Fundamentos de la

Ley 13782

 

            En la década del ’30 cuando la arquitectura moderna se fortalece y se convierte en un importante movimiento, y son aceptadas en nuestro país las nuevas ideas, su repertorio se expandió por todas las ciudades, particularmente por la ciudad de Bahía Blanca.

            En los años 1932 y 1933 el Dr. Pillado conocido abogado bahiense decidió construir su casa y estudio jurídico. Conocedor de la historia de la arquitectura desde los griegos hasta los movimientos de vanguardia de Alemania y Francia, se inclinó con entusiasmo por estos últimos y tomó contacto con el arquitecto Wladimiro Acosta.

            La amistad de Acosta y Pillado fue inmediata y duradera. El arquitecto seleccionó para la obra el terreno en esquina de la calle 19 de Mayo y Avenida Alem. Realizó varios proyectos, en los que fu fundamental para su selección la opinión de la Sra. Pillado, y los lineamientos generados por las ordenanzas municipales vigentes. Finalmente la obra se comenzó en 1953, el constructor fue Pascual Arcuri, siendo la primera vivienda bahiense con estructura independiente de hormigón armado, que fue ejecutada por la empresa Fioravanti.

            La casa consta de dos volúmenes comunicados entre si, aunque autónomos: el estudio jurídico con acceso directo desde la calle, y la vivienda para la familia, con un frente extendido sobre la avenida.

            Exteriormente se presenta como un volumen puro que va siendo calado y determina los diferentes espacios. Sobre la avenida se destaca en fachada la utilización de losa-visera, elemento que refuerza el acceso y controla los rayos solares.

            En planta baja la casa presenta los locales de estar, servicio y los dormitorios. En el nivel superior los espacios de estudio y biblioteca; un estar de doble altura unifica las dos plantas. En el exterior, una cancha de paleta se incorpora al volumen principal de la casa y a la terraza solarium en el primer nivel.

            Como parte del concepto del diseño arquitectónico integral, Acosta proyectó el mobiliario el que cuenta con novedosos sillones de respaldos móviles, mesas que se amplían o reducen adaptándose en diversos usos, y elementos de iluminación que gradúan la calidad e intensidad de la luz para cada espacio. La ventilación cruzada se verifica constantemente, habiéndose estudiado también que no queden zonas de aire sin renovar. La casa contaba también con un sistema de audio que abarcaba la totalidad de los cuartos y con loza radiante en sus pisos: tecnología novedosa para esos años.

            Se intentaba alcanzar un espacio puro, casi perfecto, despojado de toda ornamentación superflua, basada en la calidad espacial y el funcionamiento correcto del conjunto.

            La casa sufrió algunas transformaciones, en su área de servicios, en la cancha de paleta, donde actualmente se ha ubicado un departamento menor y la desaparición de algunas especies arbóreas.

            Es muy importante tener presente los datos del autor ya que es de gran valor de referencia:

            Wladimiro Acosta nación en Odessa, Rusia en 1901, cursando allí estudios superiores, de arquitectura y técnica de la construcción. Posteriormente había residido en Italia entre 1919 y 1922, obteniendo allí la licenciatura en Arquitectura en el Real Instituto de Bellas Artes de Roma, ejerciendo más tarde el cargo de profesor de Diseño Arquitectónico. Entre 1922 y 1928 vivió en Alemania donde siguió estudios de ingeniería, urbanismo y tecnología del hormigón armado. Finalizado este período llegó a la Argentina, colaborando en sus comienzos en el estudio de Alberto Prebisch. Trabajó y enseñó en Argentina, Uruguay, Chile, Brasil, Venezuela, Guatemala y Estados Unidos.

            Acosta, sin alejarse en nada de los problemas formales de sus obras, de resolver el problema del asoleamiento, en particular de las viviendas. En nuestro país estudió atentamente las condiciones geo-meteorológicas locales y analizó las soluciones empíricas contenidas en los edificios del pasado, la orientación de sus locales y sus defensas contra los agentes climáticos adversos, en particular los excesos de radiación solar. Esta preocupación lo llevó a realizar estudios por medio de elementos constructivos de las mejores condiciones térmicas, tanto en invierno como en verano, dentro de la estética racionalista. Su teoría se resume en los principios contenidos en el sistema Helios, el cual controla los efectos solares, siendo entonces parte orgánica del edificio. Los elementos esenciales del sistema son la losa-visera y los parantes.

            Por todo lo expuesto anteriormente, y siendo que el mencionado inmueble constituye una pieza clave del patrimonio arquitectónico contemporáneo, no solo de Bahía Blanca sino de la provincia de Buenos Aires, siendo un testimonio de la modernidad, que se destaca por su calidad de diseño y nobleza constructiva es que se solicita a los señores legisladores que voten favorablemente el presente proyecto.