FUNDAMNETOS DE LA LEY 14754

La estación de ferrocarril de Pirovano, el 5 de febrero de 1905 fue el escenario de una la reyerta que culminó con una masacre con gran relevancia histórica. Por ese entonces se producían varios enfrentamientos en todo el país y básicamente en la provincia de Buenos Aires, liderada por los caudillos radicales y grupos de conservadores disidentes, con motivo de que la Unión Cívica Radical había iniciado una abstención revolucionaria para las elecciones presidenciales de 1904, con el objeto de realizar grandes cambios en el sistema de sufragio de nuestro país. Durante la noche del 3 al 4 de febrero, un grupo integrado tanto por civiles como por militares de extracción radical tomaba la ciudad de Bahía Blanca, con su importante destacamento militar.Dada la importancia que esta operación tendría para garantizar el triunfo de la revuelta, se decidió comenzar con antelación, para evitar de esta manera la reacción de las tropas leales. De esta manera se toman con facilidad los regimientos 2ª y 6ª de Infantería, alejando a balazos a los jefes que intentaron frenar la insurgencia. Al enterarse de los hechos de Bahía Blanca, el destacamento de Ingeniero White también se declara en favor de la causa radical y emite un pronunciamiento en favor de los sublevados.

Hacia las 6 de la mañana del día sábado 3 las tropas reunidas (parte del regimiento 5º de infantería) comienzan su marcha hacia Buenos Aires en vagones del Ferrocarril del Sud. La expedición estaba al mando del mayor Aníbal Villamayor y contaba con el apoyo de destacados civiles de la región, entre los que se contaban: el ingeniero Germán Kuhr, Alejandro Moreno, Valentín Vergara, Cornelio y Agustín Baca, Luis Roque Gondra y el director del periódico "La Nueva Provincia" D. Enrique Julio. La marcha de la columna se veía retrasada constantemente por el accionar de las fuerzas policiales de la región, que hostilizaban a la expedición en cada pueblo que esta atravesaba, cortando las vías del ferrocarril, vaciando los depósitos de agua, haciendo saltar las alcantarillas. Sin embargo, en cada uno de estos pueblos más y más hombres se iban sumando a la columna de Villamayor.

A lo largo del día 3 y 4, la revolución fracasa en su intento de tomar la Capital, por lo que muy prontamente el gobierno federal se hace del control de la situación. Uno a uno los focos revolucionarios van siendo aniquilados, hasta que el único que queda funcionando es la columna de Bahía Blanca. El 5 a las cuatro y diez de la mañana, la expedición de Villamayor llega a la estación Pirovano, primero diez soldados acompañados de un sargento y un teniente, quienes fueron recibidos por los Sres. Juan B. Aizaguer y Pedro García (jefe de la estación), quienes pusieron a su disposición los víveres necesarios para las tropas. Media hora más tarde ingresó el resto de las tropas con su oficialidad, bajo las órdenes del Coronel Aranzandi, del teniente Mantero y del pre-boste Arias, acompañados de los ingenieros Curti y Vaca entre otros. Para ese momento la situación es insostenible y los principales dirigentes deciden iniciar negociaciones con las fuerzas leales al gobierno que se enviaron desde La Plata para reprimirlos. Después del almuerzo, la oficialidad tomó como puesto de deliberaciones la sala de espera de la estación. Cuando estas deliberaciones estaban terminando, la tropa, enfurecida con sus oficiales que habían impedido con rigor cometer atropellos contra las propiedades que fueron atravesando en su marcha, abren fuego contra ellos matando a treinta y dos hombres, siendo todas victimas aportadas por revolucionarios, entre ellas podemos citar a los señores Baca, Kurth, Agustín Roca, Inocencio Arroyo, Alejandro Moreno, Hipólito Veniards, José AvelinoManteros.

Villamayor, quien no se encontraba presente en el momento, se entregaría unos días después a las autoridades de la localidad de 25 de Mayo, presentando evidentes muestras de desconsuelo por lo ocurrido.

La masacre de Pirovano, manchó de sangre los levantamientos populares, aun hoy en la estación de ferrocarril Pirovano, se pueden apreciar las huellas dejadas por los balazos de los fusiles, como mudo homenaje a los muertos de la “Revolución del 5” y testimonio de la barbarie.

Luego de estos sucesos, magnificados por lo acontecido en Pirovano y el fracaso de la que sería la última revolución los líderes de la misma, se refugian en Uruguay donde son recibidos por miembros del Partido Blanco. Transcurrido un tiempo y sosegado el ambiente político regresan al país emprendiendo una lucha pacífica solo sustentada por el abstencionismo y el dialogo con el gobierno hasta que en 1912 se promulga la ley Sáenz Peña.

Dice sobre los hechos del 6 de febrero de 1905. Luís Catuogno en su libro “Crónicas del pueblo de Pirovano”:

“…cuando el Ferrocarril del Sud, (en la actualidad General Roca) extendió el ramal Bolívar-Guaminí hasta Saavedra, se habilitó la estación “Pirovano” el 5 de febrero de 1905 ocurrió allí la llamada “tragedia de Pirovano”.

Era a la sazón presidente de la Republica el Dr. Manuel Quintana.

Dirigida por Hipólito Irigoyen y capitaneada por el mayor Villamayor, se produjo una sublevación cívico-militar. Villamayor venía con el 2º y 6º de Infantería desde Bahía Blanca, viajando con las tropas revolucionarias numerosos civiles. Al llegar a la estación Pirovano, se tuvo noticias del fracaso del movimiento en la Capital y de la persecución de que eran objeto sus participes. Unos 40 oficiales y 200 soldados de tropa, se mantuvieron a la espera de los acontecimientos en Pirovano, acantonada la tropa en un galpón. Tiene lugar entonces una serie de hechos confusos; la tropa se subleva contra sus oficiales y asesina primero a los tenientes José Avelino Mantero e Hipólito Verniard, marchando sobre la estación, donde son muertos Baca, Kuhr, Alejandro Moreno, Agustín Rocca e Inocencio Arroyo. En la confusión, Valentín Vergara pudo esconderse debajo del cuerpo de Khur, en la sala de espera; Santiago Brunel, secretario de la municipalidad de Bahía Blanca, se escondió en el cuarto del jefe de la estación, haciéndolo Witcom en uno de los coches del convoy. Gondra y el capitán Uthinger, llevando al sub teniente Montes de Oca, que estaba malherido, alcanzaron a duras penas el vagón de la cocina, donde se hallaban varios oficiales”

La llamada tragedia de Pirovano es un hecho histórico importante que marco un antes y un después en la lucha por el sufragio universal y los métodos para lograr este preciado objetivo que de allí en más se utilizaron, trazo la línea de la lucha revolucionaria armada a lucha revolucionaria pacífica y posibilito siete años después el voto obligatorio, secreto y universal, varios años mas tarde el General Perón con la férrea labor y lucha de su entrañable compañera Eva Duarte de Perón lograría el voto femenino.

En vista de la proximidad de la celebración del centenario de la localidad de Pirovano, que se cumplirá el 20 de octubre de 2013, desearía contar con el apoyo necesario, para poder preservar como patrimonio histórico cultural, la invaluable estación de ferrocarril del lugar.

Por lo expuesto, solicito a los señores Legisladores, la aprobación del presente proyecto.