Fundamentos de la

Ley 13831

 

LA SEÑORA DEL CARMEN, IGLESIA PARROQUIAL DE ZÁRATE

 

1. De los oratorios a la parroquia

 

El espíritu religioso de la tradición española estuvo presente en América con el acompañamiento de la Iglesia en la conquista. La ocupación del territorio lo llevó adelante el reino de Castilla con el patrocinio del Vaticano y mediante concesiones mutuas. Los pontífices otorgaron a los reyes diversas atribuciones  por medio de una serie de bulas como la Eximia devotionis (1501), que permitía percibir a la Corona los diezmos que los fieles debían tributar a la iglesia para su mantenimiento, o la Universalis Ecclesiae (1508) por la cual le concedía el derecho de presentación, es decir el privilegio de elegir los prelados, con aprobación de la Santa Sede, a cambio de que aquella sustentara al clero. La gravitación de la Iglesia entonces comprendió no solamente el orden espiritual sino que además influyó en la organización del espacio. Varios pueblos bonaerenses como Arrecifes, Capilla del Señor, Magdalena, Merlo, Morón, Pilar, San Nicolás, San Pedro, San Antonio de Areco, San Andrés de Giles, San Isidro y San Vicente  tuvieron  su origen a partir de capillas o en tierras cedidas a la iglesia -tierras del santo-.

Más o menos por la misma época en que el general José Ruiz de Arellano construyó una capilla familiar en las tierras de su estancia del otro lado del Areco, hacia 1725 Francisco Casco de Mendoza hizo lo propio en sus tierras sobre la Cañada de la Cruz. El poblamiento paulatino de la campaña bonaerense determinó que la Iglesia tomara la decisión de crear nuevos curatos, como el de Areco (1730), teniendo por cabecera la capilla de San Antonio, de Ruiz de Arellano. Sin embargo la extensa jurisdicción del mismo  -comprendía los actuales partidos de San Antonio de Areco, Carmen de Areco, San Andrés de Giles, Exaltación de la Cruz, Campana y Zárate- llevó a crear una viceparroquia con sede en el humilde oratorio de Casco de Mendoza. El templo fue consagrado por el obispo de Buenos Aires Fray Juan de Arregui en septiembre de 1735. Con el tiempo, Mayoriano Casco, hijo de Francisco, reemplazó al pequeño oratorio por una iglesia de mayores dimensiones, que fue puesta bajo el patronazgo del Señor de la Exaltación (1). El presbítero Monsalve, familiar de los Casco, fue designado capellán de la iglesia, adquiriendo rango de  parroquia en 1772.

En las tierras del vecino pago de la Pesquería (Zárate) no tardaron en aparecer a mediados de aquel siglo otros oratorios particulares, que algunos hacendados erigieron en sus estancias, como en los casos de  Pascual Zárate, José Pascual Monsalve y Blas Gelves y el  del puerto de Zárate, conocido como  “El Salvador”. A estos oratorios se les dio licencia para celebrar bautismo y matrimonio, pero las parroquias mantuvieron  la facultad exclusiva de la administración del sacramento durante la misa y la confesión.

Pascual Zárate, construyó en 1755 un pequeño oratorio, en virtud de la disposición testamentaria de su madre doña Ana de Sayás que había legado doscientos pesos para que los entregue e imponga en capellanía en ochocientas varas de tierra de estancia. Probablemente, esta creación se encuentre vinculada a beneficiar con las rentas derivadas del mismo a Bartolomé, hijo de doña Ana, que fuera fraile mercedario, como también lo serían su nieto Francisco, y más tarde su  bisnieto Buenaventura Rodríguez de la Torre. Los Zárate, devotos de Nuestra Señora de la Merced, consagraron la capillita a esta virgen.

Un segundo oratorio ubicado en inmediaciones del arroyo de la Pesquería y bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen, estuvo a cargo del presbítero José Pascual Monsalve hasta su muerte ocurrida el 22 de julio de 1779, luego de la cual fue atendido por Fray Buenaventura. Un huracán lo derrumbó en 1829.

Del oratorio del teniente Blas Gélves se tienen pocas referencias que corresponden a los registros de la iglesia de San Antonio de Areco, como la que sigue que dice: “En 9 de junio de 1761 en el Pago de la Pesquería, oratorio de D. Blas Gélves, casó a Juan González, natural del Paraguay y vecino de la Pesquería” (2).

Por último, el oratorio del Salvador, ubicado en el puerto de Zárate, construido a finales del siglo XVIII o principios del siglo XIX, fue fundado por el capellán Juan José Quevedo. En 1803, luego de su consagración en Córdoba, el obispo Benito Lué inspeccionó los distintos lugares de culto de la región, clausurando a algunos -el de Otálora y el de la Pesquería por “la suma y deplorable indecencia con que se ha celebrado hasta ahora en los dos oratorios de las Estancias del señor Otálora y de Monsalve... y no se le habiendo manifestado las respectivas licencias de reedificación en el primero, y de erección en el segundo”- (3), y dando licencia a otros. Al del Salvador se le dio una licencia temporaria, pero al decir de Birocco, no pudo obtener su habilitación en forma permanente por lo que fue clausurado. Los objetos de culto pasaron a ser custodiados por el párroco de la iglesia de Capilla del Señor. (4)

Una mención aparte merece el oratorio que los jesuitas levantaron en su estancia de Areco, en el partido de Zárate. Consagrado a Nuestra Señora de la Begoña, había sido construido en ladrillo y cal y se encontraba inmediato a las restantes construcciones existentes en el casco o estancia grande. Se trataba de un edificio de dimensiones de consideración para aquel ámbito ya que su largo alcanzaba 21metros por 6 metros de ancho y alto y un pórtico de 4 metros de largo y ancho, con un techo construido de tirantería y tejas. En su interior una escalera con pasamano conducía el coro que estaba adornado con balautres lisos. La capilla estaba separada de las viviendas de los religiosos por un primer patio con un pozo para extraer agua y los corredores cerrados con ventanas pequeñas por tres de sus lados y la otra con pilares. Luego se encontraban 10 cuartos o celdas, y el refectorio que poseía cuatro ventanas. Un segundo patio cercado con adobe crudo con 7 cuartos que servían de oficina, un tercer patio que daba a una cocina y un extenso corredor con pilares, que se extendía a lo largo de 21 metros. Al final se hallaba un horno de cocer pan y un segundo pozo de agua, un horno para hacer ladrillo y otro para cocer teja. Con la expulsión de los jesuitas en 1767, la estancia fue administrada por la Corona a través de la Junta de Temporalidades y su capilla fue conocida como “Capilla del Rey”. Juan Francisco Somalo, administrador de la estancia por aquellos tiempos, destacaba la belleza de la capilla en carta al gobernador Francisco de Paula Bucarelli   “con su coro, sacristía y campanario muy linda” (5). En 1785, la propiedad fue subastada, siendo adquirida por José Antonio de Otálora, influyente miembro de la sociedad porteña. Otálora realizó mejoras en las diferentes construcciones de su propiedad rural, y reconstruyó el oratorio que fue puesto bajo la advocación de Nuestra Señora de la Purificación pero que fue clausurado en 1803 -como se expresó anteriormente-, por el obispo Lué.

