FUNDAMENTOS DE LA LEY 14496

La presencia del pueblo armenio en la Anatolia Oriental y el Cáucaso está probada a partir del siglo VI a. de C. Durante dos milenios el pueblo armenio conoció períodos de independencia y de vasallaje. Se sucedieron varias dinastías reales hasta la caída del último reino armenio, en el siglo XIV. Al adoptar el cristianismo como religión del Estado a principios del siglo IV y un alfabeto especifico, que ya en esa época le confirió identidad nacional, los armenios fueron frecuentemente perseguidos por su fe por diversos invasores o conquistadores.

Si bien ocupan una situación geográfica particularmente vulnerable como posición estratégica, hasta la primera guerra mundial los armenios pudieron crear y preservar su idioma, una cultura, una religión, en resumen, una identidad, en sus territorios históricos que los mismos turcos designaban con el nombre de Ermenistán.

Después de la desaparición del último reino armenio, la mayor parte de Armenia fue dominada por los turcos mientras Persia controlaba las regiones orientales que, a su vez, serían anexadas por los rusos en el siglo XIX.

Al igual que las otras minorías religiosas del Imperio Otomano, la comunidad armenia (o "millet") gozaba de autonomía religiosa y cultural y durante el período clásico del imperio de una paz relativa, pese a su condición de súbditos de clase inferior ("Rayás").-

Pero con la declinación del imperio, en el siglo XIX las condiciones se deterioraron y fueron cada vez más opresivas. El crecimiento demográfico, las sucesivas oleadas de refugiados turcos provenientes de Rusia y los Balcanes, la sedentarización de los nómades (kurdos, circasianos, etc.), modificaron las relaciones de población y se acentuaron la presión sobre la tierra, multiplicando los problemas de la propiedad agraria.

El resultado fue el agravamiento de la situación de la población armenia, en su gran mayoría campesina. Las estructuras anquilosadas del imperio no le permitían modernizarse ni reformarse. Algunas tratativas de reformas (constitución de un ejercito moderno, impuestos en dinero) sólo consiguieron aumentar la pauperización del campesinado.

Al mismo tiempo, el despertar de las nacionalidades en los Balcanes desembocó progresivamente en la independencia de pueblos hasta entonces dominados por los otomanos. El imperio fue debilitado cada vez más, especialmente por sus deudas.

A partir de 1878, después de la guerra ruso-turca, la cuestión armenia se convirtió en uno de los elementos de la cuestión de Oriente. En el tratado de San Stéfano (1877) el artículo 16 preveía una serie de reformas en las regiones armenias, garantizadas por los rusos. Pero el tratado de Berlín (1878), como consecuencia de un cambio de alianzas, aligeró las obligaciones de Turquía y confió a Inglaterra la supervisión de la aplicación de las reformas, las que - sin embargo quedaron como letra muerta.

Al estallar la primera guerra mundial el Imperio Otomano tuvo hesitaciones para elegir su campo. Bajo presión alemana, a principios de noviembre de 1914 se colocó junto a las potencias centrales. La posición de los armenios era difícil. Ocupaban un territorio considerado vital por Turquía para la realización de sus planes imperialistas turanios con respecto a los pueblos de la Transcaucasia y el Asia Central.

Por otra parte, la división del pueblo armenio entre el Imperio Otomano (dos millones de armenios) y Rusia (l.700.000), lo separaba automáticamente en dos campos.

En el VIII Congreso de la Federación Revolucionaria Armenia, realizada en Erzerúm en agosto de 1914, los Dashnak rechazaron las propuestas de los Jóvenes Turcos que les solicitaban efectuar acciones subversivas entre los armenios de Rusia.

Desde principios de la guerra, en general los armenios de Turquía se comportaron como súbditos leales y se enrolaron en el ejército turco. Por su lado los armenios de Rusia fueron normalmente incorporados al ejército ruso y enviados a los frentes europeos.

