Fundamentos de la Ley 13540

 

 

 

            Hacia 1770 un mercader llamado Valdo, de la ciudad de Lyon, (Francia), tras una crisis de conciencia decide vender sus bienes y dedicarse a predicar el evangelio al pueblo. Su iniciativa es compartida por varios amigos, que bajo la guía de Valdo constituyen un grupo que se autodesigna “Pobres de Espíritu”. La jerarquía eclesiástica aprueba del grupo el voto de pobreza, pero no su pretensión de predicar.

            Su vocación no obstante resulta más fuerte que la prohibición, y los pobres, continúan predicando en todas partes. Con ello el grupo crece y se multiplica más allá de los límites de Lyon.

            Esta actitud de desobediencia es razón para que la jerarquía tome contra ellos una serie creciente de medidas represivas y condenas que culminan con la excomunión en 1218 para esa época, sin embargo los seguidores de Valdo, ahora conocidos como “Pobres de Lyon”, se han difundido por varias regiones.

            En 1532 (quince años después del movimiento de la Reforma), los valdenses adhieren a las propuestas calvinistas en el multitudinario sínodo de Chonforán, lo que significó la salida de la clandestinidad, el levantamiento de los templos, el nombramiento de pastores de parroquias y la fundación de una organización basada en asambleas y sínodos.

            Con la contrarreforma y la inquisición se inician una serie de persecuciones que resultarán de enormes pérdidas materiales y humanas para la comunidad valdense, y será en 1848, cuando el rey Carlos Alberto (de Italia) les concede la igualdad de derechos civiles. Desde entonces la comunidad se ha ido integrando a la Nación Italiana.

            A mediados del Siglo XX, se inicia una migración hacia el Río de La Plata. En 1856 llegan algunas familias valdenses a Montevideo quienes marcan el inicio de una corriente migratoria. La colonia se organiza como comunidad religiosa para pasar luego a la Argentina creando en este tiempo las escuelas y los templos de la Paz y las Colonias Valdenses.

            Colonia Iris, Colonia San Carlos (Santa Fe) y Colonia Belgrano son algunos de los lugares elegidos por los valdenses para radicarse en nuestro país.

            Cabe mencionar que todas estas comunidades eran rurales por lo que sus iglesias estaban construidas bajo este estilo. Sin embargo cuando los valdenses se instalan en ciudades como Dolores, Buenos Aires, Paysandú y finalmente en Bahía Blanca (1954), sus iglesias adoptaron un carácter más urbano.

            En el año 1910 la comunidad presbiteriana escocesa construye su propia iglesia, siendo inaugurada el 15 de diciembre del año siguiente. Esta comunidad religiosa le alquiló las instalaciones a la Iglesia Evangélica Valdense, quien la adquiere en forma definitiva 10 años más tarde.

            En el acta de compra-venta se estipuló que la iglesia junto con sus bienes muebles (mobiliario, placas conmemorativas, etc.) no podrían ser alterados ni removidos, situación que perdura en la actualidad.

 

DESCRIPCIÓN DEL BIEN

 

            Está ubicado dentro de un lote rectangular, retirado unos pocos metros de la línea municipal, la cual está cercada por pilastras y rejas construidas en consonancia con el estilo neogótico de la iglesia.

            La construcción religiosa posee dos elementos claramente identificables, el acceso al público y la fachada del frente con su transepto.

            El primero es un volumen de forma cúbica, ubicado a la izquierda del acceso general, es de menor altura que el resto y posee un arco de forma ojival en arquivolta que da forma al marco de la puerta hecha en madera de doble hoja. Por encima de este arco se encuentra un friso a madera de remate del volumen.

            La fachada frontal está compuesta por un vitral. Por encima de éste se encuentra una pequeña ventana vertical en forma de arco de medio punto. La volumetría de la fachada se recorta en su parte superior con un friso que acompaña la caída a dos aguas. En el vértice se encuentra emplazada una cruz de pequeñas dimensiones.

            Los dos volúmenes descriptos, así como la totalidad de la parte exterior del templo, se encuentran revestidos con revoque tipo símil piedra de color claro, y con un tratamiento de buñas dispuestas de forma tal que asemejen la forma de la piedra cortada en forma regular.

            Cabe destacar que la ubicación de la iglesia coincide con el resto del lote. Sin embargo, el ingreso desde la izquierda no permite el acceso para la lectura de la fachada de ese lado, dando como resultado visual un conjunto en escorzo compuesto por el frente con la fachada lateral del lado derecho. Contigua a esta última fachada se accede a la vivienda del pastor.

            Los bancos son de madera tipo pinotea con cámara de aire y están dispuestos según la zona de uso: paralela al altar en la zona de los bancos y transversal a este en la zona de paso, siendo su estado de mantenimiento y conservación muy bueno.

            Es por todo lo mencionado que se cree necesario declarar este edifico Monumento Histórico Provincial e incorporarlo definitivamente al Patrimonio Cultural de la Provincia de Buenos Aires.

            Y siendo que según la Ley 13.056 de creación del Instituto Cultural se propone como deber del mismo “Preservar, enriquecer y difundir el patrimonio cultural e histórico” es que se solicita a los señores legisladores que voten favorablemente la presente iniciativa.