Fundamentos de la Ley 13426

 

 

 

            La ciudad de Bahía Blanca fue fundada el 11 de abril de 1828 por el coronel Ramón Estomba como parte de una política nacional de ocupar territorios que hasta el momento pertenecían al indígena, nació como un fuerte militar denominado Fortaleza Protectora Argentina.

            En 1879, luego de la campaña de Roca y definitivamente dominado el indígena, el gobierno define la política que dará lugar al desarrollo de la zona, es entonces que desaparece todo vestigio de la fortaleza, y se inician las primeras obras portuarias y en 1884 llega por primera vez el ferrocarril a la ciudad para facilitar la salida de la producción agropecuaria, hecho que provoca una transformación en el espacio urbano existente, generando una infraestructura particular de las cuales se destacan barracas, depósitos, mercados acopiadores, vías, puertos, barrios, hasta el mismo muelle de hierro, que hacía posible el intercambio comercial producido. No menos importante de destacar es el aumento poblacional que provocó esta actividad, debido a la demanda de mano de obra preferentemente de inmigrantes europeos.

            En la ciudad se comenzaron a radicar distintas empresas de ferrocarril. En 1884 comienza a funcionar el ferrocarril Gran Sud, en 1888 la compañía Bahía Blanca al Noroeste, siendo comprada esta última en 1904 por Buenos Aires al Pacífico. Finalmente en 1923 llega la línea Rosario-Puerto Belgrano. De las empresas mencionadas las tres primeras pertenecían a los ingleses y la restante a compañias francesas.

            Los orígenes de esta última empresa se remontan a fines de 1903 cuando el Congreso de la Nación acordó a Diego de Alvear la concesión, aunque los trabajos de construcción comenzaron en 1908 acogiéndose a los beneficios que otorgaba la reciente Ley Mitre, la labor demandó mas de dos años, librándose al público el 11 de diciembre de 1910.

            Por entonces las líneas llegaban solo hasta Punta Alta, pero la importancia que como ciudad iba adquiriendo Bahía Blanca llevó al Directorio a que se considere como imprescindible que la estación terminal se encontrara dentro de la misma. A este efecto se comenzó a construir una prolongación que cubriera esta necesidad.

            La nueva línea, complemento de la red general de la empresa, fue inaugurada en 1923, no obstante crónicas de la época, señalan que ya en 1922 había llegado la primera locomotora proveniente de Arroyo Pareja, cumpliendo un recorrido aún no oficializado.

            El edificio fue la única terminal de ferrocarriles que se colocó en la ciudad, ello dio lugar a una ubicación particular de los rieles con respecto al edificio, cosa muy diferente a lo que pasaba en otras estaciones que debían estar paralelas a las vías.

            La construcción del edificio fue dirigida por el empresario local Félix Tanera e hijos y constaba en su planta baja de una sala destinada a la recepción de correspondencia, una oficina de encomiendas y depósito de las mismas, un gran hall con la boletería y dos amplias puertas de salida del andén, la sala para señoras, la confitería y despachos destinados al jefe de estación de telégrafo. En la parte alta había dos departamentos destinados a las familias de los dos empleados principales.

            El inmueble mantenía los lineamientos de otras estaciones de compañias francesas y es así que exteriormente se diferencia de las típicas obras realizadas por los ingleses. Su aspecto es muy sobrio, presentando en su fachada un gran alero sobre la planta baja y una fuerte cornisa como remate, jerarquizando el centro de la misma, corona el edificio una pequeña tortea donde se ubica el reloj.

            El andén ocupaba una posición central y a cada lado le habían proyectado seis vías férreas.

            Hacia el año 1946 el Estado adquirió la compañía ferrocarril Rosario a Puerto Belgrano y tres años mas tarde debido a un plan de ordenamiento ferroviario esta terminal iba a desaparecer junto con las otras dos estaciones. Dicho proyecto no pudo ser llevado a cabo y finalmente después de que esta línea hubiera caído en desuso, en el año 1980 el edificio fue hábilmente aprovechado para ubicar en él la terminal de ómnibus a la que se le dio el nombre de “San Francisco de Asís”, que hasta entonces se encontraba en pleno centro de la ciudad.

            La presente iniciativa tiende a preservar este edificio ya que es sin duda una de las mas importantes realizaciones en materia de reciclaje que se han efectuado en la ciudad y una de las únicas terminales de origen francés instaladas en nuestro país.

            Y siendo que según la Ley 13.056 de creación del Instituto Cultural se propone como deber del mismo “Preservar, enriquecer y difundir el patrimonio cultural e histórico” es que se solicita a los señores legisladores que voten favorablemente la presente iniciativa.