Fundamentos de la Ley 13496
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El Dr John William Cooke nació en La Plata el 14 de noviembre de 1919, y vivió en esa ciudad en la calle 50 entre 4 y 5, hijo de un abogado radical que fuera ministro de Gobierno en esta provincia durante la Presidencia de Irigoyen, ingresa a los 19 años a la Facultad de Derecho de la Universidad de La Plata, siendo el mismo afiliado al radicalismo, en la fracción denominada entonces Unión Universitaria Intransigente. Fue integrante de Forja (Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina). Según relata el Dr. Floreal Ferrara “con sus características y su subjetividad construyó su huella antioligárquica, recorrida sin pausas, sin pedir disculpas, ni piedad ni permiso, en la edificación como nadie de la liberación nacional”. El 17 de octubre lo encuentra en la Plaza de Mayo junto a los obreros, y despega sin dudas un antiimperialismo popular”. El 24 de febrero de 1946 es elegido diputado nacional cargo que honró hasta 1952, no renovando su mandato. Fue entonces el presentador del plan quinquenal, que fundamentó y defendió, siendo el único de su bancada que se opuso posteriormente a la firma del Acta de Chapultepec por considerar, con justeza, que era una amenaza para la soberanía argentina. El golpe cívico-militar, antiobrero y antipopular de setiembre de 1955, derroca a Perón y encuentra a Cooke en plena actividad militante ocupando un lugar fundamental en la resistencia peronista. Refugiado inicialmente en la casa de José María Rosa ambos son puestos prisioneros en la Penitenciaría Nacional, ubicada entonces en la calle Las Heras junto a otras personalidades y dirigentes peronistas de la época, como Hector Cámpora, Jorge Antonio, etc. En diciembre de ese mismo año y por orden del Almirante Rojas son trasladados al Penal de Ushuaia. Sufren allí condiciones tremendas de prisión con temperaturas extremas que alcanzaban a 40 grados bajo cero, sin calefacción, sin agua, engrillados, condiciones éstas que se suman a un sin fin de vejámenes por orden de la “Revolución Libertadora”. Trasladados más tarde al penal de Río Gallegos, organizan su fuga y logran llegar a Chile donde se asilan. El 2 de noviembre de 1956 a través de una carta fechada en Caracas, Perón lo designa como su representante y lo reconoce como único jefe de las fuerzas peronistas organizadas tanto en el interior como en el exterior del país. Juega un rol relevante al articular las relaciones del peronismo con los movimientos revolucionarios de todo el 3er. mundo y muy especialmente con Cuba. Junto con Sebastián Borro, recientemente fallecido, encabeza y dirige la huelga del Frigorífico De la Torre el 17 de enero de 1959 durante la presidencia de Frondizi. Entonces señalaba, “no sabemos si este movimiento es subversivo, eso es cuestión de terminología, y en los países coloniales son las oligarquías las que manejan el diccionario.” Su intensa vida militante, aún en el exilio lo lleva a recorrer varios países llegando a Cuba en el 60 con su mujer Alicia Eguren; se relaciona con el Che Guevara y con otros revolucionarios, y al suceder la invasión a Bahía Cochinos, participa en el combate aportando su solidaridad como un soldado más. Construye en esa época la Acción Revolucionaria Peronista que en su documento inicial señala que se funda como “una organización creada y orientada para luchar contra la dependencia y la explotación por medio de la lucha revolucionaria”. Ariel Bignami, militante del Partido Comunista argentino, en una nota sobre el Nacionalismo Popular revolucionario publicado en el periódico de su partido recuerda que en una carta dirigida a Hernandez Arregui Cooke sostiene que “ La esencia del drama de nuestro Movimiento (el peronismo) es que su único destino y su única chance de sobrevivir es reconocerse como una fuerza de extrema izquierda, que sufre las influencias de la propaganda reaccionaria que se desata desde afuera y desde adentro de su propio seno” agregando en la misma “la necesidad de acentuar la línea