FUNDAMENTOS DE LA LEY 14855

El escritor y periodista Horacio Ramos nació y vive en Avellaneda. Allí realizó sus estudios primarios en la Escuela № 1 y los secundarios en la Escuela Nacional de Comercio de Avellaneda (ENCA), habiendo cursado estudios universitarios en la Facultad de Ciencias Económicas (UBA). Sus padres fueron don José Antonio Ramos Vázquez, oriundo de Lugo (Galicia, España), y doña María Adelina Graziano Venneri, nacida en San Telmo, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La familia está afincada en la ciudad de Avellaneda desde principios del siglo pasado, habitando la vieja casona de la calle Juan Bautista Alberdi 331, desde 1910 hasta la actualidad.

Creció en una Avellaneda donde, como suele decir, “todavía estaba salpicada de potreros y pájaros”, por eso, como la mayoría de los pibes de su tiempo, su infancia y su adolescencia se fueron escapando detrás de una pelota y la concurrencia dominguera, junto a su padre, hermano y amigos de la barra de la Sociedad de Fomento, a la tribuna futbolera del club de sus amores, Independiente. Pero fue en la entidad fomentista donde encontró los signos que dieron color a su camino: Sarita, la muchacha de su vida (unión que el futuro consagró con la llegada de dos hijas, Alejandra y Analía; tiempo después, con la colaboración de Hugo y el “Colo” aumentó la “tribu” con cuatro locos no tan bajitos: Luciana, Lautaro, Gaspar y Álvaro), y su vocación por la lucha social, esa búsqueda impenitente de una patria que contuviera los nobles sentimientos de libertad, democracia, justicia social y que, fundamentalmente, se tornara en defensora inclaudicable de los derechos humanos. Pero en la legendaria institución de San Martín 1710, en plena adolescencia, descubrió el andarivel entrañable que selló, para siempre, cada minuto de su multifacética existencia, cada latido de su sangre: el arte y la literatura como pasión militante. Ahí comenzó su verdadera historia; un hombre, sus raíces y la cultura como expresión definitiva de un horizonte esperanzado.

Hay un rasgo que asoma en la permanente conducta social de Horacio Ramos y que no todos conocen: su labor sindical y las luchas que supo abordar en su gremio. En efecto, militante sindical en el Banco de Avellaneda y miembro de la Comisión Gremial Interna durante algunos años desarrolló una ímproba labor que se puso de manifiesto durante las grandes huelgas bancarias de 1958 y 1959 que terminaron, junto con las de 5.000 dirigentes, con su “cesantía laboral por razones gremiales” por aquél conflicto de casi 65 días contra los dictados del Fondo Monetario Internacional.

Mucho tiempo después y ya sumergido en otra tarea laboral, se produjo su reincorporación al Banco de Avellaneda por la Ley de Amnistía del Gobierno de Perón en 1974. A los tres meses de volver a sus funciones, fue electo por sus compañeros nuevamente. Con los años, su experiencia bancaria y su concepción humanista le posibilitaron ingresar al Movimiento Cooperativo de Crédito, prólogo del Credicoop, y donde se jubiló para dedicarse en plenitud a su trabajo como escritor y periodista de opinión de diversos medios gráficos y radiales, así como de colaboración específica en publicaciones del exterior. Además, al margen de sus recitales poéticos, son ampliamente conocidas sus permanentes charlas y asidua participación en paneles y seminarios sobre temas ligados a política cultural y su implicancia en el arte y la comunicación. Al respecto, en 1999, y en ocasión de viajar a España con el propósito de presentar su libro “La memoria en la sangre”, extendió esta faceta de su labor en distintas ciudades de aquel país, donde pudo revelar a ese público ligado a nuestro orígenes como pueblo, qué era Avellaneda, sus calles, el Riachuelo y el significado de cada barrio de nuestra ciudad.

Fue amplio el territorio del arte y la literatura que Horacio Ramos determinó que fuera el que habría de transitar, con fervor, durante su vida; allí podría aportar mejor al combate por una sociedad acorde a las esperanzas de nuestro pueblo y al diseño de un porvenir sin fronteras. Así fue parte activa de la creación de teatros como “La Antorcha”, el “Pequeño Teatro de Avellaneda”, el “Centro Cultural Popular” y el “Ateneo Cultural de Avellaneda”. Todas instituciones que a través de emprendimientos teatrales, exposiciones, recitales, conferencias, fueron marcando las huellas de muchos jóvenes que pretendían recrear por medio de imágenes artísticas las vivencias cotidianas que iban formándolos como hombres y mujeres de la ciudad. Asimismo, la solidaridad y la formación estética, cumplían su rol de alimentar la maduración humana de los protagonistas.

Es precisamente en su obra literaria donde Horacio Ramos fue mostrando el rumbo que adoptaba su poesía, crecida en las raíces, en el sitio que lo vio nacer a orillas del riachuelo. En todos sus textos se adivina el firme e insobornable compromiso con Avellaneda, su pasado, presente y futuro; en ellos, el lector puede descubrir a quienes poblaron nuestra ciudad a fuerza de coraje y esperanza; a quienes la edificaron, ladrillo a ladrillo, a golpes de sudor, alegría y lágrimas; y por supuesto, a los que siguen soñándola sin escatimar el aporte renovado del trabajo que la impulse hacia un porvenir mas venturoso.

En el periodismo arrancó de muy joven, a los 16 años, con su incorporación a la revista “Todos”, dirigida por Bernardo Kordon: “Bernardo me dio la oportunidad de empezar a trabajar ahí y a desarrollarme desde el punto de vista del periodismo político”.

Trabajó en el periódico mensual “Punto de Encuentro”. En la actualidad integra el Consejo Editorial de la revista “Tesis 11” y es director del periódico “Nuevos Aires”. Desde 1994 participa activamente en la agrupación RHAJ (Revisionismo Histórico Argentino Joven), con el fin de seguir aportando al debate político de la Argentina.

El 23 de Octubre de 2009, el Concejo Deliberante de Avellaneda, por unanimidad, y a partir de un proyecto presentado por el bloque del FPV, lo declaró Ciudadano Ilustre de Avellaneda.

Actualmente Horacio Ramos tiene 78 años y reside en Avellaneda.

A continuación se detalla el catálogo de su obra:

- Poemas del amor militante (1966).

- Nuestro estilo de vida (1971). Antología de cuentos junto a Julio Bruno, Antonio González y Horacio Ortiz.

- Esta ciudad que amo (1979). Poemas y tangos.

- Los pájaros de Octubre (1985). Poemas y Canciones.

- Vidalinda de la Adela y el José (1988). Poemas. Faja de honor de la SADE.

- Serenata al sur del Riachuelo (1993). Poemas y Canciones. Declarado de Interés Municipal en Avellaneda.

- Antonio “Cholo” García – un dirigente que siempre dio la cara (1994) Biografía.

- La memoria en la sangre. Relatos y testimonios.

- Canto al Sur.

- De Barracas al Sud a Avellaneda.

- La sal de mi tierra –memorial del pueblo y su esperanza. Poemas y Canciones, declarado de Interés Legislativo por la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires.

- Al pie del riachuelo (2014).

Por todo lo antedicho, y conforme a la Ley 14.622 artículo 5 “La distinción será otorgada mediante la ley de la Legislatura de la provincia de Buenos Aires aprobada por la mayoría simple de los miembros presentes de ambas cámaras legislativas”, solicitamos a la Honorable Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires que apruebe el presente proyecto de ley.