Fundamentos de la Ley 12582

 

            El transporte se relaciona con los usos de la tierra.

            De hecho, existe el transporte solo porque las diversas funciones humanas se localizan en sitios diferentes, dando origen a espacios adaptados que es preciso unir entre sí mediante la acción de desplazarse a lo largo de una vía o canal.

            Por ello, el planeamiento del transporte no es una cuestión que pueda resolverse con independencia; actúa en un determinado espacio, que es la ciudad, y es preciso conocer la estructura urbana y sus características para establecer, no solo la demanda previsible de intercomunicaciones, sino también los medios más adecuados para satisfacerla, que se relacionan estrechamente con las peculiaridades estructurales de cada centro urbano.

            La carencia de una planificación integral del sistema de transporte provoca un cuadro sumamente conflictivo desde los puntos de vista técnico operativo, económico, social y urbanístico.

            El estado actual de la circulación en nuestras grandes aglomeraciones urbanas es caótico. Los remedios propuestos no han sido suficientes. En esta cuestión se dan cita las diferentes actitudes de los distintos profesionales intervinientes en el problema: por una parte, el técnico en transporte, llevado por la convicción de que la congestión del tránsito encontraría su alivio ensanchando las calles, generó muchos proyectos de ensanche y modificación de calles. Estas, ensanchadas, invitaron al aumento del tránsito, mezclándose el rápido con el lento o la marcha a pie. En la mayoría de las intersecciones se producen así estancamientos, surgiendo ámbitos con potenciales conflictos, a lo cual debiera sumarse:

 

a)                           La falta de respeto por parte de los conductores en el cumplimiento de las señales de tránsito indicando velocidades máximas y mínimas permitidas, cruces peatonales, etcétera.

 

b)                           La falta de control por parte de las autoridades de constatación pertinentes, quienes debieran ejercer el contralor sobre las normas vigentes.

 

Estas situaciones han provocado la utilización de ciertos reductores de velocidad del tipo lomo de burro bump, un volumen importante de hormigón que perturba sensiblemente el desplazamiento de los vehículos, resultando por lo tanto sumamente agresivos y ocasionando, repetidas veces, accidentes por frenadas bruscas, cambios de direccionalidad y hasta roturas mecánicas de los mismos. Adjunto a este proyecto ficha técnica publicada por la Dirección de Vialidad de la provincia de Buenos Aires, comité de Seguridad en el Tránsito.

Frente a ello, surgen otras orientaciones más comprensivas de la naturaleza del fenómeno. Dado la íntima relación del transporte con el uso de la tierra por el hombre peatón, se hace necesario, no solo corregir las características de las calles, sino reorganizar las ciudades, jerarquizando los trazados, reordenando los barrios y distritos, fijando normas de uso y diseño, tendientes a satisfacer las necesidades de traslado del hombre dentro de la ciudad.

Habiendo caracterizado el problema del transporte, la finalidad de todo proyecto radica en la obtención de dos objetivos concretos, a saber:

 

a)                  Eficiencia en las comunicaciones, medida, esencialmente, en mayor rapidez entre origen y destino.

 

b)                  Seguridad, medida, fundamentalmente, en evitar al máximo los accidentes dentro del canal de circulación.

 

Por lo expuesto, debe llegarse a un justo equilibrio en cuanto a la definición de tipología a emplear y ámbitos de emplazamiento, tendientes a armonizar los niveles de serviciabilidad que significa esta definición, que no debe ser impuesta ni improvisada (Dirección de Vialidad de la provincia de Buenos Aires).

            Por todo lo expuesto, teniendo en cuenta que es función del Estado proteger en todo lo que esté a su alcance a la eficiencia y seguridad en el tránsito por todo el territorio de nuestra Provincia, solicito la aprobación del presente proyecto de ley.