De estas antiguas capillitas que existieron en tiempos coloniales no han quedado vestigios materiales. Con el correr de los tiempos, la renovada devoción religiosa hizo que un nuevo lugar de culto fuera levantado en la zona rural. Se trata del oratorio de Nuestra Señora de Vladimir, construido en el paraje el Tatú lindero a la escuela agropecuaria y donado al obispado por la baronesa Vladimira María Juana Catinelli de von Bernard, en tierras de su propiedad. El obispo Alfredo Espósito Castro realizó su bendición  el 8 de diciembre de 1987, día de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen. El origen histórico de la imagen de Nuestra Señora de Vladimir se remonta al año 1131 cuando la misma fue transportada desde Constantinopla a la ciudad de Kiev. En 1155 fue trasladada desde Kiev a la ciudad de Vladimir, que le ha dado su nombre. En 1395 fue llevada a Moscú, donde ha estado presente en todo acontecimiento importante como verdadero tesoro sagrado de la nación rusa, siendo célebre por sus milagros.

Al establecerse el pueblo de Zárate en 1827, Pividal levantó un oratorio sumamente precario que a los pocos días se derrumbó, siendo necesario reconstruirlo con el esfuerzo del vecindario. Sin embargo la falta de servicios religiosos regulares motivó que en 1830, algunos vecinos como Martín Domato, Alejandro García, José Antonio Anta, Cesario Muniagurria y Juan Antonio Rodríguez, solicitaran a las autoridades religiosas la creación del curato de Zárate, petición que fue denegada debido a los informes adversos que dieron el cura párroco y el juez de paz de Capilla del Señor.

En 1834 el vecindario insistía en su petición al Gobierno declarando la necesidad de constituir en el poblado una viceparroquia ya que “el párroco de este Partido -Capilla del Señor- abusando de la autoridad de su ministerio” había querido clausurar el oratorio. A mediados de 1837 se había constituido una comisión de fieles para mejorar el edificio, sin embargo la iniciativa no había sido comunicada al juez de Paz Cirilo Gélves quien por tal motivo decía que “los vecinos de Zárate por insinuación del Señor Cura del Partido, el que les ha hecho ver el mal estado en que se halla el oratorio, han dispuesto por su propio dictamen formar una comisión para pedir limosna, y esta se compone de los individuos siguientes: Don José Vicente Acebey, Don Rufino de la Torre y Haedo, Don Carlos Anzoátegui y Don Juan Jardín, sin que al juez de Paz del partido le hallan dado un conocimiento, tanto para hacer la reunión, cuanto para formar la comisión indicada, y limosna que se pide al vecindario”. Sin embargo, al año siguiente se llevaron adelante algunas mejoras que incluyó la construcción “una pieza de ocho varas con la altura suficiente, techo de azotea, muy decente para los vecinos de aquel cuartel” (6).

El oratorio dio paso al templo parroquial, cuando, una vez creado el partido de Zárate, -marzo de 1854- se erigió la parroquia con jurisdicción sobre el mismo.

El auto que crea la parroquia de Nuestra Señora del Carmen tiene fecha 27 de junio de 1854 y dice así: “Vistas las diligencias que se han practicado, las declaraciones hechas por el Supremo Gobierno, especialmente la que se contiene en la presente nota, fuera de otras que verbalmente ha recibido el Provisor venimos en declarar que es nuestra voluntad erigir y efectivamente erigimos una nueva parroquia bajo el título de Advocación de Nuestra Señora del Carmen en el partido denominado de Zárate, separándolo del de la Exaltación de la Cruz con el territorio para el ejercicio de la jurisdicción espiritual que comprende el Juzgado Civil. En cuya virtud y correspondiente hacer el nombramiento de cura vicario, venimos en nombrar y efectivamente nombramos al Presbítero don Matías Rodríguez...” (7).

Matías Rodríguez fue el primer cura párroco de la iglesia del Carmen, permaneciendo al frente de la misma unos pocos meses, retirándose enfermo. El primer bautismo se registró el 30 de julio de 1854.

La Municipalidad y los vecinos colaboraron en su construcción. “Silvano, como tesorero de la comisión municipal abonó los primeros materiales de la obra 4 tirantes de 28 varas a $ 18,80 piernas de marcos grandes, 40 pesos, 16 piernas de marcos chicos a 14 pesos” el maestro albañil Francisco Graciarena construyó el templo, Eugenio Peirano el púlpito, y J. Alexander las puertas, entre ellas la mayor, Manuel Costa, que era maestro herrero, hizo las dos barandas de hierro para el coro, y el presbiterio, cuyo costo fue de $ 4.000 Félix Cáceres, construyó dos confesionarios, que cobró 260” (8).

Esta iglesia fue construida con materiales de mala calidad, en barro y sin revoque externo. Esto originó que al poco tiempo se rajara la torre “desde arriba hasta el cuerpo a la altura del edificio del centro”. Por tal motivo, entre 1866 y 1867 se hicieron diversos trabajos que comprendieron la demolición y reconstrucción de la torre y el revoque exterior, obras que tuvieron un costo de $ 35.068, siendo responsables de las mismas los maestros albañiles Francisco Lanata y José Gabutti. A pesar de estas mejoras, el templo mejoró poco su precariedad, ya que siguió careciendo de piso de baldosas, retablo en el altar mayor y colaterales y baptisterio; razón por la cual en 1878, doña Justa Lima de Atucha, rica hacendada del partido, ofreció construir a su costa, una nueva iglesia, la que hoy existe frente a la plaza Mitre (calle Justa Lima y Belgrano).

En una nota dirigida al arzobispo de Buenos Aires Dr. Federico Aneiros fechada el 20 de noviembre de 1878, la señora de Atucha explicaba su decisión de la siguiente manera: “Que tengo la firme resolución de hacer construir un nuevo templo en el pueblo de Zárate, con el loable pensamiento de hacer una obra de caridad y filantropía, como también teniendo en vista que la Iglesia que existe actualmente en dicho pueblo es muy pequeña para su población , aparte de estar construida en barro y tan malísima que promete muy poca duración...” (9).

El 30 del mismo mes doña Justa dirigió otra misiva al presidente de la Corporación Municipal don Manuel J. de la Torre en la que le decía “... que es muy satisfactorio que esta mi iniciativa tenga lugar su realización en momentos que usted es juez de Paz de ese partido que nunca ha tenido uno más digno que usted y su señor hermano. Mi sobrino don Juan E. Moris es mi único representante y está completamente autorizado para ponerse de acuerdo con usted como juez de Paz, presidente de la Municipalidad, para arreglar todo lo concerniente al paraje en que debe construirse el mencionado templo y creo que usted hará todo lo que está a su alcance para que la Municipalidad proporcione el terreno en el que se construirá esta Iglesia. El permiso ya lo tengo concedido de su Ilustrísima arzobispo de esta ciudad, Doctor Aneiros, como también para disponer de todos los materiales existentes que se encuentren en buen estado en el actual templo... (10).

