Fundamentos de la Ley 12689
El edificio del liceo Víctor Mercante fue una de las primeras obras que se emprendieran por 1884, cuando se decidió que construir establecimientos educativos de material. Siendo en aquel entonces director general de escuelas el doctor Emilio Carranza. Las primeras construcciones fueron para las escuelas 1 y 2, que ocuparon las instalaciones de la manzana comprendida entre las calles 4, 5, 47 y diagonal 77. Desde 1888 y hasta 1931, funcionó en ese lugar la primera escuela normal nacional a cargo de miss Mary Olstine Graham, quien fuera una las profesoras que Domingo Faustino Sarmiento trajera de los Estados Unidos.
Desde 1931 y hasta 1981, desarrolla en ese edificio sus funciones el primer colegio secundario de señoritas de la historia educativa nacional, creado en 1907. Dicho establecimiento educativo pasa a denominarse en 1957 como liceo Víctor Mercante, en memoria de su fundador, quien a pedido del presidente de la Universidad Nacional de La Plata, doctor Joaquín V. González, crea la institución que hasta 1930 funcionaba en el edificio del Colegio Nacional.
Pero además de las significaciones históricas a las que se ha hecho alusión, es imprescindible destacar las características arquitectónicas de esta construcción. El edificio es construido siguiendo los lineamientos fundacionales para edilicios y culturales de la ciudad de La Plata. Esta tarea le fue encomendada al ingeniero alemán Carlos Altgelt, quien lo proyectó tomando como modelo las escuelas alemanas. En octubre de 1884 se licitó la construcción, pero ya en junio se había iniciado el acopio de materiales. Su planta de carácter neoclásico, fue para la época una concepción de avanzada pues contaba con una extraordinaria biblioteca, gabinetes de ciencias, modernos laboratorios con instrumental importado, gimnasio, auditorio, enfermería, núcleos sanitarios y administrativos. Además de amplias aulas y jardines con exóticas especies, y piezas escultóricas.
Está ubicado tomando toda la manzana convirtiéndose así en un hito no solo arquitectónico, sino también urbanístico, ya que le imprime a este sector del recorrido de la capital provincial características propias.
La rica vida institucional y los aspectos antes citados convierten al edificio en un verdadero símbolo, con rango de patrimonio, pues es parte de la memoria colectiva de los bonaerenses. Preservarlo para las futuras generaciones es conservar y transmitir los valores que el mismo representa.
|