioneros”, lugar de obtención de información, y uno de los pasos previos a la decisión sobre el destino de cada detenido-desaparecido: el traslado final (asesinato) o la “legalización”. Este circuito represivo delimitado en la Subzona 11 en dependencia del Comando Operacional del Ejército a cargo del General G. Suárez Mason configuró la estructura más importante de centros ilegales de reclusión, tortura y exterminio de la Provincia de Buenos Aires, bajo el mando del General Ramón J. Camps quine era en ese momento Jefe de la Policía Bonaerense. Estuvo conformado por 29 centros clandestinos de detención distribuidos en 9 partidos del conurbano bonaerense.

Por estos antecedentes fueron llevados a juicio 26 represores entre setiembre de 2011 y diciembre 2012 ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de La Plata, presidio por el juez federal Carlos Rozanski e integrado por Roberto Falcone y Mario Portela.

El debate de este proceso se intentó reconstruir el funcionamiento y los crímenes cometidos en algunos de los lugares del circuito como lo fueron la Comisaría 5 de La Plata, la Brigada de La Plata, la Brigada de San Justo, el Destacamento de Arana, la Subcomisaría de Don Bosco denominada “Puesto Vasco”, el “Pozo de Arana” y el “COT I Martínez”, que era el Destacamento de la policía caminera de Martínez.

El Pozo de Quilmes, una pieza del Plan Cóndor.

El Pozo de Quilmes fue un eslabón en el circuito de centros clandestinos que funcionó como apoyo para el llamado Plan Cóndor, que consistió en la coordinación entre las dictaduras de varios países del Cono Sur –Argentina, Chile, Bolivia, Brasil, Paraguay, Uruguay-, para implementar la represión ilegal, la desaparición de personas y la apropiación de bebes, a través de sus fuerzas armadas y de seguridad, sin límites de fronteras ni jurisdicciones nacionales.

Testimonios de sobrevivientes revelan la presencia de militares del ejército uruguayo que se desempeñaban con total libertad e independencia dentro del “Pozo de Quilmes”.

Por último, considerando que:

Por estas razones expuestas solicitamos a las señoras legisladoras y señores legisladores que acompañen con su voto el presente proyecto de ley.