Fundamentos de la
Ley 13849
HONORABLE LEGISLATURA:
Se somete a consideración de Vuestra Honorabilidad el proyecto de ley que se adjunta para su sanción, a través del cual se propone declarar Ciudadano Ilustre de la provincia de Buenos Aires al Dr. Raúl Ricardo Alfonsín.
Nacido en Chascomús el 12 de marzo de 1927, hijo mayor producto de la unión de Ana María Foulkes y Serafín Raúl, primer nieto y sobrino de una gran familia.
Cursó sus estudios primarios en
Se graduó como abogado en
A raíz de la "Revolución
Libertadora", el golpe militar de septiembre de 1955 que derrocó a Perón y
proscribió al justicialismo, Alfonsín sufrió un corto
período de prisión. A su liberación, se convirtió en jefe del comité de
Hasta el final del período frondicista, truncado por el Ejército, en marzo de 1962, Alfonsín renovó los puestos de presidente de
En noviembre de 1965 Alfonsín alcanzó la presidencia del Comité radical en la provincia de Buenos Aires e inscribió su precandidatura a gobernador en los comicios que debían celebrarse en 1967. El nuevo golpe de Estado del 28 de junio de 1966, que inauguró la dictadura reaccionaria, del general Juan Carlos Onganía, despojó a Alfonsín de su mandato legislativo y le devolvió a su despacho de abogado.
Mientras
Este activismo dio lugar en 1970 al Movimiento de Renovación y Cambio, que propugnaba frente el oficialismo balbinista una línea socialmente progresista, aproximada a la socialdemocracia europea, comprometida con las libertades civiles y los valores democráticos y menos conciliadora con el peronismo. Valiéndose de sus importantes apoyos en el partido y prestigiado ante los militantes jóvenes, Alfonsín impugnó reiteradamente el liderazgo del veterano y cuatro veces candidato presidencial fallido, las dos últimas en las elecciones consecutivas del 11 de marzo y el 23 de septiembre de 1973, que significaron el retorno de Perón al país y al poder tras 18 años de exilio.
Luego del fallecimiento del
General Perón y debido a la violencia desatada por la polarización social, Alfonsín cofundó
El golpe del 24 de marzo de 1976 perpetrado por las Fuerzas Armadas acabó con el tercer intento en dos décadas de asentar la civilidad en Argentina y principió una etapa de terror sin precedentes, con la finalidad última de instaurar en el país una política económica y social que no sería posible sin una represión feroz.
En estos años aciagos, Alfonsín alternó la defensa legal de los represaliados del régimen militar, solicitando el hábeas
corpus para detenidos sin cargos y en nombre de otros (los más) desaparecidos,
sin abandonar su activismo político. Realizó varios viajes en los que frecuentó
a los dirigentes de
La muerte de Balbín en septiembre
de 1981 convirtió a Alfonsín en el principal
referente de
Durante la guerra con el Reino
Unido por las islas Malvinas (abril a junio de 1982), provocada por los
militares para distraer la atención del público sobre la calamitosa situación
económica y las violaciones masivas de los Derechos Humanos, Alfonsín exigió a las autoridades información veraz sobre
lo que les estaba sucediendo a las tropas y fue uno de los escasos dirigentes
políticos que no se adhirió a la ola de fervor nacionalista al atisbar en la
ocupación de las islas una maniobra demagógica y pseudo
patriótica. Tras esta malhadada aventura militar, el teniente general Galtieri hubo de cesar como presidente de
Confrontado con el descrédito total de los uniformados y la situación de crisis total que anegaba al país, el nuevo presidente, general Reynaldo Benito Bignone, dispuso la entrega del poder a los civiles.
Al nivel interno de
La vuelta a la democracia, inspiraba un aire de renovada esperanza para el pueblo argentino, y Alfonsín encaró su campaña con promesas de recomponer las relaciones de la sociedad, acompañado de un fuerte recorte en los gastos militares.
El electorado se vio tentado con las promesas de garantía institucional donde la libertad, la paz, el respeto por los derechos humanos y la democracia serían finalmente el reaseguro de un progreso en todos los niveles.
El 6 de diciembre la tercera Junta Militar de Comandantes se disolvió y el 10 de diciembre, día internacional de los Derechos Humanos, Alfonsín recibió de Bignone la banda presidencial ante una nutrida representación exterior, incluyendo, además de varios mandatarios latinoamericanos, a George Bush, Felipe González Bettino Craxi, Pierre Mauroy y Mario Soares, que dejó testimonio de la satisfacción internacional por la vuelta del orden constitucional a Argentina.