La Municipalidad en su sesión del 6 de diciembre de 1878 cedió el terreno para levantar el templo, el que estuvo finalizado luego de un año de tareas. Su inauguración  se realizó el 26 de abril de 1880 con la presencia del arzobispo de Buenos Aires, Dr. Aneiros, quien procedió a bendecirla. Fueron padrinos Justa Lima de Atucha y su sobrino Juan E. Moris. Al presbítero José A. de las Casas, cura rector del Socorro correspondió el uso de la palabra. Los objetos de devoción fueron encerrados en la piedra fundamental, bajo los cimientos de la torre del reloj, siendo párroco del nuevo templo Fausto de Ariceta.

Por varios años continuó en pie la primitiva iglesia, que seguía albergando  al párroco en sus dependencias. En 1888 el concejal Matteri hacía moción “para que se intimara al cura párroco de la localidad, al desalojo inmediato del templo, el cual estaba habitando y deteriorando con el corte de leña que continuamente hace hachar en sus techos” (11).

Por aquellos tiempos, entre 1886 y 1887, la localidad se vio asolada por una epidemia de cólera que provocó numerosos muertos. Al finalizar la misma, durante los primeros meses de noviembre de aquel último año, los padres redentoristas Santiago Barthes y Federico Grote realizaron una misión celebrando bautismos al borde de las barrancas sobre la calle Maipú y Juan B Justo. En aquel sitio -hoy conocido como Mirador la Cruz- para recordar a las víctimas, fue erigida una cruz de madera que, según la memoria oral, fue trasladada en procesión desde la iglesia del Carmen. Todos los años, para el día 14 de septiembre, día de la Exaltación de la Cruz, los feligreses se reunían en aquel sitio dejando ofrendas florales.

En 1901 por iniciativa de doña Presentación Saavedra de Palacios se levantó una suscripción entre los fieles con el objeto de dotar de una copa de oro a la iglesia, colaborando para ello entre otros vecinos Luis Dulbecco, Antonia Ashby, Francisco Calzado, Pedro Silvetti, Antonia I. de Desbouts, Catalina Capdevielle de Pagola, Rosa Palacios de Guerci, Gumersinda M. de Mindurry y Juana Gauthier de Ibar.

El 1 de febrero de 1903 se llevó a cabo una solemne celebración religiosa, oportunidad en la cual se procedió a bendecir dos imágenes, de la virgen de Luján y de San Estanislao, traídas de Europa y costeadas por la señora Rosa Robredo de de la Torre, y destinadas para el altar del Sagrado Corazón de María, donado por doña Lucrecia de la Torre de Obligado (12).

El 25 de marzo de 1918 se realizó el acto de bendición del órgano e instalación eléctrica de la iglesia parroquial. En dicha oportunidad la señora Lucía L. Betbeder “cantó con toda corrección el Ave María” (13).

 

2. Visitas canónicas

 

En 1885 el obispo Aneiros realizó una visita canónica, para tal acontecimiento se constituyó una comisión de fieles presidida por el párroco Labarga e integrada por Francisco Abadie, Manuel J. de la Torre, Domingo Mindurry, Angel Calderón, Lorenzo de los Santos, Cándido Martínez y Francisco Lasaga, para juntar fondos para la recepción del ilustre visitante.

El 15 de julio de 1896 se efectúa la primera visita canónica y misión  a Zárate con la presencia del obispo titular de Tiberiópolis y auxiliar del arzobispo de Buenos Aires, monseñor Mariano Espinosa, con él llegan los padres Anselmo Aguilar y José Antillac, de la Compañía de Jesús: Victoriano Loyodice, redentorista, Martín Estanislao, pasionista, Juan B. Cassau, jesuita y el presbítero Agustín Piaggio.

Fueron recibidas por el cura párroco Andrés Labarga y por el intendente municipal Emiliano Palacios, también gran cantidad de vecinos se congregó para recibir a los misioneros, el pueblo estaba todo embanderado y la banda de música de la fábrica de papel del Sr. Ángel de Estrada ejecutó diversas piezas.

Al día siguiente se celebró con una pompa hasta entonces desconocida en el pueblo, la fiesta de la patrona y la procesión a la que asistieron numerosos fieles recibió el saludo de un piquete de marinos del Arsenal de Artillería.

Durante la santa misión se realizaron ciento dieciocho bautismos, dos mil seiscientos setenta y cuatro confirmaciones, dos mil ciento treinta y una comuniones y ciento diecisiete matrimonios.

Al padre Andrés Labarga le sucedió como párroco el padre Angel Rossi, quien fue designado el 30 de julio de 1900 y permaneció al frente de la misma hasta su muerte ocurrida el 16 de abril de 1902. El padre Rossi fue sepultado en el pórtico de entrada del templo parroquial donde una lápida con inscripción casi ilegible recuerda su memoria. En su reemplazo fue designado el padre Demetrio Beguinistain, y en 1903 le sucedió Emilio Chacón. En ese año tuvo lugar una nueva visita canónica, la del obispo de la diócesis de la Provincia de Buenos Aires, monseñor Juan N. Terrero, quien arribó en tren a Zárate el 15 de noviembre, siendo acompañado por el presbítero Dr. Francisco A. Romano y otros religiosos. Para tal ocasión la calle Justa Lima, desde Rivadavia hasta Independencia fue adornada con gallardetes y banderas. La recepción estuvo a cargo del entonces intendente municipal José S. Massoni y de los señores Juan Angaut, Nicolás Oderigo, Manuel J. de la Torre, Aniceto A. Pérez, Carlos M. de la Torre, Luis Guerci, Carlos Rosetti, Teófilo de Loqui, Ramón C. Arriaga y José M. Sillas.

En 1906 se logró adquirir la nueva casa parroquial que costó $ 1.500 m/n y estaba compuesta de diez habitaciones con sus dependencias.

Durante los días 14, 15 y 16 de julio del mismo año se realizó una nueva visita canónica a cargo de misioneros franciscanos y redentoristas, durante la cual se efectuaron cincuenta y un bautismos, cuatrocientos cincuenta y cinco confirmaciones, cincuenta y seis matrimonios y ochocientos sesenta y seis comuniones.

 

3. Una imagen histórica

 

La virgen del Carmen tiene su origen en Palestina, cuando el cruzado Bertolo de Calabria, fundó a fines del siglo XII la Orden del Carmen en la cueva de San Elías sobre el Monte Carmelo, donde doce siglos antes un grupo de judíos se convirtieron al cristianismo oyendo la predicación de San Pedro. En la cumbre de dicho monte Carmelo construyeron una ermita a la Virgen María tomando el nombre de hermanos de la Santa María del Monte Carmelo. Generala del Ejército de los Andes luego de los triunfos de Chacabuco y Maipú, es patrona de la República de Chile y de nuestro partido.

