Fundamentos de la

Ley 11060

 

            La ciudad de Mar del Plata, singular expresión turística de nuestra costa atlántica por sus características de belleza y de esparcimiento popular, ha sido conmovida por la posibilidad de que el Poder Ejecutivo de la Provincia, proceda a la venta de un amplio predio de 293.623,0043 m2 de superficie, que conforma, por su ubicación y características, uno de los más hermosos lugares del sector costeros, enclavado en una zona, a la que le da una marcada y singular atracción estética y conformando elementales principios de la ecología.

            Sus añosas arboledas, la circunstancia de funcionar allí, desde hace muchos años, una institución privada dedicada a la práctica del deporte del golf como permisionaria de la provincia y consecuentemente la afectación del predio a espacios sociales y deportivos de la institución, en un conjunto de singular belleza que realmente realzan y apuntalan la condición turística de la ciudad y se torna en especial atracción internacional.

            La fracción en comentario ha dado origen a un largo conflicto con motivo de la aplicación del Decreto-Ley 9533, que dispuso un mecanismo para la transferencia de inmuebles del patrimonio provincial a la municipalidad. Conflicto que ante el dictado del Decreto 2266/86 del Poder Ejecutivo Provincial, que rechaza la petición de la Municipalidad, a de continuar en los estrados judiciales.

            Recientes declaraciones del Gobierno de la Provincia en el sentido de que se procedería a la venta al mejor postor del predio en cuestión, ante la necesidad de recursos por parte de la Provincia para satisfacer necesidades sociales y asistenciales de la coyuntura, han originado el reclamo de la ciudad toda de Mar del Plata, en defensa de lo que se entiende su auténtico patrimonio histórico y cultural.

            Y entramos así en una polémica, que no pasa por la defensa de los intereses de un club, permisionario de las tierras y permisionado por la Provincia.

            Conforme al predio que ocupa el Golf Club de Mar del Plata, una verdadera expresión arquitectónica de jerarquía y un cuidado y esmerado manto verde, en los lindes del mar y barrios de alta urbanización.

            La Municipalidad de General Pueyrredón debe ser la destinataria de predio, porque nos afirmamos en nuestras convicciones municipalistas, que pasan por dotar a las Municipalidades de todos los medios para que puedan regular, desarrollar las ciudades y los partidos de sus competencias. Porque nadie mejor que la Municipalidad para disponer del destino de un inmueble que conforma expectativas públicas, que lo tienen los vecinos asumido en su patrimonio histórico y cultural de su ciudad que es de todos ellos. Más allá de la naturaleza jurídica del mismo. Porque creemos en la descentralización efectiva de los gobiernos, para hacerlos más eficientes y verdaderos receptores del requerimiento ciudadano, la municipalidad es la institución que debe marchar en el rumbo que le marquen sus vecinos, y en este caso, de aquellos que practican el deporte del golf y de los que no lo hacen, pero que a no dudarlo se siente todos marplatenses y habrán de determinar cuál es el camino que beneficia a la comunidad que integran, beneficio directo o indirecto, económico estético o cultural, en una comunidad que, a pesar de todo supo conformar una de las ciudad más bellas y pujantes de la República.

            La Municipalidad deberá respetar el permiso oportunamente acordado por la Provincia y a su  vencimiento resolver la utilización del predio, dentro de los parámetros de la condición de dominio público municipal y acorde con las pautas urbanísticas normadas en su plan regulador.

            No dejamos de reconocer que los anuncios del Gobierno, pasan por la extrema necesidad de obtener recursos para atender señaladas carencias sociales de vastos sectores de pobladores de la Provincia, pero estimamos que no es el cambio y se cometería un daño irreparable si se loteara el predio y se vendiera al mejor postor, privando a Mar del Plata y al país todo se la singulares características paisajísticas y ecológicas de la zona.

            Con esta iniciativa, que interpreta la espontánea reacción de la comunidad marplatenses, manifestada por sus medios de prensa oral, escrita y televisa y por sus entidades más representativas en el campo cultural, social, político y gremial, pondremos fin a una tensión más innecesarias, que se suma a las agudas preocupaciones que padece el pueblo en la coyuntura que nos toca vivir y no ha de significar menoscabo alguno a la firme determinación de buscar entre todos las mejoras soluciones para tender las necesidades apremiantes por las que atraviesan importantes sectores del pueblo de nuestra Provincia.