Durante los primeros meses de la guerra los armenios de Rusia formaron cuerpos de voluntarios que sirvieron al ejército zarista como exploradores: réplica rusa del proyecto turco propuesto a los armenios de Erzerúm, unos meses antes. El rechazo de Erzerúm y la formación de esos batallones de voluntarios son los argumentos retenidos por los Jóvenes Turcos para convencerse de la traición de los armenios.- Enver, convertido en generalísimo, entró en Transcaucasia en pleno invierno, pero fue derrotado en Sarikamish tanto por el invierno como por el ejercito ruso. De los 90.000 hombres del III Ejército turco sólo quedaron 15.000. Las medidas anti-armenias comenzaron en un clima sobrecargado por la derrota del Cáucaso.

El GENOCIDIO.

A partir de enero de 1915 los soldados y gendarmes armenios fueron privados de sus armas; se los reunió en batallones de trabajo en pequeños grupos de 500 a 1.000 hombres y se los destinó a la construcción de caminos; fueron progresivamente ejecutados en lugares aislados.

Es a partir de abril que se inició la ejecución de un plan cuyas fases se sucedieron rigurosamente. La deportación comenzó a principios de abril en Zeitun, en una región que no presentaba ningún carácter estratégico inmediato. A continuación, la deportación fue extendida a las provincias fronterizas.-

El pretexto utilizado para generalizar la deportación fue provisto por la resistencia de los armenios de Van. El valí de Van, Djevded, asolaba las aldeas armenias mientras los armenios de Van organizaban su defensa. Fueron salvados in extremis por una ofensiva de efectivos rusos conducidos por los voluntarios armenios del Cáucaso. Van fue tomada el 18 de Mayo; los rusos avanzaron pero a fines de junio fueron detenidos por una contraofensiva turca. Los armenios del vilayeto de Van se replegaron y así se salvaron del exterminio.-

Cuando la noticia de la revuelta de Van llegó a Constantinopla, el Comité‚ Unión y Progreso (Ittihad) aprovechó la ocasión: entre el 24 y el 25 de abril de 1915 fueron apresadas unas 650 personalidades, escritores, poetas, abogados, médicos, sacerdotes, políticos; luego fueron deportados y asesinados en los meses siguientes. Se trata, pues, de la eliminación sistema tica de casi toda la intelectualidad armenia de la poca.-

Siguiendo un programa preciso, a partir del 24 de abril el gobierno ordenó la deportación de los armenios de los vilayetos orientales. Como Van estaba ocupada por el ejército ruso, la medida comprendía los seis vilayetos de Trebizonda, Erzerúm, Bitlis, Diarbekir, Jarput y Sivás. Una "organización especial" (OS) era la encargada de ejecutar el plan. La formaban condenados de derecho común liberados de las cárceles, entrenados y equipados por el partido Unión y Progreso. Esta organización paralela, dirigida por Behaeddín Chakir, dependía exclusivamente del Comité‚ Central del Ittihad. Constantinopla transmitía las directivas a los valís, kaimakams y responsables locales de la OS. Estos últimos tenían poderes discrecionales y podían remover a su antojo a los funcionarios o gendarmes recalcitrantes.

El método desplegado, el ordenamiento impuesto para la evacuación de las ciudades, el itinerario seguido por las columnas de deportados, todo ello confirma la existencia de un comando centralizado que controlaba el desarrollo del programa. La orden de deportación se anunciaba en cada ciudad o población. Las familias disponían de dos días para reunir algunos efectos personales. Eran desapoderadas de sus bienes o los vendían precipitadamente. Previamente, se detenía a los notables, los miembros de los partidos armenios, los sacerdotes y los jóvenes; se los obligaba a firmar confesiones falsas y luego se los ejecutaba directamente en pequeños grupos. Los convoyes de deportados se componían de mujeres, ancianos y niños.

En las aldeas distantes se masacraba a las familias y sus casas eran incendiadas u ocupadas. Embarcaciones cargadas de víctimas fueron hundidas en las costas del Mar Negro y a lo largo del Tigris, cerca de Diarbekir. .- Entre mayo y julio de l9l5 las provincias orientales fueron asoladas por soldados y gendarmes turcos, bandas de la OS "chetés" etc. Se toleraban y aún se alentaban los robos, pillajes, torturas y asesinatos, y las autoridades turcas castigaban severamente cualquier protección concedida a los armenios.