Respecto a la imagen de la virgen de Nuestra Señora del Carmen existente en la iglesia parroquial, debemos señalar que es una reliquia que data de fines del siglo XVIII siendo venerada en el oratorio  conocido como la Pesquería, que había sido fundado a mediados de aquel siglo por el presbítero José Pascual Monsalve. Luego se desempeñaron dos religiosos de la familia Zárate: Fray Bartolomé de Zárate y su sobrino Fray Juan Ventura -Buenaventura- Rodríguez de la Torre, hijo y nieto respectivamente de Gonzalo de Zárate. El oratorio estuvo en pie hasta 1829 en que un huracán lo destruyó. Desaparecido el mismo, la imagen de la Virgen del Carmen pasó a manos de una sobrina nieta de Fray Buenaventura, María Elías Rodríguez de la Torre, casada con Alejandro González, que la conservó en su estancia de la Pesquería donde concurría el vecindario para rendirle culto. Fallecida doña Elías en 1882, la imagen permaneció en el lugar por espacio de otros cincuenta años, hasta 1932, en que una nieta de la nombrada  Josefa González de Zárate, decidió llevarla al pueblo de Zárate, debiendo superar ciertas dificultades que se presentaron en su traslado. Como lo relata Botta “se recuerda que el vehículo que la condujo en esa oportunidad, sufrió contratiempos serios antes de trasponer el puente existente sobre el arroyo de la Pesquería, suceso al que los vecinos atribuyeron singular importancia y designios divinos, por lo que sostuvieron no debía salir de su primitiva sede” (14). En 1948 Botta al publicar su Historia de Zárate se lamentaba que la imagen de la virgen del Carmen no ocupara un lugar de privilegio en el templo  parroquial de la ciudad como patrona de Zárate. En 1964 este deseo del historiador pudo hacerse realidad cuando Josefa González y sus hermanos Heraclio M. y Sara decidieron donar la histórica reliquia a la iglesia parroquial. El 21 de junio la imagen fue transportada en un carrier del Arsenal de Marina y escoltada por soldados e integrantes del cuerpo de bomberos voluntarios, desde Villa Fox hasta el templo donde esperaban las autoridades municipales, la Comisión Pro festejos patronales, miembros de la familia donante y gran cantidad de fieles. El 6 de noviembre de ese año, por decreto número 8984M-663 del Poder Ejecutivo Nacional firmado por el presidente Arturo Illia y su ministro Carlos Alconada Aramburú se le impuso la banda de generala del Ejército Argentino.

En la primitiva iglesia parroquial existió otra imagen de la Virgen de Nuestra Señora del Carmen que fuera donada por Pedro Anta al oratorio que construyó Pividal. El padre Ruiz Santana dice que “Los antiguos la recuerdan perfectamente con su traje de seda color café ribeteado de puntillas de oro, con zarcillos de brillantes, coronada con diadema de bruñida plata, sosteniendo en su brazo izquierdo al niño divino de Nazaret” (15).

Hacia 1870 doña Gumersinda Anta, hija de Pedro se presentó ante el cura párroco de Zárate, Angel Pueyo, solicitando la imagen que donara su padre, pedido que desestimó, pero ante una nueva insistencia a su sucesor Blas Berraondo, le fue entregada. A la muerte de doña Gumersinda, heredó la imagen su hija Isabel Gregoria Mota de Viale.

Una tercera imagen fue donada por la Sra. Gabriela Urruchúa de Vergara y ella se encuentra en el retablo del altar mayor.

 

4. La parroquia y sus sacerdotes

 

Las transformaciones llevadas a cabo en el Estado por los hombres de la generación de 1880 implicaron muchas veces serios enfrentamientos con el poder religioso -ley de educación laica, de matrimonio civil- que veía disminuir su influencia en algunas cuestiones. Este conflicto de poderes se reflejó en nuestro medio, en varias oportunidades y por diversas razones. En 1885 el párroco Andrés Labarga dirigió una nota de protesta contra la Municipalidad  por haber autorizado el entierro de Eustaquio Palacios “que murió rechazando los auxilios espirituales”, por lo que solicitaba se exhumara el cadáver del lugar sagrado. A tal particular reclamo, las autoridades contestaron diciendo “que siendo la Municipalidad dueña exclusiva del cementerio no le reconoce derecho a la Iglesia para designar el lugar que han de ocupar los cadáveres y menos apoyándose en el motivo que expone, que allí sólo rigen las disposiciones y ordenanza municipales. Las cuales no hacen excepción de cultos por cuanto sería coartar la libertad que dan las leyes del país, y que a más la exhumación de cadáveres, dado el tiempo transcurrido en este caso solo podía verificarse por presunción de crimen previa orden de juez competente”(16). Durante el siglo XX reaparecieron los enfrentamientos. El 30 de enero de 1912 el párroco Juan M. Piaget, fue intimado por el intendente municipal Luis Guerci a acatar las disposiciones legales vigentes ya que: “ Habiendo comprobado esta intendencia que con frecuencia no se da cumplimiento a la ordenanza municipal que prohíbe la introducción de cadáveres a la iglesia de personas que fallecieron de enfermedades contagiosas y siendo un deber evitar en lo posible la propagación de las enfermedades, se ha reglamentado la ordenanza de referencia en forma general, estableciendo para lo sucesivo prohibir la introducción de cadáveres en la iglesia pudiendo en cambio llenar la misión de responsos en el local del cementerio. Así mismo de la misma ordenanza están prohibidos los toques de dobles, lo que comunico a Ud. a los efectos consiguientes. Saluda a Ud. Atentamente. Luis Guerci” (17).

Estos sucesos fueron informados por el párroco al obispo Juan N. Terreno, quien probablemente para descomprimir la situación reemplazó al padre Piaget ese mismo año, pero las cosas no mejoraron con el poder civil, sino que por el contrario se agravaron. El nuevo párroco Arturo Torcelli Massa continuó con la práctica de introducir los cadáveres de los difuntos en la iglesia. El intendente protestó, pero el conflicto adquirió proporciones inusitadas de tinte político. Como lo manifestó el propio sacerdote en carta de fecha 24 de mayo de 1916 dirigida al obispo de La Plata monseñor Terrero, que la causa de todo era su simpatía por el partido Radical “y su repudio al partido Conservador” lo que llevó al intendente Guerci a tomar tal actitud. “No obstante, de haberlo querido atraer a sus filas anteriormente al llevarlo como candidato a consejero escolar” (18).

