FUNDAMENTOS DE LA

 

LEY 14440

 

 

“En el primer mundo estas empresas están como mínimo a un kilómetro de lugares poblados. Tienen unas zonas que se llaman áreas buffer alrededor de estas empresas. “Buffer” significa amortiguación, entonces así están reconociendo que tienen impacto. En cambio en nuestro país, por ejemplo en el caso del Polo Petroquímico de Dock Sud, solo un paredón de tres metros separa a las fábricas del barrio donde viven los niños, ancianos, etc”.

En una entrevista concedida al diario Página 12 (14/04/09), la antropóloga Débora Swintun- en su libro “Inflamable”. Estudio del sufrimiento ambiental”- denuncia las secuelas físicas que sufrió como consecuencia de vivir toda su vida en Dock Sud, al lado del Polo Petroquímico.

aPara evitar que este tipo de situaciones que detalla Swintun sigan ocurriendo, el presente proyecto de ley estipula que los establecimientos industriales encuadrados en la tercera categoría, según los parámetros puntualizados en el artículo 15 de la Ley № 11.459, deberán instalar una barrera forestal -de no menos de cincuenta metros- que rodeará el perímetro de los establecimientos industriales, minimizando de esta manera el impacto ambiental provocado por la contaminación aérea y/o visual que estos emprendimientos ocasionaren tanto en salubridad e higiene de la población, como el ambiente.

Tradicionalmente las zonas de amortiguamiento son aquellas áreas adyacentes a los límites de las Áreas Naturales Protegidas (ANP), que conforman una suerte de espacio de transición entre las zonas guarecidas y el entorno.

Su existencia se justifica al actuar como zonas “buffer” o de contención, limitando el daño que ocasiona el accionar del hombre sobre el entorno. Si bien no forman parte de las áreas protegidas; según asegura Alan Evans, escritor especializado en temáticas ambientales; sus características topográficas y su constitución –en cuanto a flora y fauna- son similares a los terrenos protegidos, por lo que requieren un tratamiento especial que garantice su conservación y uso sostenible.

Si bien en un comienzo las zonas de amortiguamiento se utilizaban como una suerte de “cinturón ecológico” destinado a evitar que la contaminación dañe las reservas naturales protegidas, con el paso de los años las áreas buffer también comenzaron a ser empleadas para así brindarles a los hacinados ciudadanos de las grandes urbes un espacio de descanso y recreo”, asegura al respecto al periódico Beijing News.

Más allá de que muchas veces sólo se los utilizan con motivos paisajísticos, los ejemplares arbóreos cumplen diversas funciones y principalmente una de ellas es el disminuir la contaminación aérea generada por la actividad humana. En el caso de algunos gases contaminantes puede absorberlos y transformarlos, como el monóxido de carbono y el dióxido de nitrógeno.

Al respecto, el doctor en biología de la Universidad de Sevilla y Premio de Investigación Sobre Energía y Cambio Climático, Jesús Castillo Segura, resalta la importancia del arbolado urbano como foco de “absorción natural” del dióxido de carbono y los gases de efecto invernadero.

Según datos dados a conocer por diversas organizaciones ecologistas, un árbol adulto filtra cada año:

- 60 mg. de cadmio.

- 140 mg. de cloro.

- 820 mg. de niquel.

- 5800 mg. de plomo.

Por considerar que la instalación de zonas de amortiguación permitirá reducir los efectos contaminantes que producen los establecimientos industriales de tercera categoría (cuyo funcionamiento, según remarca la Ley № 11.459, “constituye un riesgo para la seguridad, salubridad e higiene de la población u ocasiona daños graves a los bienes y al medio ambiente”) es que solicitamos a los señores senadores que acompañen el presente proyecto de ley.