Fundamentos de la

Ley 10240

 

            Nuestras normas jurídicas otorgan a la mujer embarazada una legislación especial, que coincide con la trascendente función que la vida le tiene asignada. Siendo trabajadora en relación de dependencia, es objeto de medidas protectoras para ella y para su hijo o hijos nacidos, o de alumbramiento esperado.

            Las decisiones en tal sentido, tienden en los actuales tiempos, a extender el período de licencia por maternidad, dando mayor duración al lapso del postparto, de manera tal que permita armonizar las obligaciones laborales con la mejor concepción social y familiar: que la madre brinde una adecuada atención a su hijo.

            El organismo de la mujer en estado gravídico requiere de paz, salud, amor y comprensión.

            La fisiología materna, condicionada por la influencia de hormonas que controlan y desencadenan modificaciones correlacionadas con la intervención de estructuras nerviosas superiores, supone adaptaciones orgánico-funcionales relevantes en el organismo de la mujer en trance de procrear.

            Toda embarazada necesita del pertinente resguardo por parte de la sociedad, como una suerte de recíproca solidaridad y con vista a asumir un acto de justicia para con ella. La serenidad de la que debe gozar la mujer, en circunstancias de tan vital misión o admite dubitaciones, por el contrario, debe reafirmársela, con normas que aseguren condiciones óptimas de salud para el binomio madre-hijo, antes y después del alumbramiento.

Los fundamentos por los que se desea ampliar la licencia por maternidad en el post-parte a noventa (90) días de duración, se basan en conceptos de indubitable significación médico-científicos relacionados con la importancia de la lactancia en los aspectos no solo alimentarios, sino también afectivos y psíquicos, que permiten un mejor desarrollo y crecimiento del niño en esa primera etapa de la infancia; de lo cual, podemos colegir la necesidad de legislar con normas que posibiliten una mayor tranquilidad física y psíquica a la madre, que no debe verse sometida a las angustias de horarios, traslados y problemas de distinta índole que se agregan diariamente en el cometido de su trabajo.