A su vez, el diario conservador El Debate, propiedad de Guerci, iniciaba su campaña de crítica al sacerdote diciendo en una nota titulada “Cosas del cura párroco”, lo siguiente  “No pasa día sin que el cura párroco cometa yerro, cada vez más grave, como para que no quede la más mínima duda de que ha perdido la brújula desde hace tiempo. Según se lo había propuesto, celebró el 9 un Tedeum en la iglesia parroquial asociándose al aniversario de la fundación del cuerpo de bomberos voluntarios, relegando a segundo término el primer centenario de la jura de la independencia nacional, con lo cual ha puesto de manifiesto su patriotismo, su argentinismo... A esa ceremonia no invitó a ninguna de las autoridades locales, civiles y militares, provocando con esa incorrecta actitud la enérgica censura de todo el vecindario. Ya en el púlpito, se propuso enmendar su propia mala plana y atribuyó la falta de patriotismo -que él demostrara en primer término- a la acción de la inmigración, a la influencia de extranjeros a los que, es bien notorio, debe sin embargo en gran parte la nación argentina... Es lo único que le falta al cura Torcelli Massa para hacer “mas grata” su permanencia en Zárate, ponerse en pugna con los extranjeros, tan numerosos en nuestra localidad, como ya se ha puesto con todas las autoridades...” (19).

Las cosas fueron agravándose con el tiempo. El 31 de agosto el intendente municipal expidió el decreto por el cual “... teniendo en cuenta que dicho cura párroco al reincidir en la infracción de la disposición citada hace ostentación de oposición a la misma y siendo un deber del suscripto, en su carácter de Intendente Municipal, velar por el estricto cumplimiento  de las ordenanzas vigentes, en uso de sus facultades DECRETA: Artículo 1: Imponer al cura párroco presbítero Don Arturo Torcelli Massa, una multa de cien pesos moneda nacional que establece la ordenanza de referencia... o en su defecto seis días de arresto que deberá cumplir en la comisaría local” (20).

El cura lejos de aquietarse y someterse a lo resuelto por la autoridad civil, apeló la decisión ante la Justicia y envió notas al obispo Terrero y al Ministro de Relaciones Exteriores y Culto, a los que les expresaba “Que el señor intendente municipal invadiendo jurisdicciones que no le pertenecen se prohíbe el libre y regular ejercicio del culto consagrado y compartido por nuestra constitución, impidiendo los toques de dobles, inherentes estos a los oficios fúnebres e imponiendo multas arbitrarias o en su defecto prisión. Estas medidas deprimentes y contrarias a la libertad de cultos obedece única y exclusivamente a que no participó del mismo criterio político del señor Intendente...” (21).

Las autoridades municipales no callan lo que consideran un atributo del poder civil y a través de El Debate proclaman sin medias tintas su anticlericalismo al decir que “desde que el clericalismo existe todas las sociedades han sabido servirse de su poder para torcer conciencias... haciendo caer en los pueblos en el oscurantismo por el temor de ese poder. El caso que tratamos ha sido resuelto bajo la dirección de su influencia, que no respeta  leyes ni derechos colectivos, cuando ella dice que son inmunidades de la iglesia, pero que en realidad son altanerías de sus agentes, los frailes”(22).

Declarada la inconstitucionalidad de la ordenanza municipal por parte de la justicia, el sacerdote fue absuelto siendo trasladado al año siguiente a la ciudad de Bahía Blanca como capellán de la Armada.

Durante el curato del padre Torcelli se desarrollaron acciones pastorales que comprendió una nueva visita canónica y misión en julio de 1914. Durante la misma se celebraron 3 conferencias, 1515 comuniones, 825 confesiones de misión, 120 primeras comuniones y 4 matrimonios regularizados. En octubre se constituyó una comisión de señoras para levantar una capilla en el barrio de Villa Fox. En noviembre de 1915 hubo una nueva misión que fue dada en inglés por los padres Juan María, Víctor Carolan y Domingo Moore de la congregación pasionista y estuvo destinada principalmente a los miembros de la comunidad británica asentados en nuestra zona. A dichos oficios asistió el gerente del frigorífico Smithfield, William Lambe, que a pesar de no pertenecer a la comunión católica, colocó en el establecimiento que dirigía, un aviso pidiendo a los integrantes de su colectividad asistir a la misión. Esta se inició el 14 de noviembre y se clausuró el 21, con la asistencia de unas doscientas cincuenta personas.

Los esfuerzos realizados por la comunidad para levantar la capilla de Villa Fox se vieron coronados el 15 de octubre de 1916 fecha en que se procedió a su bendición e inauguración oficial.

Zárate contó desde temprano con los adelantos técnicos urbanos, de tal manera en marzo de 1918, la propia iglesia parroquial a cargo de Carlos Ruiz Santana, logró inaugurar la instalación de la luz eléctrica, hecho que hizo comentar “la inauguración de la luz eléctrica y otra mejoras, le dan ahora a la iglesia un espléndido golpe de vista, como lo ha podido notar los numerosos feligreses de Zárate”.

Al padre Ruiz Santana se le debe la redacción de un trabajo histórico titulado “La parroquia de Zárate, publicado en 1921. A su iniciativa se le debe también la publicación de una revista parroquial denominada “La voz de la Parroquia.”

En 1935 se puso al frente de la parroquia el padre Fermín Toral, uno de los religiosos más queridos y recordados, dada su prolongada permanencia por espacio de veintidós años. A Toral le sucedieron los padres Alfonso Spanier y Bruno Canal, este último recordado también por su actividad como docente, su cultura y su gran biblioteca que legara al Instituto José M. Estrada.

Desde 1968 hasta 1976 estuvo al frente de la parroquia Jorge Ebrazú, que adhería a las ideas tercermundistas. El golpe de estado de marzo de 1976 que llevó al establecimiento de la dictadura militar, provocó el alejamiento del sacerdote, que fue trasladado a otro destino. En 1978 llegaron a Zárate los sacerdotes españoles de la congregación claretiana Antonio Morcillo Martínez, Juan Salomé Domínguez y Amador García Corcova, siendo el primero de los citados quien ejerció el cargo de párroco. Al padre Morcillo le sucedió el sacerdote zarateño Atilio Rosatti. En abril de 1989 pasó a desempeñar dichas funciones Luis María Astigarraga y en 1991 José María Jaime Burmeister. En 1996 se hizo cargo de la parroquia Edgardo Galupo que estuvo al frente de la misma hasta el 8 de diciembre de 2004 en que lo reemplazó Ariel Pérez

La diócesis de Zárate-Campana se creó por la bula “Qui divino Concilio” de Pablo VI, en abril de 1976, adjudicándose como territorio los partidos de Campana, Pilar, Exaltación de la Cruz y Escobar, de la antigua diócesis de San Isidro, y Zárate, Baradero y San Antonio de Areco, de la antigua diócesis de San Nicolás. El 4 de julio de 1976 se hace cargo su primer obispo Monseñor Alfredo Mario Expósito Castro quien fue reemplazado luego de su renuncia por motivos de salud, por el actual, Rafael Rey (diciembre de 1991) hasta entonces obispo auxiliar de Mendoza.

La parroquia del Carmen se convirtió desde entonces junto con la iglesia Santa Florentina de Campana en iglesia episcopal.

