FUNDAMENTOS DE LA LEY 14638

Sin lugar a dudas es Villa Adelina una de las zonas del partido de San Isidro que más ha progresado, basta recorrerla para apreciar la profunda transformación operada en los últimos veinticinco años. Para aquellos que la podemos mirar en perspectiva y realizar un análisis comparativo de lo que era y lo que es, sería casi increíble si no tuviéramos conocimiento de la férrea voluntad de sus vecinos y de las instituciones que los nuclean, que nunca claudicaron en su afán de ver a su localidad puesta en valor y de la decisión política de una administración municipal que no escatimó jamás gestión ni recursos, para acompañar esa voluntad de cambio y de franco progreso.

Hace treinta años, Villa Adelina era el último rincón de San Isidro, “la cola” del municipio. Quedaba “por allá, por el fondo; a una legua de la costa”, para los viejos de la futura ciudad y de las ciudades limítrofes, que siempre fueron activos y solidarios militantes contrarios a la odiosa marginación a la que fue injustamente sometida; hoy junto con todos los sanisidrenses pueden mostrar orgullosos que no queda en ella una sola calle de tierra, que lo que antaño eran pozos, zanjones e inundación hoy está totalmente asfaltado, iluminado, con desagües pluviales en toda su superficie de aproximadamente 5,5 Kilómetros cuadrados, cubierta en un 100% por el suministro de agua corriente y en más de un 80%, por la red cloacal que continúa extendiéndose.

 Hasta la restauración democrática de 1983, a pesar de haber sido sistemáticamente ignorada por las administraciones dictatoriales la ciudadanía de Villa Adelina siempre pugnó por mejoras y obtuvo, gracias a su tesón; algunas satisfacciones que siempre fueron otorgadas o concedidas, según el humor de los “gerentes” devenidos en funcionarios públicos, de los distintos turnos en las administraciones de facto y no por el legítimo derecho de quienes las demandaban.

 Es solo a partir del 10 de diciembre de 1983, que puede verificarse un verdadero y sostenido salto cualitativo y cuantitativo en materia de infraestructura pública y mejoras sustantivas en la calidad de vida la población y en eso tuvieron mucho que ver dos ciudadanos, ambos funcionarios públicos mandatados por el voto popular que lamentablemente ya no están con nosotros, que lo dieron todo, que incansablemente lucharon y gestionaron la transformación de Villa Adelina en lo que es hoy, Melchor Posse y Carlos Iriarte y quienes los sucedieron, que siguen bregando por más y mejores cosas para el pueblo. Voy a lamentar siempre que esos dos entrañables amigos míos, que contribuyeron a forjar el destino de Villa Adelina no estén presentes cuando esta iniciativa se transforme en ley, pero que seguramente será un homenaje de todos los que colaboramos y compartimos esos sueños y estos esfuerzos.

Ocuparía numerosas fojas en este expediente para dejar constancia de todos los progresos que se han producido en esta localidad que hace años que aspira a un merecido cambio en su situación de revista, su elevación al rango de ciudad.

Para ello me remito al laborioso trabajo que en estos años han realizado y documentado conjuntamente, el Departamento Ejecutivo y el Honorable Concejo Deliberante de San Isidro, (reseña histórica, instituciones, infraestructura, planos, datos del censo, memoria descriptiva, oferta de servicios públicos, públicos-concesionados y privados, en un total de 71 (setenta y un folios) cuya copia adjunto para una mejor y más acabada ilustración de los/ as Sres. /as. diputados /as. De su atenta lectura surge con meridiana claridad, que Villa Adelina cumple con absolutamente todos los requisitos exigidos por la Ley 10.806 para ser declarada ciudad y es por ello, que le solicito a la Honorable Cámara de Diputados, la aprobación del presente proyecto.