revolucionaria, no solo en los hechos sino fundamentalmente en los planteos ideológicos”. Sostiene asimismo “la unidad de la clase trabajadora como indispensable, con la sola exclusión de los amarillos y los que sirven al gobierno”. En enero de 1966 se realiza en la Habana la Primera Conferencia Tricontinental de Solidaridad entre los pueblos, participando Cooke junto con otros representantes de distintas corrientes en la delegación argentina. Integraban la misma Alcira de la Peña (P. Comunista), Ismael Viñas (Movimiento de Liberación Nacional ), Abel Latendorf (P. Vanguardia Popular), Carlos Laforgue ( Juventud Peronista), FUA y MUCS (Movimiento de Unidad y Coordinación Sindical) La delegación elige por unanimidad como presidente de la misma a John William Cooke. (Ariel Bignani). Regresa al país en 1968 y muere de cáncer el 19 de setiembre de ese año cuando solo contaba con 49 años de edad. Alicia Eguren, su mujer, destacada periodista y activa militante como él, es secuestrada el 16 de enero de 1977 y llevada a la ESMA donde es brutalmente torturada y asesinada. En sus escritos queda documentada su posición sobre las fuerzas armadas, sobre la iglesia, sobre el rol de la clase obrera, sobre el “integrismo”, pero de manera especial sobre la acción y la lucha, por eso en esta oportunidad es válido recordar algunas de sus afirmaciones: “… sabemos que nada ocurre favorable al pueblo si no hay lucha, acción en las condiciones que se pueda. Sabemos que una correlación de fuerzas puede cambiar, pero a condición de que no se la considere definitiva é invencible. Sabemos que solo ganan las batallas los que están en ellas. Y que si éramos peronistas hasta ayer, no vemos motivos para dejar de serlo hoy, sino todo lo contrario, porque las armas y el peligro no son motivos suficientes. Y aunque individualmente estamos desarmados, y la represión pueda llegarnos, el pueblo es un gran ejército desarmado que adquiere, a través de la lucha, la potencia suficiente para ser incontenible.” Galasso, Goldar, Mazzeo han documentado y analizado exhaustivamente la vida de John William Cooke , este revolucionario considerado el ideólogo y el dirigente máximo de la resistencia peronista, y junto a Walsh, Hernandez Arregui, y otros son la expresión más elevada del nacionalismo popular revolucionario, que junto a los aportes de la teología de la liberación, del movimiento social, con ó sin referencialidad partidaria ( A. Bignani) confluirá con el marxismo en sus distintos afluentes, entrecruzándose y complementándose. Que mejor entonces, para fundamentar este proyecto, que hacerlo con sus propias palabras, entresacadas de los documentos que han quedado registrados: “Esta Argentina donde los niños y los sueños mueren desnutridos, donde los explotadores dictan las condiciones de la convivencia, esta Argentina no la queremos.. Esta unidad patriotera, de obediencia al privilegio y sometimiento a la fuerza, no es la nuestra, y contra ella proclamamos la unidad de todas las fuerzas patrióticas antiimperialistas que no se doblegarán ante el statu quo y sus guardias de hierro….. Llamamos a la liberación en nombre de la conciencia nacional, que es conciencia de que somos un país sin autodeterminación………las fuerzas morales, los valores que no se afincan en lo material, están de nuestro lado, del lado del pueblo, y la militancia los transformará en fuerza avasalladora: el fervor militante, el sentido de la patria como proyecto de liberación, la solidaridad entre los hombres para luchar por una sociedad sin verdugos ni explotados, todo lo que es cálido, generoso, amor por los seres humanos, lealtad a nuestro destino argentino y americano.” (De Peronismo y Revolución. J.W. C.) Homenajear a un ciudadano con tan altos ideales es un deber que nosotros los parlamentarios debemos cumplir, y es por ese motivo que les solicito el apoyo a este proyecto para el rescate y la memoria de uno de los patriotas más destacados de nuestra provincia, injustamente olvidado en el presente.
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