 

A continuación brindamos una lista de los párrocos a cargo de Nuestra Señora del Carmen:

 

Matías Rodríguez

(1854-1855)

Juan Manuel Cachán

(1932-1935)

José de Vázquez

(1855-1857)

Fermín toral

(1935-1957)

Francisco Bianchi

(1857-1862)

Alfonso Spanier

(1957-1958)

Nicolás Aguarone

(1862-1870)

Bruno Canal

(1958-1967)

Angel Pueyo

(1870-1872)

Antonio Antonelli

(1967-1968)

Juan Berraondo

(1872-1876)

Jorge Ebrazú

(1968-1976)

Fausto de Ariceta

(1876-1881)

Monseñor Petralito

(1977)

Andrés Labarga

(1881-1900)

Hilario Parolo

(1977)

Ángel rossi

(1900-1902)

Néstor Daniel Villa

(1977-1978)

Demetrio Beguinistain

(1902-1903)

Antonio Morcillo Martínez

(1978-1984)

Emilio Chacón

(1903-1907)

Atilio Rosatti

(1986-1989)

Juan M. Piaget

(1907-1912)

Luis María Astigarraga

(1989-1991)

Arturo Torcelli Massa

(1912-1917)

José María Jaime

(1991-1996)

Carlos Ruiz Santana

(1917-1924)

Edgardo Galupo

(1996-2004)

M. Fernández Mendoza

(1924-1927)

Ariel Pérez

(08.12.2004-…)

Emiliano Linares

(1927-1932)

 

 

 

NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN

 

1. Descripción Arquitectónica

 

La iglesia parroquial de Zárate fue creada por auto de fecha 27 de junio de 1854. De ahí que en el mismo año comience a construirse el Templo con mejores materiales pero aún con una construcción precaria cercana a los antiguos oratorios. El mismo estaba emplazado en la esquina de Rivadavia y 3 de Febrero donde hoy está el Banco Nación.

Los muros eran de ladrillos provenientes de los hornos de Gregorio José de Quirno ubicados en las inmediaciones de lo que es hoy el Arsenal de Artillería de Marina, los mismos estaban asentados en barro y el exterior se encontraba sin revocar. La cubierta debía ser de tirantería de madera (de acuerdo a los materiales enunciados en el Libro Copiador Municipal 1854-1858) y tenía una torre.

Su constructor fue el maestro albañil Francisco Graciarena, Eugenio Peirano construyó el púlpito, S. Alexander la puerta principal y demás aberturas, Manuel Costa maestro herrero hizo las barandas de hierro para el coro y el presbiterio, Félix Cáceres construyó los confesionarios, a Juan Angaut se le compraron los materiales para el coro.

En los años 1866-1867 la iglesia debe sufrir refacciones de consideración ya que se había rajado la torre, encarando la municipalidad la demolición y reconstrucción de la misma como asimismo del revoque exterior. Ambas tareas se encargan al albañil Francisco Lanata, vecino que tuvo a su cargo también la construcción del Colegio de Varones bajo la dirección del ingeniero Arning.

 

2. La Iglesia Parroquial de 1880

De todos modos, el templo de 1854 continuaba siendo precario y pequeño para una población creciente y pujante hacia fin de siglo. En 1872 se menciona que el mismo carecía de pisos de baldosas, retablo en el altar mayor y colaterales y bautisterio. Todo esto determinó que en el año 1878 Justa Lima de Atucha se ofrezca a construir a su costa la nueva iglesia.

Manuel de la Torre, autoridad municipal del momento acepta el ofrecimiento, comprometiéndose a obtener el terreno aunque la situación financiera del municipio no fuera la mejor:  “ Sin tener en cuenta el precario estado de su tesoro ni las dificultades que tendrá que vencer, contribuirá con el terreno que para ese objeto fuese preciso aunque en la actualidad no cuenta con ninguno de su propiedad ni con los recursos necesarios para adquirirlos...”

El terreno frente a la plaza, esquina de las actuales calles Justa Lima de Atucha y Belgrano, fue adquirido para levantar el nuevo templo. La iglesia, de planta simple, consiste en una sola nave central flanqueada originalmente por seis capillas laterales, las tres izquierdas fueron reemplazadas en modificaciones sucesivas existiendo en la actualidad aberturas para iluminación y ventilación en el lugar de los antiguos altares.

La nave central está definida por una bóveda de cañón corrido horadada por arcos de medio punto para iluminación, no tiene crucero, la bóveda cambia sus dimensiones en el presbiterio haciéndose más angosta y encontrándose franqueada por los cuerpos de la sacristía y un depósito  simétrico a la misma.

El altar mayor en madera, dedicado a Nuestra Señora del Carmen, se ha mantenido con menos alteraciones apreciándose el trabajo en dorado a la hoja en algunas de sus figuras y molduras.

El atrio es abierto, originado por el cuerpo recedido del edificio, y actúa como pausa espacial otorgando una mayor visualización de la fachada, integrándose al espacio de la calle y  la plaza  al fondo.

El tratamiento de fachada es ecléctico y muy simple utilizando elementos provenientes del repertorio clásico (frontis triangular, pilastras jónicas y corintias, cornisas, arcos de medio punto, etc.).

La misma se estructura en un cuerpo central, que contiene el acceso, flanqueado por dos torres campanario.

La superposición de volúmenes, desde el basamento con un volumen intermedio  que contiene el coro, favorece el predominio de la verticalidad acentuando la esbeltez de la fachada. Ambas torres rematan en cúpulas peraltadas.

El acceso principal, muy simple de dintel recto, está enmarcado por una moldura superior en arco y por pilastras jónicas y nichos laterales, en la parte superior una doble línea de cornisas y pilastras corintias enmarcan tres ventanas que iluminan el coro. Por último un frontis remata la nave central.

 

3. Aspecto interior del templo

Para una descripción exacta del interior de la iglesia con sus altares originales, transcribimos el inventario de los útiles y enseres de fecha 21 de marzo de 1881 existente en el Archivo General del Obispado de Zárate-Campana:

“... la iglesia nueva levantada a expensas de dona Justa Lima de Atucha tiene dos torres, y en una de ellas clavadas tres campanas, una nueva costeada que dicha señora, las otras dos trasladadas de la vieja iglesia, que fue reducida a escombros con la autorización del señor arzobispo y del municipio local hallándose las dos últimas campanas puestas a vuelo, la otra torre está vacía. Las llaves de esta iglesia fueron  entregadas al mismo señor arzobispo por la señora costeante de la misma en el acto de bendecirla, que tuvo lugar el 26 de abril de 1880”.

