Fundamentos de la

Ley 10733

 

            Entre las manifestaciones necesarias del desenvolvimiento social y cultural el Estado provincial participa promoviendo actividades que contribuyen a la elevación del nivel general del pueblo en tal sentido. Procurar que las personalidades ejemplares de nuestra historia obtengan por parte de la población un cabal conocimiento de sus vidas y obras es ofrendarles a los próceres y prohombres el reconocimiento que merecen de las sucesivas generaciones de argentinos.

            Por esto, en el presente año, con motivo del centenario de la muerte de Domingo F. Sarmiento concurre con su esfuerzo el Estado provincial por medio de esta Honorable Cámara de Diputados a ratificar –junto a las celebraciones nacionales, de otras provincias, comunales, de instituciones particulares y del pueblo en general- la permanencia espiritual del Gran Sanjuanino en ocasión de estar cercano el día preciso, motivo de tales celebraciones. Sin duda resulta obvio declarar una vez más la trascendencia de la personalidad de Sarmiento, maestro, legislador, gobernador, ministro nacional, presidente, civilizador, por sobre todo, por lo que damos por sobreentendido el conocimiento de la notables realizaciones que en vida ejecutó su genio prolífico y promovió concretas obras de singular significación que brindó como herencia a las épocas posteriores, junto con otros arquetipos de la nacionalidad, lo que permitió adquirir para nuestra patria un lugar privilegiado entre los pueblos.

            Estas celebraciones reconocen su antecedente en las que tuvieron lugar en 1961 en ocasión de cumplirse el sesquicentenario del nacimiento del prócer.

            Como rasgo fundamental para los homenajes que se le han detributar, señalamos lo que se refiere a su afán civilizador, y por ende como educador. Conviene recordar que fue proclamado, en respectivos congresos internacionales de educación, Maestro de América y Maestro Universal de la Educación Popular. Estas proclamaciones trasuntan la singular trayectoria que cumplió desde maestro de enseñanza primaria hasta Director General de Escuelas, etc. Y el creador de la primera escuela normal de Sudamérica.

            Por tanto, una ley que establezca la necesaria difusión de su personalidad a través de medios tradicionales y modernos, ha de ser, entre otros, una de las justificadas maneras de contribuir a la prosperidad de la cultura y la educación. Imaginamos que si Sarmiento estuviera ahora viviendo con nosotros ante esta Honorable Cámara y comprobando la preocupación de la misma entendería que su mensaje de constante avance ha sido comprendido por nosotros que constituimos aquellas generaciones del futuro que entrevió en su horizonte visionario y a quienes se remitía cuando su denodada lucha por el progreso tropezaba con la medianía de algunos de sus contemporáneos.