Pero la operación no pudo ser mantenida en secreto. Advertidos por misioneros y cónsules, el 24 de mayo las naciones de la Entente conminaron al gobierno turco a poner fin a las masacres, haciendo personalmente responsables a los miembros del gobierno. Como réplica, Turquía oficializó por decreto la orden de deportación bajo el pretexto de la traición de los armenios, el sabotaje y las acciones terroristas.

En los hechos, la deportación no es sino una forma disfrazada de exterminación. Al partir, se elimina a los más resistentes. El hambre, la sed y las masacres diezman los convoyes. Millares de cadáveres se amontonan en los caminos. Los árboles y los postes de telégrafo se cargan de ahorcados; los ríos arrastran cuerpos mutilados que son depositados a lo largo de sus orillas. Sobre l.200.000 armenios de los siete vilayetos orientales, cerca de 300.000 pudieron huir al Cáucaso aprovechando la ocupación rusa; los demás fueron asesinados en el lugar en que se hallaban o fueron deportados; las mujeres y los niños (alrededor de 200.000) fueron secuestrados. No llegaron m s de 50.000 sobrevivientes a Alepo, punto de convergencia de los convoyes de deportados.-

A fines de julio de 1915, el gobierno procedió a la deportación de los armenios de Anatolia y Cilicia. En las zonas alejadas del frente, donde la presencia de los armenios no podía considerarse un peligro para el ejército turco, el gobierno procedió a efectuar una transferencia de poblaciones. Las columnas de deportados fueron dirigidas hacia el sur y diezmadas en el camino. Desde Alepo, los sobrevivientes fueron conducidos hacia el desierto de Siria, en el sud, o hacia la Mesopotamia en el sud este.

Se construyeron campos de concentración en Siria, en Hama, Homs y cerca de Damasco, que acogieron alrededor de l20.000 refugiados, la mayoría de los cuales - aún al finalizar la guerra - serían repatriados a Cilicia en l9l9. Por el contrario, a lo largo del Eufrates los armenios fueron empujados siempre hacia delante, hacia Deires - Zor, a donde llegaron unas 200.000 personas. Entre marzo y agosto de l9l6 se ordenó desde Constantinopla la liquidación de los últimos sobrevivientes reunidos en los campos, a lo largo del ferrocarril y en las orillas del Eufrates.

Sin embargo, aún quedan armenios en Turquía, y algunas familias de armenios, especialmente protestantes y católicos, todavía subsisten en las provincias, arrancados de la muerte por las misiones americanas y el nuncio apostólico.

En algunos casos los armenios se salvaron gracias a la enérgica intervención de algún funcionario turco, o pudieron ocultarse entre amigos kurdos o turcos. Los armenios de Constantinopla o de Esmirna también escaparon de la deportación.

Asimismo, hubo resistencias de Urfá, Shabbín Karahisar, Musa Dagh. En total, teniendo en cuenta los refugiados en Rusia, puede estimarse en 600.000 el número de sobrevivientes a fines de l9l6, sobre una población estimada en 1.800.000 en 1914, según Arnold Toynbee.

La Anatolia oriental fue vaciada de su población armenia. Una parte de los sobrevivientes de las masacres se refugió en Siria y el Líbano, mientras que otra parte se replegó hacia la Armenia rusa.

Señor presidente, lo relatado anteriormente me exime de seguir abundado en detalles. Es indudable que con la sanción en el año 2007 de la Ley Nacional 26199, nuestro país reconoció este trágico y lamentable acontecimiento histórico.

Si bien nuestra provincia no ha adherido a la misma, hecho que pretendo subsanar con este proyecto, con la sanción de la Ley provincial 13478 (2006) se reconoció al 24 de abril como “Día de Acción por la tolerancia y el respeto entre los pueblos” en recordación del Genocidio del que fuera victima el pueblo armenio, pero sin otorgarle la posibilidad a los habitantes de nuestra provincia de ese origen de participar de las actividades relacionadas a la fecha.

Por tal motivo y con el único objetivo de realizar un estricto acto de justicia para con las víctimas de tan tristes acontecimientos, solicito de mis pares la aprobación del presente proyecto.