Fundamentos de la

Ley 12181

 

            A partir del siglo XIX fueron apareciendo en la ciudad de Bahía Blanca diferentes órganos de prensa, aunque ninguno destinado a sobrevivir. Fue recién el 1 de agosto de 1898 que un diario llamado LA NUEVA PROVINCIA irrumpió en la sociedad bahiense, alentado por el espíritu del educador, político y periodista Enrique Julio.

            Enrique Julio nació en Tinogasta, Catamarca, cursó sus estudios de maestro en Mendoza, a los 15 años fundó la revista “Primeras Hojas”, le sigue la revista “Alborada” en la misma ciudad. Luego se radicó en Bahía Blanca donde ejerció en principio una función docente dictando clases de historia, geografía, castellano e instrucción cívica que luego abandonaría por el periodismo y la política. Justamente en aquellos tiempos aquel pequeño pueblo aumentó su población de 3.000 habitantes en 1995 a 9.000 habitantes en 1893, también surgían los primeros muelles del puerto de Ingeniero White, estos y otros cambios permitían vislumbrar la importancia de aquel centro urban Llegó a dirigir en el año 1896 uno de los periódicos más destacados, “El Deber”, hasta que antes de fines de siglo inauguró su propio diario “La Nueva Provincia”, ubicado casi veinte años en la esquina de Alsina y Soler. Falleció el 28 de octubre de 1940, en adelanto el diario fue dirigido por su esposa, en un principio, y sus descendientes, hasta nuestros días.

            El diario agitaba el proyecto de su creador, constituir un nuevo Estado federal que auspiciara los intereses regionales, para lo cual se crearon dos comisiones, una en Bahía blanca que tenía como secretario a Enrique Julio y otra en Buenos Aires. Este proyecto tenía por capital a Bahía Blanca y extendía sus límites hasta La Pampa y Río Negro, por entonces territorios nacionales.

            Si bien el proyecto mencionado ut-supra no llegó a concretarse, el diario “La Nueva Provincia” aún sigue deleitando en estos días a familias, trabajadores, jóvenes, estudiantes y niños convirtiéndose en el fiel portavoz de valores, intereses e inquietudes de un gran sector de la provincia de Buenos Aires, La Pampa, Río Negro, Neuquén y la Patagonia.

            En sus comienzos el diario se imprimiría artesanalmente, colocando letra por letra, imprimiendo hoja por hoja. En el año 1910 adquirió una rotativa Doble Ausburg; en 1928, para el centenario de la ciudad, inauguró el edificio donde funciona actualmente el diario y compró además, una gran rotativa Augsburg Man Alemana que permitió la impresión de dos colores, se utilizó durante 48 años. Ya en 1976 se sumó al sistema de impresión offset e incorporó la rotativa Goss Urbanite que imprime aún en cuatro colores y emite hasta 40.000 ejemplares por hora. A partir de 1981 los cambios se sucedieron vertiginosamente tanto en lo que hace a la tecnología, a la faz periodística y el diseño, circunstancia que motivó la contratación de expertos en Estados Unidos. Se cambiaron las viejas máquinas de escribir por una red de computación. A partir de 1992 se dejó atrás el armado artesanal de páginas por un sistema totalmente electrónico. Y así se integró poco a poco a los cambios de época llegando a ser hoy un diario conocido tanto nacional como internacionalmente, ubicándose como uno de los más avanzados técnicamente.

            El mismo ha sido merecedor de distintos premiso como el “SIP-Mergenthaler”, obtenido en el año 1964, distinción que otorga la Sociedad Interamericana de Prensa, a la publicación que se haya destacado en su país por su obra en beneficio de la comunidad; el Cronista Comercial y Círculo de la Prensa, y otros premios que individualmente han obtenido sus redactores y directores. También el mismo ha servido de escuela a muchos periodistas que iniciaron su carrera en él.

            Por lo cual se destaca la responsabilidad, el deber y el amor de informar que el diario La Nueva Provincia tiene desde sus orígenes, siendo indiscutible el valioso aporte brindado a la cultura regional a lo largo de sus primeros 100 años. La libertad de prensa fue, es y será uno de los grandes baluartes de toda sociedad. La Constitución Nacional en su Art. 14, Art. 32 y la Constitución Provincial en su Art. 13 receptan este derecho, que permite que todos los habitantes del país puedan libremente expresar sus ideas, opiniones, anhelos, acompañando la historia de los pueblos.

            Por todo lo expuesto se solicita a los señores senadores acompañen con su voto favorable la aprobación del presente proyecto.