Fundamentos de la

 

Ley 11099

 

            Al realizar el relieve fundacional de una ciudad, entre los elementos que se consideran, la iglesia aparece como uno de los determinantes de éste. Así nos encontramos que la ciudad de Glew, que aunque no es cabecera de partido, tiene una gran importancia por su población, eminentemente trabajadora, por su centro comercial, y por su estación ferroviaria que es cabecera de uno de los ramales que parten de plaza Constitución. En el centro de todas estas actividades, encontramos a la iglesia Santa Ana, la cual es denominada iglesia madre de la zona y depende eclesiásticamente de la diócesis de Lomas de Zamora, siendo atendida sacerdotalmente por los clérigos que envía el obispado del lugar.

            Esta capilla, que fue construida hace más de cincuenta años, pertenece al estilo neogótico y románico, siendo edificada con un criterio de sencillez y austeridad, que armoniza con el lugar donde está emplazada. El nombre de santa Ana, fue puesto por los fundadores en honor a la madre de la virgen María y a pedido de estos para recordar a una de las fundadoras fallecida.

            El mantenimiento de la misma se realiza por un grupo de cristianos que forman la comunidad parroquial y con el sustento económico de las limosnas que allí se dejan; lo cual demanda esfuerzo muchas veces que podríamos llamar sobrehumano, debido a los elevados gastos que requiere y a los pocos ingresos que se tienen.

            La arquitectura religiosa de su interior y el clima espiritual que transmiten los que participan de las celebraciones religiosas, produce al visitante una atracción especial, como le ocurrió al maestro Soldi, hace aproximadamente treinta años, cuando de paso por ésta se sintió atraído espiritualmente y como retribución a esa gracias especial, decidió ofrecer a Dios, a quien consideró el dueño de esa casa, el pintar sus frescos.

            La tarea fue aceptada de antemano, por el párroco, y el obispo que en ese entonces era el de La Plata, monseñor Antonio José Plaza. Este fue un trabajo arduo y dedicado que le demandó 23 años, lo cual por el tiempo transcurrido, podemos decir que fue toda una etapa de vida dedicada al mismo. La pintura es observada y admirada en primer lugar por los creyentes que allí concurren y encuentran un deleite espiritual al contemplar las imágenes de la vida de nuestro Señor; y luego por el visitante por ser una extraordinaria obra de arte imposible de ignorar dada su magnificencia y valor cultural.

            Esta obra de arte, como decíamos, atractivo de los habitantes del lugar y visitantes que allí concurren, es algo que trasciende las fronteras ya que la obra del maestro Raúl Soldi, de la cual parece innecesario hacer una apología, es conocida internacionalmente. Los frescos de la capilla de Santa Ana de Glew, es una de ellas, considerada por los críticos de primer nivel como la más importante, dado el tamaño y la calidad de la misma.

            Este patrimonio, entonces, no pertenece ya al grupo de cristianos que asisten dominicalmente o que forman la comunidad parroquial, pues las obras de arte son un patrimonio universal que pertenece a todos, y es entonces que aparece la obligación del Estado de proteger aquello que es de interés general para la Provincia o el país.

            Por todo lo expuesto, y por tratarse de un patrimonio cultural, se somete a vuestra Honorabilidad el proyecto que la declara Monumento Histórico Provincial.