Alfonsín
empezó gobernando con talante conciliador, tratando de proyectarse más como el
jefe de un Estado que como el líder de un partido y de superar vindicaciones y
sectarismos arraigados en la política argentina, pero sin olvidar hacer
justicia con las víctimas de la dictadura. El compendio de este espíritu
moralizador vino a ser la sentencia de "el pueblo unido jamás será
vencido", exclamada a la muchedumbre que lo vitoreaba en
El 13 de diciembre Alfonsín firmó el decreto para someter a proceso ante el
Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas a los integrantes de las tres juntas
militares, a la sazón los comandantes en jefe de las tres armas en cada
momento, por su responsabilidad en los homicidios, torturas y detenciones
ilegales perpetrados entre 1976 y 1983, y el 22 de diciembre el Congreso derogó
la vulgarmente calificada ley de autoamnistía
promulgada el 23 de marzo por
Los juicios que se avecinaban
iban a contar con el valioso aporte de la investigación realizada por
Por otro lado, los cabecillas de las organizaciones subversivas y terroristas, la mayoría emanadas de la izquierda peronista, como los Montoneros y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), cuya erradicación las juntas militares habían usado como justificación de los desmanes represivos, también hubieron de rendir cuentas con la justicia.
Los tenientes generales del
Ejército y ex presidentes Jorge Rafael Videla y Roberto Eduardo Viola, el
brigadier general de
Cuando Alfonsín
ocupó su despacho en
El 11 de febrero de 1984
A pesar de la crispación social,
en las elecciones legislativas del 2 de noviembre de 1985
Estos resultados daban a entender que, con todo, buena parte del electorado seguía confiando en la capacidad de Alfonsín para encarrilar la economía y gestionar el capítulo militar.
En abril de 1986 Alfonsín sorprendió a propios y extraños con el anuncio de
un ambicioso proyecto para fundar una "Segunda República", que pasaba
por la introducción de la figura de primer ministro, la opción del presidente a
un segundo mandato, amplias reformas administrativas y el traslado de
Empero, en octubre del mismo año Alfonsín volvió a la carga convocando a una "convergencia democrática" de todos los partidos y grupos sociales para redefinir los ámbitos y competencias de las distintas administraciones del Estado, el sistema económico, la seguridad social, etc. El concepto que guiaba estas propuestas era el del "tercer movimiento histórico", fraguado en la década anterior y concebida por Alfonsín como una tendencia nacional hegemónica que aglutinaría al radicalismo original de Hipólito Yrigoyen en los años treinta y al justicialismo de Perón en los cuarenta.
Pero la dura realidad del país se encargó de echar por tierra esta visión. El empeoramiento de la capacidad adquisitiva de los ciudadanos, el acoso sin tregua de los sindicatos mayoritarios, que despreciaron la oferta gubernamental de concertación, y la sensación final de debilidad ante los díscolos del Ejército pasaron su factura.
Pese a los exiguos márgenes con
que contaba, Alfonsín no descuido el capítulo social
a lo largo del sexenio, siendo las actuaciones más destacadas el Plan Nacional
de Alfabetización, premiado por
El mandatario argentino, hiperactivo, dedicó no poco de su tiempo a la política exterior, muy achicada por culpa de la dictadura, convirtiéndose en el presidente más viajero desde Frondizi y superándole de largo. Varios fueron los ámbitos de actuación preferente de la diplomacia argentina, dinamizada conjuntamente por Alfonsín y su eficiente canciller, Dante Caputo.
Con Chile se procedió a resolver la acendrada disputa por la demarcación fronteriza en el canal de Beagle, que estuvo a punto de provocar una guerra en 1978 y que suscitó nuevas tensiones armadas en vísperas de las elecciones de 1983. Con la mediación del Vaticano, los dos países australes suscribieron el 23 de enero de 1984 una declaración de "paz y fraternidad" y el 18 de octubre siguiente se llegó a un acuerdo satisfactorio sobre el canal. El 25 de noviembre Alfonsín vio sancionada su política de reconciliación con Chile con un 81% de votos favorables en un plebiscito inédito en la historia política nacional, de manera que el 3 de mayo de 1985 tuvo lugar en el Vaticano la rúbrica del tratado bilateral.