Interior de la iglesia: “Bajando a la escalera que lleva al coro que es de la misma forma que la que conduce a la torre, se encuentra el cancel nuevo, costeado por la misma señora, en cuyos dos costados hay dos depósitos ocupados hoy con las partes que componen el catafalco destinado para los funerales. Hay dos confesionarios regulares trasladados de la iglesia vieja. Está adornada la iglesia con siete altares dedicados el mayor a Nuestra Señora del Carmen que es la patrona del partido. El segundo (de la comunión) dedicado a la Purísima Concepción, el tercero a los Santos Justos y Pastor, el cuarto a Santa Eugenia, el quinto a San Miguel, el sexto a San Sebastián, y el séptimo a Nuestra Señora de los Dolores, aparte de estas imágenes hay otras tres en el altar mayor, dos son de San José y de San Toribio Arzobispo, están en los costados de la Patrona y la tercera, que es de Nuestra Señora del Rosario, está en el tabernáculo. Todas estas imágenes fueron traídas de España y costeadas por Doña Justa Lima de Atucha. La de Nuestra Señora del Rosario a la iglesia por Don Juan Moris sobrino de dicha señora”. Además en el altar mayor hay un símbolo de fe, está sobre el tabernáculo dedicado a Nuestra Señora de Dolores, hay un hermoso Santo Cristo y un San Juan Evangelista, aquel trasladado de la iglesia vieja y éste traído de Buenos Aires y costeado por la misma señora, una magnífica custodia y un hermoso cáliz con todo lo necesario,  un hermoso copón un juego de vinajeras con su platillo y como también un incensario con su naveta y su charrila y un hisopo, estos muy ordinarios y traídos de Buenos Aires, si bien costeados por Doña Justa...”

Lamentablemente no contamos con datos sobre quien construyó el templo en 1880 ni tampoco conocemos quien fue el autor del proyecto para el mismo. Suponemos que no era gente del pueblo ya que no han quedado documentos o herederos que ayuden a reconstruir esa historia. Solamente existen referencias de algunas de las refacciones y mejoras efectuadas con posterioridad a su construcción, que hemos extraído del “Eco de Zárate” en sus publicaciones de principio del siglo XX.

Dentro del templo, con más exactitud en el pórtico, se encuentra enterrado el que fuera párroco en el período 1900-1902 Padre Angel Rossi, constituyendo la única tumba existente en nuestra iglesia parroquial, una lápida con la inscripción casi ilegible recuerda su memoria. Murió como dice “El Eco de Zárate” del 23 de abril de 1902: sin poder embellecer el templo: “...Su constante pesadilla, desde su llegada a este pueblo fue siempre la de mejorar en todo lo posible el triste estado del abandono en que había quedado la iglesia a la salida de su antecesor...”.

Finalmente con fecha 6 de junio de 1904, el mismo diario nos informa sobre los trabajos iniciados en el interior de la iglesia:

“...El señor Fernando Lissoni ha dado ya principio en estos días a la pintura imitación mármol del zócalo en el interior de la iglesia hasta una altura de cerca de dos metros. Además de esto, se lavará y barnizará el gran portón de entrada y la puerta cancel interior...”.

Posteriormente, en 1913, se hicieron importantes mejoras en el edificio original y en su aspecto exterior. El “Eco de Zárate” nos informa al respecto, aclarando los trabajos efectuados en el revoque “...se ha empezado ya a colocar el andamiaje para proceder al revoque exterior de la Iglesia Parroquial se quitará el revoque actual para hacerlo de imitación piedra que reúne mayores ventajas por ser de mayor solidez y más aseado. El presupuesto de la obra aprobado por la curia pasa de nueve mil pesos m/n. Este gasto se hace con los fondos del legado Andregnette. Además del revoque de la Iglesia hay el propósito de construir también la casa Parroquial...”. Es así que anteriormente al año 1913 la Iglesia ya se encontraba revocada, lo que se hace en dicho año es reemplazar el revoque anterior por un revoque de símil piedra de mayor duración. La obra fue realizada por José Ventura quien ofreció en enero de 1914 “una opípara cena a todas las autoridades comunales, militares, eclesiásticas, periodistas y otros caballeros particularmente invitados”  para celebrar la próxima inauguración de los trabajos.

La vieja Iglesia Parroquial siguió en pie hasta que fue finalizado el nuevo templo para permitir la continuación de los oficios religiosos. Por las constancias en el libro copiador de notas de la municipalidad, la Sra. Justa Lima de Atucha vuelve a reiterar su pedido inicial sobre los materiales de la vieja iglesia con fecha 16 de mayo de 1880. Finalmente con fecha 31 de agosto el municipio resuelve otorgarle dichos materiales, respondiendo textualmente a través de Francisco C. Silvano: “... La comisión municipal que tengo el honor de presidir en sesión del 28 del corriente ha tenido a bien conceder a Ud. la autorización que ha solicitado para demoler el edificio de la iglesia vieja de este pueblo, pudiendo emplear sus materiales en la construcción de la casa que proyecta formar...”.

Dichos materiales se emplearon, por consiguiente, no en la edificación del templo sino en una construcción posterior, que bien pudo ser, por lo citado por el padre Ruiz Santana, la refacción de la casa contigua al templo que primero pensó que sería para el cura pero que fue vendida a particulares y recién la Curia la adquiere en el año 1930 comprándola con el legado de la Sra. Josefa I. de Ortiz.

En virtud de los fundamentos expuestos, que se acompañan de la documentación respaldatoria y de la investigación histórica que corrobora, solicito a las señoras y señores legisladores que acompañen con su voto afirmativo el presente proyecto de ley.

 

FUENTES CONSULTADAS

 

1.- Robles, Sergio – Baccino, Silvia – Sorolla, María Luisa: “Espacios de Fe – La religiosidad de los zarateños”. Colección Nuestra Historia. Publicaciones del Museo Histórico Quinta Jovita y el Archivo Histórico de la Municipalidad de Zárate. Buenos Aires. Octubre de 2005.

2.- Baccino, Silvia – Sorolla, María Luisa: “Era una vez… Zárate”. Buenos Aires. Julio de 1997.

Citas

(1) BIROCCO Carlos María: “Cañada de la Cruz. Tierra, producción y vida cotidiana en un partido bonaerense durante la colonia. Municipalidad de Exaltación de la Cruz. 2003.

(2) ARCHIVO PARROQUIAL DE LA IGLESIA DE SAN ANTONIO DE ARECO. Libro de Matrimonios № 1.

(3) BIROCCO, Carlos M. ob. cit. pág.253

(4) BIROCCO, Carlos M. ob. cit. págs. 254/255

(4) ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN (en adelante A.G.N.) Testamentaria de José A. de Otálora. Expte. 7.274.

(5) A.G.N. Compañía de Jesús. Sala IX, citado por Birocco, Carlos M. en “La estancia de Areco, un establecimiento jesuítico sobre el río Paraná”. Revista de Historia bonaerense del Instituto Histórico del Partido de Morón. Año III Nº 12- Enero de 1997, pág.49.

(6) A.G.N. Sala X 16.8.7. Juzgado de Paz Exaltación de la Cruz, 1831-1844, citado en Robles Sergio D. “Historia de Zárate, desde sus orígenes hasta el año 2000. De los cuatro vientos editorial. Buenos Aires, 2005, pág.116.

(7) RUIZ SANTANA, Carlos: “La Parroquia de Zárate”, julio de 1921, pág.6.

