Fundamentos de la
Ley 13833
Don Ezequiel Crisol nació en la ciudad de Bahía Blanca el 15 de febrero de 1918. Fue testigo y protagonista de todas las etapas de desarrollo del movimiento nacional justicialista.
Allá por el año treinta, supo
deletrear el latín junto a su compañero de aula Raúl Primatesta
en el Seminario de
Pero debían pasar aún algunos años hasta que el destino le otorgara la ocasión propicia para intervenir activamente en el destino de sus semejantes. Una tarde calurosa de octubre mientras Ezequiel se encontraba en la plaza, ante una muchedumbre exaltada, un hombre providencial exclamó la frase “quien quiera oír que oiga”, palabras éstas que sin duda deben haber resonado como un eco familiar y redentor al ser escuchadas por el joven voluntarioso. Entonces sucedió lo que había estado aguardando, la historia lo exhortaba, le regalaba un sitio entre sus iguales y él se esmeraría en ocuparlo con dignidad.
Resulta extrañamente pintoresca su apostura criolla coronada por un rostro pétreo, surcado de arrugas, pero que sabe ser afable; su sonrisa fácil contrastan con la mirada azul, penetrante y sabia con que otea a su interlocutor, como midiéndolo.
En 1937 comenzó a trabajar en una
de las tiendas más grandes de la ciudad, New London. En aquel tiempo, las condiciones laborales no eran
las mejores, porque aún no existían ni la ley de jubilaciones ni el sábado
inglés. Las posibilidades laborales eran pocas, había poco trabajo no sólo en
la ciudad sino en todo el país; el trabajador tenía que reunir muchas
condiciones para poder acceder a un empleo. Hacía poco tiempo -en 1934- se había
dictado
Por entonces los sueldos eran fijados por los mismos empresarios, de modo que cuando s e entraba a trabajar, no había convenio que fijara pautas, (aún no se había llegado a los convenios colectivos) y los sueldos y las comisiones se “pactaban” entre patrón y empleado.
Por esos tiempos Crisol comenzó a actuar en política, iniciando la actividad en torno al movimiento peronista. La mayoría de los compañeros de la tienda eran partidarios de las ideas peronistas y volcaron todo su esfuerzo en acceder al gobierno del sindicato mercantil, ya que los dirigentes del gremio de esos momentos sustentaban otra opinión política. En principio porque el peronismo era un movimiento naciente y no tenía antecedentes; recién aparece en el ‘44 con la ley de jubilaciones que dicta el gobierno y que brinda a los trabajadores aguinaldo, vacaciones, indemnización por despido, etc.
A los tres meses de ingresado al
empleo de la tienda se asoció al gremio (ese era el período exigido para poder
afiliarse). Al poco tiempo fue designado delegado ante
A instancias suyas, se crea en
junio de 1971
En 1979 participa en la reunión
constitutiva de
En septiembre de 1981 es
designado representante ante
En marzo de 1984, en ocasión del
XXXII Congreso Extraordinario de
En 1983 formó parte de
En julio de 1989, con los valores
percibidos en su cargo de delegado de OSECAC, Ezequiel Crisol compra una quinta
en la localidad de Médanos y la dona a
En octubre de 1990, se constituye
En 1991
En junio de 1994 resultó electo como secretario de Relaciones Internacionales de
Desde hace varias décadas, este tenaz dirigente gremial mantiene una lucha incansable a favor del cierre del comercio los días domingos y feriados, problemática que persiste en nuestros días constituyendo una clara violación a los derechos de los trabajadores mercantiles.
A sus ochenta y nueve años, con más de seis décadas encima de activismo ininterrumpido, en el que todas las vicisitudes imaginables han formado parte de su pan diario, es usual verlo multiplicarse desde el amanecer hasta bien entrada la noche en las más diversas faenas, que incluyen desde asistir a una asamblea hasta otorgar entrevistas, realizar inspecciones, atender asuntos gremiales y supervisar alguna nueva obra, o viajar varios kilómetros para resolver algún problema en cualquier sitio del país.
Bajo su conducción al frente de la sede sindical del sector mercantil bahiense, es interminable la cantidad de obras que se han realizado: en la sede social funciona un servicio de asesoramiento laboral, jurídico y jubilatorio, una farmacia gremial, servicios de óptica, odontología, kinesiología, pedicuría, vacunatorio, enfermería; el edificio cuenta con un salón con capacidad para 500 personas y dos salones para 50 personas cada uno. Allí mismo funciona una escuela secundaria, una escuela de enfermería, una escuela de mucamas hospitalarias y se dictan cursos de cocina hospitalaria, de marketing, de capacitación en operador de PC, de ventas y de jardinería. En otro edificio funciona un gimnasio donde se practica yudo, karate, gimnasia femenina y gimnasia pre-parto.
