Fundamentos de la Ley 10331
A nadie escapa que el deporte, a través de sus diferentes expresiones, constituye una manifestación social y cultural de verdadera importancia. Estrechamente emparentado con la cultura física de los pueblos, que es deber del Estado preservar y fomentar, el deporte tiene mucho que ver, además, con la formación moral e intelectual de esos mismos pueblos ya que contribuye a fomentar en alto grado su patrimonio cultural. El deporte tiende a la jerarquización del hombre en cuanto hace a su bienestar en todo sentido; lo mejora y estimula a nivel de competencia individual o colectiva; le incentiva una sana emulación; lo hace solidario con el esfuerzo común para superarse y hacer que otros se superen; en definitiva lo importante es competir. A nivel de las competencias nacionales e internacionales el deporte permite que el hombre canalice un verdadero y legítimo sentimiento de patriotismo. Corresponde, pues, respaldar ese patriotismo de frente, sin temores, con el compromiso de todos, porque de todos será el éxito de cualquier deportista o de cualquier equipo de competición fuera del país. Más allá de los desencuentros que a todo nivel se producen o provocan, el deporte sirvió, sirve y servirá para acercar a los pueblos a través de sus hijos. El deporte, en definitiva, muestra a un país tal como lo refleja su estructura social, económica y cultural. El deporte debe tener sus puertas abiertas a todas las comunidades. En consecuencia, es tarea de todos preocuparnos para que algunos deportes escapen del encierro que impusieron las tradiciones o algunos círculos de privilegio extinguidos o a punto de extinguirse, afortunadamente. A la niñez primero y luego a la juventud, se le debe ofrecer la posibilidad de practicar deporte preferido. Para ello debemos propender a la popularización de todos los deportes, sin excepción. Deberá fomentarse la educación física y la enseñanza del deporte no solo en las escuelas del ciclo medio de nuestro país, también tendrá que existir una relación armónica entre el Estado y las entidades y organizaciones privadas concurrentes. Es sabido que el deporte de aficionados en nuestro país atravesó una etapa decadente, el Estado en estos últimos años nada hizo para superar esta situación y el aporte de la actividad privada poco hizo para solucionar este problema. El deporte aficionado en
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