Fundamentos de la Ley 10643
Desde la conquista de América por los europeos, nuestro continente comenzó a inscribirse dentro del discurso religioso. Los españoles, pese a sus métodos, fueron los que más imprimieron en los aborígenes este discurso. El avance de las conquistas en el continente americano tuvieron el mismo carácter, pero, los conquistadores y pioneros, cuando bautizaban a sus poblaciones se diferenciaban, es así que los sajones o los dinamarqueses o los holandeses llevaban los nombres de sus pueblos o ciudades de origen, así tenemos a Nueva Ámsterdam y Nueva Cork, a Nueva Jersey y al estado de Nueva Inglaterra, todos ellos en los E. E. U. U. ; otros nombres pertenecen a los nombres naturales que los aborígenes les habían dado. La colonización hispánica fue grabando con nombres imbuidos de religiosidad, más pertenecientes a lo desconocido con lo que se enfrentaban y dominaban, así fueron naciendo y muriendo pueblos y ciudades Santa Trinidad, Santa Fe, San Juan, Santo Tomás, etc.; y muchos de estos territorios sufrían “cambios de dueños”, pese a lo cual, en muchos casos mantuvieron su nombre de conquista, la ciudad de Los Ángeles o el Estado de Texas son testimonio de estos cambios. En nuestra sufrida América Latina, la religión de los conquistadores pronto se convirtió en la fe del pueblo y de ahí su validez. Cada pueblo, cada cultura y en las distintas épocas, levanta distintos valores a los cuales les rinde culto: en la época de la conquista, de la fundación de los asentamientos humanos, de acuerdo al día del santo en que este acontecimiento sucedía se le nombraba patrono y a este le correspondía proteger de los enemigos y las tan temidas hambrunas y/o pestes que por entonces asolaban. Este recaudo de los fundadores brindaba la sensación de seguridad y acentuaba el espíritu de solidaridad, ya que todos los protegidos respondían y respetaban con preferencia a un solo Patrono. Generalmente la fecha de la fundación del asentamiento se confundía con la que por el calendario religioso le correspondía al patrono: fiestas, procesiones, servicios religiosos, eran, y en muchos casos lo siguen siendo, las ceremonias que correspondían a tales acontecimientos, que por lo general el pueblo seguía, ya que vivía ese día como propio, porque de verdad le correspondía. Eran épocas donde el espíritu religioso teñía todas las manifestaciones culturales, arquitectónicas, del vestido, etc. Verdaderamente regía la vida del pueblo y no se lo ocultaba, mas bien lo que se debía ocultar era la falta de tal, ya que se exponía a la intolerancia y al fanatismo que a través del tiempo caracteriza al hombre. Como todo cambia y se transforma, así ha sucedido con éste especial espíritu religioso, ahora destinado a un segundo plano en la vida de los pueblos que va evolucionando hacia el espíritu científico, pero éste espíritu reemplaza con lógica y raciocinio los deseos, temores, miedos, esperanzas de la vida de los individuos y de los pueblos. El espíritu racional parece que pretendiera la eliminación de todo cuanto fuera espiritualidad. Pese a todo, asistimos a un resurgimiento de lo religioso, lo espiritual, lo divino. Asimismo presenciamos un resurgimiento de los cultos animistas primitivos, de lo demoníaco, fenómeno sobre el cual hay que estar atentos. La capilla objeto del
presente proyecto, fue de gran importancia para la historia de Lanús, ya que Don Anacarsis Lanús había decidido la construcción de un oratorio
público, dotado incluso de una calle de acceso directo desde el Camino Real;
su habilitación tuvo lugar en el año 1870, en coincidencia con el matrimonio
del mayor de sus hijos, Juan Ricardo Lanús. La capilla está
orientada hacia el este, lugar del Camino Real y congregaba semanalmente al
vecindario. Entre quienes celebraron el servicio religioso allí se recuerda
al sacerdote Francisco Alberti, futuro obispo de Las crónicas de la época relatan que años después del remate de la chacra, una hija de Anacrasis, Luisa Lanas de Galup, recuperó la propiedad para donarla posteriormente al Obispado. El 16 de junio de 1914, una Comisión de Damas Pro Templo comunicaba al Obispado haber construido dos habitaciones junto al oratorio y solicitaba la designación de un capellán permanente; sin decaer en su actividad y su entusiasmo, el vecindario mantuvo su propósito durante años. En 1941, un
movimiento vecinal solicitó a las autoridades eclesiásticas que Lanas quedase
bajo el patronazgo de la santa Doctora; y al cabo de diez años, el 25 de
abril de 1951, Santa Teresa de Jesús fue proclamada “protectora” del entonces
partido de 4 de Julio. En su secular santuario de las actuales calles Dr. Melo y Llavallol, continúa recibiendo el culto de veneración
de En el honora y en la memoria del pueblo se encuentran atesorada una profunda creencia la que conviviendo con la razón va delineando la forma de ser y de sentir, de vivir el presente y de no divorciarse de sus tradiciones más caras. El declarar Monumento
Histórico a El día 15 de octubre, ha sido proclamado como Día de la patrona de Lanús, en homenaje a Santa Teresa de Jesús.
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