Luego, ante la falta de atención médica que históricamente venían padeciendo los trabajadores, sumado al cobro de plus o aranceles diferenciados que cobraban los profesionales, emulando a los compañeros ferroviarios que ya contaban con su nosocomio propio, se decidió la construcción de un sanatorio, un viejo proyecto que se hizo realidad con el aporte del 1% del sueldo, propuesta que fue votada por unanimidad por los afiliados en una asamblea.
En la actualidad
Este Centro de Salud Privado, no
sólo atiende a los afiliados de
Otros dos edificios prestan atención en consultoría externa en las especialidades de clínica médica, pediatría, cirugía de adultos, cirugía infantil, ortopedia, obstetricia y ginecología, otorrinolaringología, endocrinología y otros.
Un capítulo aparte entre los logros conseguidos por su administración merece el Complejo Polideportivo de Aldea Romana, donde en un espacio de 150 has. se emplaza el autódromo internacional, con kartódromo, boxes, sala de prensa, tres cantinas, un complejo de piletas de natación, vestuarios, un salón de 1.600 mts.2 (el más grande de la ciudad), complejo de cocinas y parrillas, seis viviendas para caseros, una casa para jubilados, gimnasio, canchas de fútbol y paddle, quinchos, juegos infantiles, aerosilla, carpa espacial, hamacas voladoras, rueda gigante, plaza de juegos infantiles, más de 15.000 árboles, dos perforaciones, línea de alta tensión, un anfiteatro para 5.000 personas, un micro cine con 120 butacas, un quincho para 150 personas, un salón para juegos infantiles bajo techo, un albergue de 12 habitaciones con 48 plazas, un salón para 200 personas, dos salones más, una zona de camping para carpas y casillas, una huerta para chicos de la calle, el proyecto de un lago artificial, y el camino de acceso al predio de 2.000 mts. asfaltado.
Con su participación, y luego
bajo su conducción, el gremio corona una larga lista de realizaciones que
comprenden la erección de cinco grandes complejos habitacionales (cuatro
edificios de dos torres cada uno y otro edificio de tres torres), la
adquisición de numerosos inmuebles: dos lotes para construcción de futuros
edificios y barrios, dos departamentos en Capital Federal, dos chalets (donde funcionan respectivamente la obra social y
Dentro del patrimonio actual del gremio, se encuentra un importante parque vial y automotor que está conformado por cinco ambulancias, dos utilitarios y tres colectivos.
No sólo el sindicato, sino toda
la ciudad conoce la magnitud de la obra de este
incansable luchador en
Crisol es de la estirpe de los realizadores. Es un hombre perteneciente a otra era, que hace gala de sus capacidades ejecutivas con el solo hecho de mostrar y poner en acción sus obras. No es el suyo el estilo rimbombante de quien trata de florearse ensoberbecido por los propios méritos; la modestia es su arte más ostentoso, su lujo personal, y la infatigabilidad y eficacia, son su condición.
Raro privilegio el de los empleados de comercio bahienses al haberles sido dado por el destino un dirigente de su envergadura y talante; sólo un movimiento no menos rico en larguezas como lo fue el peronismo puede explicar a hombres así. Bueno sería que el movimiento obrero fuera capaz de recrear figuras ejemplares surgidas de su propio seno, que tutelasen la marcha de la vida nacional como lo hiciera y aún lo hace Ezequiel Crisol.
Quizás la mejor manera de trazar su perfil es a través de sus propias palabras, las mismas que lo ponen de manifiesto en sus anhelos: “He subido la larga pendiente de la vida y puedo observar algunas cosas con detenimiento. Ser un dirigente en esta bisagra de la historia me llena de orgullo. En mi larga vida he visto nacer el automóvil, el avión, la radio, y luego la televisión, he visto al hombre llegar a la luna, he visto curar las enfermedades más crueles con el avance de la medicina y me he asombrado cada mañana con un nuevo descubrimiento de la ciencia. Para los más jóvenes, que recibieron este enorme cambio de la humanidad como algo natural, les debe ser difícil comprender la carga y la emoción que un hombre de mis años tiene ante esta perspectiva gigantesca. También es cierto que durante mi infancia recibí las tristes noticias de las guerras mundiales y de las mil maneras de cómo el hombre es el lobo del hombre. Todo esto me sirvió para querer a mi gente, a mi pueblo, a mi Patria, y volcarme de lleno a la actividad gremial, para progresar con el mundo y para defenderme y defender a mis compañeros del lobo que, en alguna medida todos llevamos dentro”.
El compañero Ezequiel Crisol está
próximo a cumplir sus 90 años y ocupa el cargo de secretario general de
Por todo lo expuesto en esta breve semblanza de la obra realizada por este gran hombre que dedicó su vida a la defensa de derechos de los trabajadores argentinos, solicito a mis pares me acompañen con el voto afirmativo para la aprobación del presente proyecto de ley.