Alfonsín
realizó numerosos desplazamientos a Europa, en especial a España, donde cimentó
una cordial relación con el presidente socialista Felipe González, con una
agenda fundamentalmente económica. Del 18 al 20 de marzo de 1985 prestó la
primera visita oficial de un presidente argentino a Estados Unidos desde 1959,
y en ella dejó claro que no apoyaba la política de
Esta postura más la histórica arribada a Moscú el 13 de octubre de 1986 dieron expresión a la tesis de Alfonsín de que Argentina, si
bien por
cultura y vínculos pertenecía a Occidente, debía seguir siendo una nación no
alineada en el contexto de
Alfonsín se desempeñó como coartífice de las iniciativas de integración regional con Brasil y Uruguay. La primera piedra de un andamiaje que iba a cristalizar en 1991, con la adición de Paraguay, en el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), la pusieron Alfonsín y su colega brasileño José Sarney (**Ver pie de página)el 30 de noviembre de 1985 en la ciudad fronteriza de Foz de Iguazú.
Allí adoptaron una Declaración que iba a dar lugar al Programa de Integración y Cooperación Económica (PICE) entre dos estados que, desde el mismo momento de la independencia, habían albergado mutuas suspicacias y una abierta rivalidad por el ascendiente sobre el resto del hemisferio.
El 29 de julio de 1986 los mandatarios firmaron en Buenos Aires el Acta de Integración y Cooperación Argentino-Brasileña y el 29 de noviembre de 1988 la capital porteña acogió también la firma del Tratado de Integración, Cooperación Económica y Desarrollo, por el que los dos países se comprometían a conformar un espacio comercial común en diez años, mediante la eliminación de las barreras arancelarias y no arancelarias al comercio bilateral de bienes y servicios, y la armonización de políticas.
Paralelamente, Alfonsín sostuvo otra estrecha relación con el uruguayo
Julio María Sanguinetti (*Ver pie de página) que fue
incluido en los manejos argentino-brasileños, conformándose un marco tripartito.
El 26 de mayo de 1987 Alfonsín y Sanguinetti
firmaron el Acta de Montevideo, acuerdo decisivo para impulsar la integración
económica regional según los objetivos trazados por
Alfonsín fue el primer mandatario desde 1916 en entregar el poder a un candidato electo de distinto partido. Su presidencia había restaurado y consolidado la democracia en Argentina y también había acabado con el aislamiento internacional.
En 1992 puso en marcha
El 17 de junio de 1999 Alfonsín sufrió un accidente en automóvil en Río Negro haciendo lo que hizo toda su vida, recorrer el país con su discurso. Temiéndose por su vida, ya que el choque le arrojó por el parabrisas, rompiéndose nueve costillas y sufriendo lesiones en los pulmones, el ex presidente levantó una ola de apoyos desde todo el arco político y social en todo el país, pero superó el trance más rápidamente de lo esperado y se restableció por completo.
Designado vicepresidente ex officio de
El ex presidente argentino esta
en posesión de un extenso elenco de distinciones, muchas concedidas después de
su salida del poder, como muestras del respeto y el reconocimiento al papel
histórico que le tocó jugar. Es doctor honoris causa
por las universidades Tecnológica Nacional de Buenos Aires (1984), Nueva York (1985), Nuevo México (1985), Yale
(1986), Bolonia (1987), Nacional de Cuyo en Mendoza (1987), Santiago de
Compostela (1988), Complutense de Madrid (1988), Nápoles (1990), Nacional del
Litoral en Santa Fe (1996), Nacional de Río IV en Córdoba (1998), del Centro de
Buenos Aires (1998), Tecnológica del Sur en Tierra de Fuego (1998), Nacional de
San Luis (1999) y Nacional de Quilmes en Buenos Aires (1999),
Su labor en defensa de la
democracia y los Derechos Humanos le ha sido premiada, entre otras instancias,
por:
Este año se cumple el 25
aniversario de la recuperación de
Concluyo así esta breve reseña histórica, tratando de ajustarme a una objetividad que me resulta difícil, debido al cariño y admiración que en forma pública me unen a el. De todos modos es indispensable exponer que el mayor merecimiento de este enorme hombre para la obtención de un reconocimiento de esta naturaleza es sin dudas, su increíble visión de las necesidades que como sociedad tenemos para alcanzar la meta de transformarnos en una verdadera Nación.
El deseo de este humilde reconocimiento, es que se comprenda que es inconcebible el abandono de su lucha por restablecer la política como herramienta indispensable para el mejoramiento de la calidad institucional, civil y por ende, económica de nuestro país.
El Dr. Alfonsín representa para nosotros la política con letras mayores, esa política que no se califica como nueva o vieja, esa forma de concebir a la misma como una forma de vida.
A mérito de las consideraciones vertidas, es que se solicita de ese Honorable Cuerpo, la pronta sanción del Proyecto adjunto.
Dios guarde a Vuestra Honorabilidad.