(8) BOTTA Vicente Raúl: “Historia de Zárate1689-1909”. Publicaciones del Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires. La Plata, 1948, pág.156.

(9) CARTA de Justa Lima de Atucha al obispo Aneiros de fecha 20 de noviembre de 1878, citado en RUIZ SANTANA Carlos, ob cit. pág. 8.

(10) RUIZ SANTANA, C. ob. cit. pág. 8.

(11) ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DE ZÁRATE (en adelante A.H.M.Z.) Libro de actas del H. Concejo Deliberante. Sesión del 5 de agosto de 1888. Folio 114.

(12) EL DEBATE 1 de febrero de 1903. Año III. № 271.

(13) EL DEBATE 27 de marzo de 1918. Año XVIII. № 1824.

(14) BOTTA Vicente Raúl; “Historia de Zárate 1689-1909”. Publicaciones del Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires. La Plata, 1948, pág. 65.

(15) RUIZ SANTANA C. ob. cit. pág.4.

(16) A.H.M.Z. Libro de actas de sesiones año 1885, folios 117 y 118.

(17) ARCHIVO DEL OBISPADO DE ZÁRATE-CAMPANA (en adelante A.O.Z.C.) Nota del intendente de Zárate Luis Guerci al cura párroco Juan Piaget del 30 de enero de 1912.

(18) EL DEBATE 13 de julio de 1916. Año XVII № 1649 pág. 1.

(19) A.O.Z.C. Carta del intendente Luis Guerci al párroco Arturo Torcelli Massa de fecha 11 de agosto de 1916.

(20) A.O.Z.C. Carta del párroco Arturo Torcelli Massa al Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de septiembre de 1916.

(21) EL DEBATE, 2 de noviembre de 1916. Año XVII № 1681 pág. 6.

(22) EL DEBATE 28 de marzo de 1918. Año XVIII pág. 1.

 

Fuentes:

ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN. Sala IX. Comandancia de fronteras. Legajo № 2.

ARCHIVO HISTÓRICO DE ZÁRATE. Libro Copiador de Notas. Año 1880.

CIEN CIUDADES ARGENTINAS, Año 1927.

DIARIO “El Debate” de fecha 12 de noviembre de 1908. Año VIII. № 859 y 18 de enero de 1914 Año XIV Nº 1395.

DIARIO “El Eco de Zárate” Años 1902, 1904, 1913 y 1944.

LOPEZ Juan Ernesto: “Datos sobre el constructor Ventura. Reforma 1913”

ROBLES Sergio Daniel: “Nuestra Señora del Carmen, Iglesia Parroquial de Zárate”. Mimeo. Zárate, 1999.

RUIZ SANTANA, Carlos: “La Parroquia de Zárate”. Zárate, 1921.

 

APÉNDICE DOCUMENTAL

DOCUMENTO № 1

INVENTARIO. Año 1917

IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN (Archivo del Obispado Zárate-Campana)

 

Una custodia regular de metal dorado

Dos cálices, uno de ellos bueno

Dos copones

Dos calderillos, uno en uso

Dos incensarios, uno en uso

Dos navetas, una fuera de uso

Dos vinagreras de metal fuera de uso

Tres misales, dos en uso, uno viejo

Algunas figuras del nacimiento

Una estatua antigua de la patrona

Una urna para jueves santo -de latón-

Estandartes: uno de Luján, de la Inmaculada, de la Doctrina Cristiana, Coro de Ángeles. Apostolado, cofradía del Santísimo sacramento

Un palio blanco

Un guión viejo

Cruz parroquial y ciriales de metal blanco

 

IGLESIA:

Un órgano grande viejo destruido

Un armonio viejo, en uso

Vía Crucis, oleográfico

21 bancos de cedro, chicos

45 bancos de cedro, grandes

ALTAR MAYOR

Imágen de N. S. del Carmen, grande

San José

Un doctor de la Iglesia

Atril de madera dorado, viejo

 

ALTAR DEL CORAZÓN DE JESÚS

Su estatua

Santa Inés (chica)

Santa Margarita (chica)

Sacras

Crucifijo de metal dorado

12 candeleros de latón dorado

Un atril

Una media luna de metal

 

ALTAR DE LA INMACULADA

Su estatua, grande

4 candeleros de metal (bronce)

Crucifijo

Sacras

Atril de metal

 

ALTAR CALVARIO

El grupo grande

Sacras

Atril de madera

Dos candeleros

 

ALTAR DE SAN JUSTO Y PASTOR

Su estatua chica, una parada, otra yacente

Ángel de la guarda

San Luis

Sacras

Cruz

Cuatro candeleros

 

ALTAR DE SAN SEBASTIÁN

Su estatua, grande

San Antonio

Un obispo

Dos candeleros, chicos

Sacras

Atril de madera

 

ALTAR DE SAN MIGUEL

Una estatua grande

Crucifijo de metal

Sacras

Dos candeleros

 

ALTAR DE SANTA CATALINA

Su estatua grande

Sacras

San Roque pequeño

Cuatro candeleros

 

ALTAR DEL CORAZÓN DE MARÍA

Su estatua

La Virgen de Luján

San Estanislao

Sacras

Atril de metal

Cuatro candeleros

Todos estos altares con sus metales correspondientes y sus piedras consagradas

Dos arañas de cristal, chicas

Dos arañas de metal de fantasía de poco valor

Dos confesionarios nuevos e incómodos

Dos pilas de mármol para agua bendita

Dos campanas en la torre

Un reloj en la torre

 

BAUTISTERIO

Una pila bautismal de mármol color rosa

 

DESPACHO PARROQUIAL

Un armario chico e incómodo, contiene los libros

Un escritorio grande

Cincuenta litros de bautismos muchos de ellos encuadernados

Diecinueve libros de matrimonios en el mismo estado

Nueve libros de defunciones idem

Trece de fin eclesiásticos encuadernados hasta el año 1911

Sin encuadernar 1912,1913 y 1914

Libros de actos

Fábrica terminado

Fiestas incompletos

Inventario inexacto

 

Índices:

De Defunciones, incompleto. De confirmaciones, lo mismo. Dos cuadernos de la misma en lápiz y otros dos borroneados.

De Bautismos casi roto, no existiendo índice desde el año 1899

Hojas sueltas de confirmaciones

Un cuaderno de primeras comuniones, incompletos en extremo.

 

CAPILLA DE VILLA FOX

Construida e inaugurada durante el curato del Sr. Torcelli Massa

Un ornamento blanco

Un ornamento violeta

Un cáliz de metal blanco

Un misal

Un par de vinagreras de la parroquia

Una campanilla

Manteles

Un atril de madera

Sacras

Piedras ara

Un crucifijo de metal

Cuatro candeleros chicos

Dos de cinco luces chicos

Estatua de la Dolorosa

María Auxiliadora pequeña

San Antonio pequeño

Un crucifijo grande

Vía Crucis chico oleografía

Dos campanitas de metal para llamar a misa

Una lámpara para el Santísimo

Ocho bancos viejos